Tomás Piqueras tiene 26 años, es abogado y CEO del Centro de Servicios Hospitalarios (CSH), compañía fundada en 1996 por su abuela Norma y su padre Pablo, a quien, en 2016, le detectaron una grave enfermedad. Con apenas 19 años, mientras estudiaba derecho, esta situación lo llevó a incorporarse de inmediato a la empresa familiar.

Luego los hechos se encadenaron rápidamente. En agosto de 2019, falleció Pablo y cuando la familia se estaba ordenando, en el centro del duelo, llegó a la humanidad el Covid 19. El inesperado escenario lo puso en primera fila, ya que la emergencia demandó con urgencia, productos y servicios que brinda la PyME.

En diálogo con Ser Industria Radio, Piqueras repasó la experiencia y sostuvo que, a la venta de tecnología y equipamiento médico, este año CSH decidió trascender la importación de productos y apostar por la innovación local en materia de diagnóstico por imágenes. Asimismo, subrayó que en ningún momento se le cruzó la idea de dejar Argentina.

¿Cómo viviste el en momento en que debiste hacerte cargo de la empresa?

Hace 26 años, mi padre y mi abuela, fundaron esta empresa que trabaja en el rubro de la salud vendiendo tecnología médica. A fines de 2016, mientras estaba cursando la facultad, a mi viejo le diagnosticaron un cáncer terminal. Eso adelantó los tiempos. Dejé mi trabajo en un estudio jurídico y me acerqué a él para aprender el oficio. Sabía que, en algún momento, trabajaríamos juntos, pero en otra etapa. Esta situación inesperada adelantó todo. Mientras mi papá estaba enfermo, estudié Dirección de PyMEs y en 2020, me convocaron para hacer un programa en la Universidad de Harvard, donde reunieron a 50 personas innovadoras en el cuidado de la salud. Hace poco terminé un posgrado en Finanzas de la UCEMA.

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¿Qué servicios brinda la empresa? 

Vendemos tecnología médica y brindamos servicios de asesoría dentro de ese mundo. En el inicio se revendían productos locales de baja complejidad. Luego  mi padre fue el primer importador serio de productos chinos de alta calidad y eso le permitió posicionarse rápidamente en el mercado. A partir de ahí empezó el camino de crecimiento. Se fueron abriendo representaciones importantes y poco a poco nos orientamos a brindar soluciones y servicios de asesoría.

¿Cómo atravesaste la pandemia?

Es importante destacar que los verdaderos héroes de esa etapa fueron los trabajadores de la salud, que pusieron el cuerpo y todos sus conocimientos para resolver la situación. Nosotros proporcionamos respiradores, monitores multiparamétricos, bombas de intrusión, camas de terapia, desfibriladores, productos de primera necesidad para atender la pandemia. Sobre todo, el primer año, donde había mucho desconocimiento y un gran estrés, la dinámica fue muy desafiante. De un lado teníamos a los clientes, desesperados porque sentían que los pacientes literalmente se les morían en los pasillos, necesitando equipamiento y pidiendo por favor asistencia. Del otro, estaban los proveedores, experimentando la misma situación que nosotros, pero en relación a todo el mundo. Fue una dinámica súper desafiante donde nosotros estábamos peleando para entregar en tiempo y forma, por ejemplo, 200 respiradores. Esa cifra para nuestro mercado es un montón, pero quizás a nuestro proveedor, de un día para el otro, el gobierno italiano, le puso una orden de compra de 2 mil respiradores. Entonces, todas las noches estuvimos peleando para cumplir los compromisos y ayudar al sistema de salud.  

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Además de la competencia con otros países, ¿pesaban la distancia geográfica y las dificultades logísticas?

La logística internacional fue un desafío, el mundo estuvo verdaderamente parado. Asumimos el compromiso de colaborar para resolver una situación súper crítica no solamente para el país. Aprendimos mucho durante la pandemia, fue un proceso de transformación interno muy importante. 

¿La pandemia desnudó la falta de respiradores y otros aparatos en el sistema sanitario argentino?

Absolutamente, pero es algo que pasó en todo el mundo. En nuestro país, estamos bastante atrasados en cuanto a tecnología y el parque instalado de equipos, pero se hizo un recambio importante en materia de respiradores. En Argentina existen dos o tres fábricas que tienen un producto muy bueno y ayudaron muchísimo a responder a la demanda. La dinámica fue extraordinaria para todos. 

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Entonces, el Covid sirvió para reequiparse e incorporar tecnología para la salud…

Por supuesto, por necesidad hubo que ampliar el parque instalado y renovar el que existía, se hizo una actualización importante en cuanto a tecnología. También creo que la enseñanza que esto ha dejado en todos los países fue recordar la importancia que tiene la salud para el bienestar de todos. Indudablemente, la salud volvió a primera plana y a convertirse en prioritaria para todos los gobiernos. 

¿La dramática experiencia fue útil para visualizar la dispar asistencia sanitaria entre la Capital Federal y las zonas más alejadas del país?

Sí, absolutamente. Como todos sabemos, Argentina es un país súper centralizado, pero es bueno reconocer que, en el momento más crítico, centralizar las adquisiciones a través de los ministerios más importantes, colaboró en que la visión de las compras fuera bastante integral y se cubriera, en la medida de lo posible, la mayor parte del territorio nacional. Por lo tanto, hubo una renovación importante del parque instalado y sin duda la foto del parque de equipamiento de tecnología del país hoy es mucho más alentadora. Por supuesto que en un montón de cosas seguimos atrasados, sobre todo en la cuestión de las redes, los sistemas de informatización y demás. Nosotros estamos en el proceso de entender que no somos una empresa que vende productos, sino una empresa que vende servicios o soluciones. También de entender la importancia de la tecnología y su fuerte impacto en el acceso a la salud. Paralelamente, hace unos meses empezamos un proyecto propio de desarrollo de un software para el pre diagnóstico de patologías.

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¿Qué aporta ese software?

La idea es que se podrá diagnosticar a partir de cualquier imagen clínica. Desde un ecógrafo hasta una resonancia magnética. Trabaja con inteligencia artificial y en tiempo real permitirá emitir un prediagnóstico, que sirve de soporte a los profesionales para diagnosticar. Si esta herramienta hubiera funcionado en la pandemia, posiblemente un montón de casos podrían haberse diagnosticado súper rápido a partir de una radiografía. En un momento donde el sistema de salud estaba saturado, hubiera sido una herramienta fantástica para derivar tratamientos y diagnósticos. O en casos en donde se dudaba si un caso era una neumonía o un Covid, esto hubiese sido una herramienta extra para derivar al tratamiento que correspondía. 

¿En qué estado se encuentra ese desarrollo?

Estamos por lanzar el NVP. El desarrollo, en la primera instancia, está terminado y estamos haciendo las pruebas para sacarlo al mercado y empezar a testearlo en instituciones de salud. Es un proyecto que nos entusiasma muchísimo, sobre todo, porque pone en primer plano a la salud, pero también a la tecnología, que es algo súper transversal y horizontal a todo lo que hacemos.

¿Qué es lo que más te impactó de todo lo que viviste en la pandemia?

Creo que respondimos muy bien, nos obligó a rever un montón de procesos internos y a repensar la forma en la que hacemos las cosas. Sin dudas, nos permitió avanzar y crecer, pero además nos ayudó a reafirmar el compromiso con lo que hacemos. Un montón de veces, charlando con el equipo, en el momento más crítico, era emocionante saber que los respiradores que entregábamos mantenían con vida a muchas personas. Personalmente me emocionaba mucho pensar que uno de nuestros respiradores podía ser lo primero que veía el paciente al momento de despertarse. Eso era como un motor, una motivación que nos ayudó a todos a trabajar el triple para cumplir el objetivo de ayudar.

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Mencionaste al equipo, ¿muchas personas te acompañan?

Actualmente somos 35 en forma directa, pero también tenemos gente trabajando en otras ciudades del país para cubrir las necesidades en todo el territorio. Además, nuestros productos requieren un asesoramiento específico. Necesitamos brindar servicios pos venta de cada uno de los equipos. Ni hablar del momento en que los respiradores estaban funcionando 24/7 durante meses y no podían bajo ningún concepto detenerse. Era imprescindible tener esos servicios. También fue parte del desafío estar en cada una de las provincias que tenían equipos nuestros. 

Muchos jóvenes se van o piensan irse del país. ¿En algún momento te planteaste esa idea?

Te juro que no. Es una batalla medio ideológica que tengo hasta con parte de gente de mi círculo. Lamentablemente, veo un montón de jóvenes expectantes de emigrar. En muchos casos, puedo entender los argumentos o la justificación que tienen, pero yo quiero realmente a mi país. Quizás, hoy con el éxito en el Mundial de Fútbol, vuelve a crecer ese sentido patriótico. Yo tengo un compromiso muy grande por aportar un granito de arena desde este lugar para que el país sea cada día mejor. Hoy el alcance que tenemos es finito, pero la expectativa es seguir creciendo dentro del rubro de salud a mediano y largo plazo.