El país registró en 1974 los indicadores de actividad industrial y participación de los asalariados en la economía más altos de su historia y las tasas de desempleo y desigualdad más bajas, al igual que la relación entre la deuda pública externa y el Producto Interno Bruto (PIB), niveles a los que el país volvió a acercarse en la última década luego de 30 años en los cuales todas esas variables se deterioraron.
El presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Héctor Méndez, destacó durante la celebración del Día de la Industria, el miércoles último, que “en el pasado reciente, desde 2002 hasta 2011, el crecimiento industrial ha mostrado un dinamismo histórico, marcando sin dudas un período fructífero para nuestra industria”.
“Estas cifras muestran que recién recuperamos el nivel de producción per cápita industrial de 1974”, indicó Méndez, quien fue “interpretado” por el diario Clarín, que en su portada de ayer, tituló que “la producción industrial está igual que hace 40 años”, como si fuera una situación negativa para el país.
Sin embargo, como explicó el ministro de Economía, Axel Kicillof, lo que hizo el titular de la UIA fue reconocer que en la última década la Argentina alcanzó “el punto más alto de industrialización”, luego del que se había registrado durante el tercer gobierno de Juan Domingo Perón, en 1974.
“El presidente saliente de la UIA reconoció que estamos en una situación similar a la del ‘74. Habiendo pasado 25 años de neoliberalismo, haber vuelto al punto más alto de la industrialización argentina alcanzado tras la década peronista y los otros gobiernos democráticos durante el periodo denominado ‘de industrialización’, es muy importante que la UIA lo reconozca”, dijo Kicillof a Télam.
Más allá de los discursos y sus interpretaciones, los números que manejan diferentes analistas privados y organismos internacionales, que van desde el Banco Mundial, hasta la Comisión Económica para América Latina (Cepal), muestran cuál era la situación de 1974 y cuánto de positivo tiene volver a estar “igual que hace 40 años”.
En 1974 el desempleo alcanzó su mínimo histórico, con 2,7%, y a partir de la dictadura cívico militar, esa cifra fue incrementándose, durante los gobiernos de Raúl Alfonsín y Carlos Menem, hasta ubicarse en 17,3% en 1996, de la mano de la desindustrialización y las privatizaciones de las empresas estatales, y luego del quiebre del país, provocado por la administración de Fernando de la Rúa, llegar al récord histórico de 21,5%.
El último indicador de desempleo publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), dio cuenta de una tasa de 6,6%, además de marcar 10 años consecutivos de desocupación en un dígito, algo que la Argentina no registraba desde hacía décadas.
También en 1974, el nivel de la deuda externa pública en relación al Producto Interno Bruto (PIB) estaba en 10%, la cual fue aumentando desde la dictadura hasta el duhaldismo para ubicarse en 160%, y luego comenzar a bajar drásticamente hasta el 40% actual si se computa todo el pasivo del Estado nacional, pero si sólo se toma la parte que está en manos privadas, ésta orilla el 10%, “igual que hace 40 años”.
Fue también en el cuarto año de la década del ’70 cuando la Argentina consiguió el nivel de mayor igualdad de su historia: un coeficiente de Gini de 0,35, de acuerdo con la Cepal.
El coeficiente de Gini mide la condición de un país y la ubica entre 0 y 1, siendo 0 el nivel de mayor igualdad y 1 el de mayor desigualdad.
La dictadura se ocupó de iniciar la senda más desigual para la sociedad argentina, llevándolo a 0,40; profundizada por el radicalismo que lo elevó a 0,46; el menemismo que siguió incrementándolo hasta 0,50; y la Alianza, además del breve lapso del duhaldismo en el poder, lo pusieron en el triste récord de 0,55 en 2002.
A partir de 2003, el coeficiente de Gini inició nuevamente un descenso para registrar en el primer trimestre de este año en 0,364, muy cerca de la menor desigualdad que tuvo la Argentina, hace 40 años.
Otra variable que en 1974 tuvo su mayor nivel fue la inversión bruta, que para ese entonces estaba en 24% del PIB, y durante la década de los ’80 promedió 19,3%; para más tarde en los ’90, aun con la ola privatizadora y la aplicación de políticas de libre mercado se ubicara en 18,4%; y en momentos de la crisis más profunda que atravesó la Argentina, entre 1999 y 2002, descendiera aun más a 16%.
Entre 2003 y 2010 alcanzó un promedio de 20,3%, de acuerdo con las cifras de la Cepal, llegando en 2011 a 24,9%, la más alta en décadas.
En tanto, la formación de capital fijo acumuló entre enero y julio último U$S 51.348 millones, con lo cual se ubicó en el 20,2% del PIB, tomando los números de la consultora privada Orlando Ferreres & Asociados, nivel que sigue estando por encima de los registros de los últimos 35 años.