Exportaciones a nivel regional e inversiones en maquinaria para aumentar la productividad identifican a la empresa Natufarma pionera en el país en la elaboración de productos farmacéuticos de venta libre, suplementos dietarios y nutricosmética.
El Director Comercial de Natufarma, Fernando Perin, repasó la historia de la empresa que cuenta con 40 años y recordó los desafíos que debieron enfrentar para forjar el presente de la compañía. También habló sobre la actualidad del sector y los principales obstáculos a superar.
En diálogo con Ser Industria Radio, el directivo indicó que la empresa cuenta con 60 empleados, una planta de extractos vegetales y de elaboración junto a un laboratorio, que se distribuyen sobre más de 26.000 m2 en la ciudad de Esperanza, Santa Fe. Además, dio a conocer los objetivos planteados para el próximo año, entre ellos, ingresar al mercado de Estados Unidos.
Natufarma tiene 40 años en la producción de suplementos dietarios y nutricosmética. ¿Cómo han evolucionado el mercado y los consumidores?
En Argentina somos pioneros de esta industria. Mi padre, Hernán Perin, fue un visionario en ese momento y en algún punto inauguró la categoría. Es una historia cargada de un montón de momentos. Al principio fue muy difícil porque había escollos de todo tipo. Desde el punto de vista reglamentario, porque era una categoría que no estaba reglamentada, no tenía su lugar ni dentro de los alimentos, ni dentro de los medicamentos. Al comienzo hubo que inclinarse fundamentalmente por el lado de los medicamentos, pero la gente del INAME (Instituto Nacional de Medicamentos) en su momento no sabía cómo encarar el tema y se hacía bastante complicada la inscripción y regulación de los productos. Mi padre tuvo que caminar kilómetros de pasillos de la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) para lograr los primeros certificados de producto que salían como medicinales, en algún caso hasta como medicinal de venta bajo receta, mientras que en el resto del mundo estos productos ya funcionaban como suplementos dietarios. Pero acá era algo demasiado novedoso para la época. De la misma manera, en las farmacias tampoco estaba demasiado bien visto porque, como provenía del mundo vegetal, no lograba despegarse demasiado de la herboristería. Entonces, hace 40 años, el farmacéutico no veía un tinte demasiado serio a estos productos. Hubo que batallar bastante mostrando investigaciones, haciendo un poco de escuela… Se trabajó mucho desde el punto de vista conceptual, para que se entienda de qué se trataban estos productos, especialmente los de origen vegetal, no así las dietéticas que en ese momento no eran lo que son ahora. Eran más un hibrido entre la herboristería y alguna cosa dentro del terreno de los alimentos que estaba empezando a aparecer, mezclado con santería. Pero fueron los primeros que los recibieron a esta categoría con los brazos abiertos.
¿Ese fue el primer paso?
Ahí es desde donde de alguna manera se pudo forjar el camino. Con el tiempo eso fue mutando y cambiando en todos los sentidos. Es verdad que en ese proceso hubo mucho producto de baja calidad, mucho improvisado que se largó al mercado a fabricar cosas, inclusive sin ningún tipo de instrucción, ni de registro. Esa fue otra batalla importante que tuvo que dar mi padre. Después, soy un convencido de que el público va depurando en la medida que llegan productos al mercado, aprende a seleccionar y a diferenciar lo bueno. Además, las farmacias lo empezaron a adoptar y abrió sus puertas con otra cara. Entendió que eran productos hechos con calidad de farma o casi farma y que estaba naciendo un negocio. Así es que, al día de hoy, el gran negocio no está tanto en las dietéticas sino fundamentalmente en las farmacias. Las dietéticas también fueron cambiando, hay una mutación importante, prácticamente no se ven las de hace 30 años. Ahora son negocios bien focalizados que, con el advenimiento de los productos orgánicos, se potenciaron todavía más. El consumo de la gente que se fue volcando hacia este mercado en todos los sentidos, en los alimentos más orgánicos, más cuidados y los suplementos.
Mencionaste algunas batallas que tuvieron que dar en estos 40 años. ¿Cuáles son las que tienen que afrontar ahora?
Desde el punto de vista regulatorio seguimos teniendo desafíos importantes en los cuales estamos intentando trabajar, porque Argentina tiene una regulación que forma parte del código alimentario, que es el que es el artículo 1381. Tiene zonas grises, en algún punto de libre interpretación, por cada una de las entidades que están en cada una de las provincias. No nos olvidemos que hoy regula el INAL (Instituto Nacional de Alimentos) a nivel nacional y después todos los trámites los hace cada empresa dentro de su provincia con la agencia de seguridad que exista. Y cada provincia hace su interpretación sobre el código alimentario. De esta forma, hay provincias que aprueban productos y otras donde ese mismo producto no se puede aprobar porque hay una interpretación un poco binaria. Es una especie de competencia desleal interprovincial. Porque, por ejemplo, hay empresas que por estar ubicadas en la provincia de Buenos Aires sacan un producto que en Santa Fe no pueden. Es un desafío que tiene el INAL sobre el cual hay que trabajar. A su vez, desde el punto de vista externo, hay países centrales como Estados Unidos o muchos de los principales de Europa, donde tienen una gama amplísima de ingredientes para usar en el desarrollo de productos suplementos y que en Argentina están completamente vedados hasta el día de hoy. Es importantísima la apertura por parte del INAL para que todos estos ingredientes sean incorporados al código alimentario y podamos tener nueva gama de productos.
¿Cómo cuáles?
Hay dos hierbas que son de las más consumidas en el mundo. Una es la Equinacia, hierba milenaria considerada como la vacuna natural contra la gripe, levanta las defensas. En todos los países centrales funciona como un suplemento dietario. Sin embargo, acá está vedada desde el punto de vista del INAL del rubro de alimentos. Sí se podría utilizar como medicamento, pero eso es harina de otro costal, tiene otras implicancias, costos, manufactura, el registro es completamente distinto. El Ginkgo es otra hierba que acá se está usando y está dentro del código, pero tampoco está del todo bien visto dentro del rubro de suplementos. El año pasado se retiró del código Valeriana, la hierba más usada en el mundo como suplemento dietario. Estas son las más conocidas. En Estados Unidos tenés negocios exclusivamente de suplemento dietario que tiene el tamaño de un hipermercado, una gama amplísima de productos que provienen de algún cactus del África, de una corteza de un árbol de la India, una hierba que crece en el sudeste de Italia y se comercializan, la gente los consume. Está muy probado que no son perjudiciales para salud, sino todo lo contrario. Sin embargo, acá las puertas están bastante cerradas.
Pese a esto han invertido US$200 mil en maquinaria. ¿Esto responde a una tendencia que se dio a partir de la pandemia, con el crecimiento del consumo de estos productos?
Hay de todo. Esa inversión en particular fue porque nosotros hicimos una innovación de producto. Hace ya hace cinco años, ingresamos los productos a base de colágeno al mercado de Argentina, fuimos pioneros también en el lanzamiento de producto a base de colágeno. Ahora hay un montón, pero en ese momento éramos fuimos los únicos que apostamos a ese producto en polvo para disolver. Nos ha ido muy bien y decidimos invertir en ese mercado en el cual tuvimos que incorporar equipamiento para envasar más cantidades. Esto sería en el rubro de nutricosmética. Es cierto que la pandemia trajo gente que buscaba productos que tenían que ver con el cuidado de la salud, que se pudieran consumir de manera habitual. En ese momento se buscaron bastante los que tenían que ver con el levantamiento de las defensas, pero eso fue una puerta para que conozcan otros productos y se despierte el interés. Nosotros, del punto de vista comercial, no hemos sufrido la pandemia y eso es una bendición a la que tenemos que estar agradecidos.
¿El consumo sigue creciendo en Argentina?
El consumo se mantiene muy bien en el país. Además, tuvimos la ventaja de empezar a salir al mercado regional, sólo a veces de la mano de otras empresas y eso hace que estemos con bastante trabajo.
¿Cómo planifican las inversiones en una Argentina con complicaciones que surgen todo el tiempo?
En algún punto te tenés que jugar, esa es la realidad. Nadie tiene la bola de cristal, nosotros tampoco conocemos el futuro, no sabemos lo que va a pasar. Conocemos un poquito la historia y como nos estamos moviendo hoy. Nos manejamos por expectativas y creemos firmemente que este mercado va a seguir evolucionando positivamente. Hay estudios que hablan de que es un mercado creciente, no sólo en Argentina sino en el mundo. Por eso nos jugamos e invertimos. Vamos a seguir apostando por este negocio. Creo que, si hacemos las cosas bien, si seguimos trabajando con esta calidad de producto con lo que estamos habitualmente, vamos a seguir por el buen camino.
Exportan a Chile, Paraguay, Perú y Uruguay. ¿Apuntan a otros mercados?
Se está apuntando a una especie de sueño… Estados Unidos es la meca de los suplementos por la variedad, la cantidad que hay y el tamaño gigante de mercado. Pero se trata de un mercado muy complejo, porque todo el mundo quiere estar ahí. De todas formas, hace un año que estamos trabajando para tratar de llevar allí nuestros productos. Estamos negociando con un par de posibles clientes y a mediados del año que viene podemos llegar a tener novedades interesantes. Por supuesto que seguimos interesados en otros mercados de Latinoamérica, donde pasa más o menos lo mismo que en Argentina. Las legislaciones son escasas, no existen o son confusas, entonces cuesta más desde el punto de vista regulatorio ingresar en la región que a Estados Unidos. La diferencia es que el de Estados Unidos es un mercado muy competitivo mientras que los mercados de Latinoamérica no requieren mucha inversión previa para ingresar, así que todos tienen su desafío.
¿Alcanzaron US$500 mil en exportaciones a nivel regional?
Todo a nivel regional y esperamos que crezcan. Hay países donde recién comenzamos. Todavía hay materia prima para trabajar.
Estos países a los que exportan, ¿tienen una industria local de estos productos?
Sí. Por la información que manejamos, hay algunos que tienen un buen desarrollo. Tampoco los conocemos tanto, estamos aprendiendo a conocerlos. Chile tiene un desarrollo bastante interesante, un poco porque está bastante pegado al mercado de Estados Unidos y hay mucho producto que importan de allá. Perú tiene un mercado bastante grande también, por ahí es un poco más local no tanto de productos de afuera, pero como mercado es interesante, debería ser inclusive un poco más grande que el de la Argentina. Pero esto recién empieza y hay mucho camino para recorrer. Paraguay es un mercado mucho más chico que el nuestro, pero de todas formas no deja de ser interesante y no escapa a las generales de la ley en términos de que son mercados que están creciendo.
¿Al momento de contratar recursos humanos ven inconvenientes, es difícil conseguirlo?
Más o menos. También es cierto que nos hemos puesto “duchos” para buscar en los últimos años. Tenés que entrevistar bastante gente hasta que conseguís lo que estás buscando, no es una selección fácil. Como positivo veo a mucha gente interesada. Eso abre más el abanico y da la posibilidad de seleccionar de la mejor manera que podemos. La gente se pone a prueba de manera bilateral y uno aprende a identificar, diría que bastante rápido, si la persona es adecuada o no para el puesto.
¿Cuáles son los objetivos para el próximo año?
Fortalecer los mercados en los que estamos trabajando. Estamos siempre ávidos de nuevos productos, así que miramos todo el tiempo lo que pasa en el resto del mundo. Desde el punto de vista de nuestra línea de productos, probablemente haya dos lanzamientos que tenemos bastante avanzados. Además, salir y tratar de fortalecer estos mercados externos nos pone muy contentos porque nos da aire. No tener “todos los huevos en la misma canasta”, da un poco más de tranquilidad. En términos de analogía, se dice que el piloto de Fórmula 1 que va adelante y un poco distanciado del segundo es el que da mejor las curvas porque va conduciendo rápido pero más tranquilo y estar en el mercado externo en algún punto es como el piloto que va adelante, manejás un poco más tranquilo.