La economista Diana Mondino remarcó que el cepo a las importaciones pone en riesgo la productividad de las empresas, que ven comprometidos sus procesos productivos por la falta de insumos.
“La palabra productividad es mala palabra para el Gobierno”, dijo la directora de la Universidad del Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina (UCEMA) en diálogo con Ser Industria Radio.
Asimismo, criticó la forma en que la gestión de Alberto Fernández encaró la construcción del Gasoducto Néstor Kirchner y en cuánto a la “guerra contra la inflación”, alertó que no se está tomando ninguna medida para que efectivamente baje el año próximo.
En septiembre el Estado pagó $200 el dólar soja, mientras su valor oficial ronda $150. ¿Cómo se compensó la diferencia de $50?
Aclaremos que se lo vendía a los importadores. Fue por un mes nada más, con lo cual tuviste ese descalce muy grande y cuando se dieron cuenta dejaron de venderle a los importadores o sea que estaba peor.
Por ese mecanismo, ingresaron poco más de US$8000 millones. Pero el INDEC informó que en septiembre las operaciones de comercio exterior dieron una ganancia de US$454 millones. ¿Qué hubiera sido sin los ingresos extras de la soja?
Lo que pasa es que, justamente, se potenciaron las importaciones. Todavía quedaban por pagar varias de energía. Además, los importadores están apurados para comprar a $150 lo que vale $300 en el mercado. Entonces, se importó todo lo que se pudo y a pesar de las restricciones, que son muchas. Por eso tenemos un saldo tan mediocre. Pero hay otra cosa que es peor todavía. De esos US$8 mil millones, el gobierno recuda US$ 2 mil en concepto de retenciones, por lo tanto, el resultado fiscal debería ser notablemente bueno porque entró muchísima plata que iba a ingresar a lo largo el tiempo y calculado sobre una base más baja. ¿A dónde fue a parar esa plata? Todavía no están esos datos, pero cuando estén nos vamos a llevar una sorpresa tal vez no muy agradable.
Se había definido el destino de la recaudación…
Se anunció que gran parte de esos fondos iban a ir a reforzar planes, ayudas sociales, pero tres semanas antes hubo un recorte en discapacidad y en infraestructura. Por lo cual se terminará pagando a gente que no trabaja y a dejar de pagar a los que sí hubieran trabajado. Y encima nos quedamos sin infraestructura. Está todo muy enredado. Son medidas que se toman de forma aislada y cuando las pones todas juntas, la verdad es que hacen un problema.
En los primeros nueve meses del año el superávit fue de US$2611 contra US$12340 millones del mismo lapso en 2021. Es una caída notable. ¿Qué puede pasar con la economía el año que viene?
Miralo desde el punto de vista de la industria, que prácticamente tiene serias dificultades para acceder a los insumos que necesita importar para producir. La semana pasada, durante uno o dos días, estuvieron paradas algunas plantas de producción de autos y otras han dicho estar muy justos para seguir trabajando. Siempre se habla de autos, pero no sé porque no se cuenta lo que sucede en la industria metalmecánica dirigida al agro, fabricantes de tractores, de maquinarias. Si no hay insumos para los autos, me imagino que tampoco hay para los tractores. Sabemos que en Argentina los neumáticos para tractores son casi todos importados. Se está parando la producción y hoy tenés un tema de recaudación con una producción que estaba bien, no todo lo que uno quisiera, nunca es todo lo que uno quisiera, en ningún lugar del mundo, pero acá resulta que lo estás frenando. Así que no sé qué va a pasar más adelante.
Se nota un contraste entre el corte de algunas cadenas de pagos y las declaraciones del Presidente Alberto Fernández que habla de un firme crecimiento. Por otro lado, las consultoras informaron una contracción de la producción del 0,4% en el último mes. ¿Cuál es la realidad?
Los datos que muestra el Presidente son de algunos sectores y algunas fechas. En general se compara contra la cuarentena, contra la pandemia, entonces es razonable que haya habido crecimiento, pero no están considerando el shock que fue julio, agosto, septiembre, con el cepo a las importaciones. Todavía están midiendo datos con el segundo trimestre o sea cuando no tenías todos estos problemas. Ahora no tenés ni las divisas ni las cosas que se podrían comprar con esas divisas. Se empieza a frenar la producción, tampoco es que se está paralizando el país, sino que estás teniendo dificultades con cadenas de valor que cuando se rompe un eslabón hay que ver cómo se reorganiza para sobrevivir. Pero si te falta un tornillito que no se hace en Argentina, se paraliza la producción de una máquina porque falta un repuesto. Esas cosas me sorprenden de estas medidas tan abruptas. Ahora todas las autorizaciones de importación son un permiso especial diferente a lo que había antes, entonces hay mucho trabajo que hacer.
Son trámites bastante complejos, porque implican plazos largos para efectuar los pagos al exterior…
Claro. Lo que ya te mandó tu vendedor desde el extranjero, no tendrá más remedio que esperar para cobrarse, pero el problema es que no te vuelve a mandar. Nos tenemos que dar cuenta de una vez por todas de estas avivadas argentinas de “no te pago ahora, sino a los seis meses”, que es la instrucción, postergar pagos. Todas las empresas que tienen deudas, etc., termina ocurriendo que el gobierno dice “los dólares a $150 no te los doy, espera seis meses…”. Pero no sabés si en ese momento te lo van a dar o no y depende cómo sea la relación que tengas, ya sea con un acreedor o un proveedor extranjero. A lo mejor tenés que pagarle de todas maneras y hay que salir a comprar los dólares en el contado con liquidación, que es el único mercado legal que queda y se pagan a $300. Es decir, lo que creían que iba a costar $150 termina saliendo $300. Es muy ingenuo todo el proceso de creer que se puede definir desde una Secretaria quien puede o no importar. La solución es liberar el dólar. Nos olvidamos que estas cosas tienen consecuencias económicas, productivas, pero tienen una raíz de corrupción a partir de a quién se le da el permiso y a quién no, en base a qué criterio. ¿A quién grite más? ¿A la provincia en la que querés que te reelijan? ¿A quién les das las divisas? Entonces ¿por qué tiene que ser alguien el que decida eso? No puede ser es que sea el gobierno el que los asigne. Eso no resiste ningún análisis.
Los gremios piden aumentos salariales del 100% y al mismo tiempo están cayendo las ventas. Como todos sabemos, la mayor cantidad de empleo lo generan las PyMEs ¿Cómo podrán afrontar esos pagos estas empresas?
Ahí tenés dos problemas. Los salarios de ahora son bajos, muy bajos, no nos engañemos, pero si no hay ventas y el salario sube, la empresa no puede sobrevivir. La única forma es que aumente la productividad, que, si vendía 10 pares de zapatos, ahora venda 12 o 15. Que el empleado pueda llegar a tiempo porque no hay un piquete. Que sepas a qué hora pasa el colectivo y pase. Que los chicos vayan al colegio y tengan clases, no que tengas que decir “hoy no puedo ir a trabajar porque no hubo clases”. Entonces a menos que tengas más productividad, es absolutamente imposible pagar más sueldos y si no pagas más sueldos la gente realmente está en una situación económica muy precaria. En economía decimos que todo es circular. Si un empleado gana muy poco no puede comprar zapatillas, entonces el comerciante vende poco. La única forma es poder producir más y no veo nada en el gobierno actual que esté apuntando en esa dirección, en todo caso hablan del sueldo, pero no de lo que tenés que hacer para que ese sueldo funcione mejor, de eso no se oye hablar. La palabra productividad es mala palabra para el gobierno y sin embargo es esencial.
Con una política distribucionista que se va profundizando, ¿los planes Ahora 30 o los bonos de $45 mil, son más de lo mismo?
Llamar distribucionista a esto es una mentira. Eso sería si a la gente que hoy está sin trabajo la prepararan para que pueda tenerlo. Lo que hacen hoy, es quitarle al que tiene trabajo para darle un puchito al que no tiene. O peor, ni siquiera le estas dando para comer, sino para comprar un televisor. Si la gente tiene necesidades, ayudala con la comida, con las cosas básicas. Resulta que lo estás ayudando con un televisor. Pagamos más impuestos para que alguien tenga un televisor grande ¿Dónde están la equidad, la justicia, la redistribución en eso? A mí no me entra. No hay remedios en los hospitales, no hay gazas y resulta que vamos a gastar la plata en televisores. Es un disparate. No es nada fácil entender las medidas que se toman. Creo que no sirven ni para ganar las elecciones.
¿El gobierno perdió la sensibilidad hacia los emprendedores y PyMEs que están asfixiados?
La perdieron el primer día que hizo la cuarentena, donde le dijo a todo aquel que tenía un restaurante o un comercio que tenía que cerrar. En ese momento no sabíamos cómo venía la mano. Supongamos que fuera la medida más razonable con la poca información que había, pero les pidió que sigan pagando los sueldos. ¿Cómo hacían para seguir pagando? Es verdad que el mozo no tiene la culpa, tiene que cobrar, pero entonces se funde el PyME y ahora no tiene trabajo nadie, ni los que estaban antes ni los que podrían estar ahora. Fueron medidas muy malas. En otras partes del mundo, donde también hubo cierres, no tan extensos como en la Argentina, cuando se cerró el gobierno no obligó a la empresa a asumir los costos, ayudó al empleado. Acá le dieron un préstamo a la empresa que tiene que repagar y ahora salieron con que a la empresa que lo recibió para pagar alguno de sus sueldos, los empleados no pueden comprar dólares. Es siempre todo por el lado del castigo, nunca por el lado del incentivo.
Para el Gobierno, el Gasoducto Néstor Kirchner es la solución a muchos de los problemas de Argentina. ¿Será así?
No, para nada. El gasoducto es importante para importar menos, porque es probable que durante el invierno sigamos importando algo, pero se compensaría con las exportaciones que podemos hacer. Pero hasta que no esté el gasoducto no se empiezan las obras que hacen falta para poder exportar. Con lo del gasoducto hay algo que a mí no me cierra.
¿Por ejemplo?
¿Por qué al gasoducto lo pagamos entre todos los argentinos? ¿Por qué no lo pagan los que lo van a hacer o usar? El gobierno dice “voy a recobrar con el peaje que pagan los que usan el gasoducto”. ¿Por qué no deja que la empresa haga el gasoducto y que recupere la inversión con el peaje? No, lo tenemos que pagar entre todos nosotros. ¿Quién lo va a usar? ¿Cuánto va a tardar en estar terminado? ¿Qué condicionamientos técnicos tiene? ¿Qué gobierno del mundo puede saber si hay que poner una válvula más grande o más chica? Eso dejalo que lo resuelva la empresa privada. De la forma que lo están encarando no es ni más rápido, ni más barato y sin hablar de ningunas sospechas odiosas, ni va a hacer más eficaz después que lo tengamos. Además, la forma que han encarado el tema lo hacen secuencial.
¿En qué sentido?
Primero hacemos el gasoducto, cuando esté terminado vamos a ver si alguien quiere hacer la planta regasificadora, después vamos a ver si alguien quiere hacer la otra planta. Hacen falta tres o cuatro plantas, es una inversión de US$12 o 15 mil millones en total contando el gasoducto, los puertos etc. Más fácil sería decir “es todo privado” y que 10, 15, 50, empresas del mundo, sobre todo después del lío que hay con Ucrania vengan y lo construyan. Nosotros podemos ser accionistas de esa planta si queremos. Ahora vas a tener que subir la factura del gas. ¿Quién paga el gasoducto para que la factura tenga un precio razonable? Son varias cosas juntas que se deberían estar resolviendo y que, al contrario, van de a pasitos. En el tema eléctrico lo mismo. Suspendieron la segmentación que anunciaron que se iba a hacer en julio, lo pasaron a septiembre, después a octubre… Ahora estamos esperando ver cuándo se hace. A medida que pase el tiempo, más fuerte va a ser el salto en la factura. Ahí se genera un problema. No sé cómo va a quedar, el gobierno tampoco lo sabe porque lo han tenido que modificar dos o tres veces.
La pobreza infantil supera el 50%, ¿nos hemos acostumbrado y esto ya no le impacta a los políticos?
No es que no impacte, es útil a la clase política. Dejemos de lado la parte humillante de no dejar que la persona desarrolle su potencial. Los tipos dicen “si no me votás, te quitan el plan”, “si no vas a la manifestación o no te presentas en el colectivo, te quitan el plan”. A la gente no sólo le estas dando cada vez menos, sino que la tienen amenazada con que le quitan el plan. A su vez, esa gente que tienen el plan quiere trabajar en negro y nadie los contrata porque en negro le pueden hacer un juicio. Esto genera un círculo vicioso que se podría solucionar, no será muy fácil ni rápidamente, pero se podría si el gobierno hace que se pueda contratar a esa persona sin que pierda el plan. Nadie encontró una solución genuina para esto, pero hay que empezar a trabajar para que funcione bien.
¿Cómo imaginás el año próximo?
Falta todavía. En Argentina dos meses y medio son un largo plazo. Desde el punto de vista de la inflación, hasta ahora no hay medidas para que se reduzca. Estas cosas de precios justos, precios cuidados, es difícil que tengan resultado a largo plazo. El tema de cuánto afecta esta falta de importaciones a la producción que no lo sé, pero el poquito que afecte, joroba bastante y entonces la economía no crece lo que debería. Pero, además ¿quién se está ocupando de la educación o nutrición de los chicos para que dentro de 5 o 10 años, los hijos de la gente que cobra un plan sí puedan trabajar? La economía es un lío, pero todas las otras aristas también lo son. Hay muchos problemas y no se ve a nadie que quiera hacer algo para solucionarlos. Vamos a tener que esperar las elecciones para que eso ocurra.