De acuerdo al trabajo realizado por el Centro de Estudios Económicos Orlando José Ferreres, el nivel general de actividad registró una expansión de 0,1% interanual (ia) en noviembre, acumulando así una contracción de 8,2% en los once meses transcurridos del año. Por su parte, la medición desestacionalizada observó una expansión de 2,6% respecto al mes anterior.
Durante noviembre la actividad se expandió 0,1% respecto del mismo mes del año pasado, siendo el primer dato que muestra valores de actividad económica pre-pandémicas. A su vez, este registro es la primera variación positiva tras 16 meses de caídas consecutivas en la medición interanual.
Asimismo, vale destacar la fuerte expansión de 2,6% que mostró la medición desestacionalizada respecto del tropiezo de octubre. Sin embargo, este dato positivo no es homogéneo, dado que la mayoría de los sectores indican todavía caídas anuales.
El avance de la intermediación financiera y el buen resultado de la industria manufacturera lograron inclinar la balanza para anotar la variación positiva del índice general. El comercio, con una merma de 0,7%, mostró una fuerte desaceleración de la contracción, que acumula una baja de 11,4% en los meses transcurridos del año.
En diciembre, probablemente los números continúen siendo positivos. Para el año próximo la mirada estará puesta en la evolución que muestre el frente sanitario, en las cuentas fiscales, en las negociaciones con el FMI y otros organismos crediticios, y en la estabilidad macroeconómica. Aunque la tarea es harto compleja, en la medida en que estos cuatro frentes comiencen a resolverse podremos esperar una recuperación del PIB para el 2021
El sector agropecuario registró durante noviembre una caída de 3,7% ia, acumulando así para los once meses transcurridos de 2020 una baja de 5,2%. En detalle, el sector agrícola muestra una contracción de 10,6% que fue parcialmente compensada por la expansión de 3,1% del sector ganadero. Vale mencionar el impacto que la sequía está teniendo en la próxima cosecha triguera. Desde la Bolsa de Comercio de Rosario estiman una producción un 15% menor que la del año pasado, mostrando una reducción de 3 millones de toneladas. La producción industrial anotó para noviembre la primera expansión ia del índice durante el corriente año, creciendo 0,4% y superando así el nivel de actividad de la pre-pandemia. El impulso vino principalmente del sector automotriz (+20,2%), del rubro de minerales no metálicos (+12,7%), íntimamente vinculado a la construcción, y de la producción de metales básicos (+5,8%), que provee insumos también al sector automotriz, a la construcción y a la producción de electrodomésticos. Faltando un mes para cerrar el año, la industria acumula una contracción de 8,6% anual.
Luego de tres meses de variaciones negativas, el sector energético mostró un avance de 1,6% respecto del mismo mes del año pasado. En el detalle del sector eléctrico, la demanda local mostró una baja interanual de 4,4%, con un avance del consumo residencial y caídas en la demanda comercial e industrial, aunque mostrando una desaceleración. A pesar de esto, la exportación de energía a Brasil logró que la generación total muestre un crecimiento de 1,6%. En su conjunto, el sector acumula una merma de 1,6% para los once meses en análisis.
El comercio registró en noviembre una caída de 0,7% anual, siendo la mejor cifra observada para este sector de los últimos 17 meses. Entre las ramas, el comercio minorista anotó una contracción de 6,6%, mostrando una desaceleración en su caída respecto de los meses que siguieron a la caída de marzo, que nunca habían bajado de los dos dígitos. Pero el impulso en el anteúltimo mes del año provino de la rama mayorista, la cual anotó una expansión de 5,9%, motivada en principal medida por la brecha cambiaria, que llevó a un fuerte aumento de las importaciones. En los once meses transcurridos, el comercio cayó 11,4%.
El Índice General de Actividad (IGA) es un estimador mensual insesgado del PIB. Utiliza 122 series estadísticas para construir el primer indicador de actividad económica que permite medir mensualmente y con menos de un mes de demora la evolución de la economía en su totalidad, combinando la representatividad del PBI pero con la frecuencia y actualización mensual de un Índice de Producción Industrial.