El Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), cuyo director es Agustín Salvia, presentó los resultados del informe del tercer trimestre de 2022. Las cifras permiten saber que en el país hay 18 millones de personas pobres y 3,3 millones de indigentes, a pesar de los planes asistenciales del Estado.
El estudio reveló que, en el último año, la pobreza aumentó del 42,4 al 43,1%, aunque la indigencia bajó levemente, del 9 al 8,1%, a la par del aumento del gasto social. Los investigadores aclararon que, sin la asistencia social del Estado, la indigencia treparía al 19,6% y la pobreza al 50% y que los datos resultan “volátiles” en el marco de una inflación que crece al 7% mensual y una canasta básica que aumentó más que los precios en 2022.
Salvia refirió que “el 51,7% de la población tiene un programa social, sin contar las jubilaciones” y el “40% de los niños recibe ayuda alimentaria”. Dijo además que, desde 2011, el porcentaje de población con empleo pleno cayó del 45,1 al 40,7% y que, aunque cayó el desempleo abierto, subió el subempleo. Además, el 17,1% de los trabajadores con empleo pleno son pobres.
Agregó que, del total de la población ocupada, el 16% está en el sector público, el 30% en empresas privadas y el 53,6% en microempresas o cuentapropistas; este último ítem, en 2011, era 46,9%.
Según el informe, el promedio mensual de las remuneraciones, está en $79.000. Los empleados del sector público llegan a unos $111.000, los privados formales a $110.000, los informales a $ 62 mil y los de la economía social a $50.000.
El análisis indica que desde 2021 a 2022, el panorama se agravó por la fragilidad de las condiciones macroeconómicas y en particular la alta inflación. Todos los indicadores macro mostraron un retroceso desde el comienzo del segundo mandato de la presidenta Cristina Kirchner a fines del 2011: PBI, PBI per cápita, creación de empleo registrado, poder adquisitivo y precarización del empleo, entre otros.
Si los números se observan con mayor perspectiva, el pesimismo es mayor, ya que en 2011 la pobreza era del 31,8% y la indigencia del 5,7%. En 2019, al final del gobierno de Mauricio Macri, estas tasas eran del 39,8 y el 8,4%, respectivamente; luego, con la pandemia y la larga cuarentena, subieron al 44,7 y 9,8% en 2020.