El ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, confió en que las operaciones de mayores ventas comiencen a concretarse el próximo día 15 de septiembre, cuando se celebre en Moscú la reunión mixta binacional.
Se reunirán allí, en forma paralela, empresarios y funcionarios de los dos países, en el marco de una exposición mundial de alimentos, dijo Casamiquela en declaraciones a radio América.
El titular de la cartera agropecuaria destacó la “oportunidad” que se deriva de las restricciones económicas aplicadas por Rusia a los países de la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá, Noruega y Australia, que, a su vez, aplicaron sanciones comerciales por el conflicto en Ucrania.
“La expectativa es enorme porque hay una posibilidad muy interesante, ya que Rusia convocó a todos los países productores de esos alimentos para que sean proveedores, entre ellos la Argentina”, dijo Casamiquela.
El ministro resaltó las perspectivas de mayor provisión de carne de pollo “que tiene gran demanda y nosotros contamos con una capacidad de oferta exportable”, como también de lácteos, pescados, frutas frescas, legumbres, carnes, mosto y jugo de uva.
En el rubro de carne vacuna, Casamiquela precisó que “Rusia requiere cortes premium, de alta calidad, y la Argentina tiene posibilidad de acercar oferta exportable hacia ese sector”, para lo cual se flexibilizarían restricciones locales.
“Lo que Rusia ha dejado de comprar a sus anteriores proveedores son 10 mil millones de dólares y nosotros creemos que podemos aumentar la oferta exportable en 1.800 a 2.000 millones, lo cual va a depender de que los precios sean razonables, de las condiciones de calidad y seguridad de abastecimiento”, agregó el funcionario.
Se refirió, por otra parte, al cierre de frigoríficos por la baja de exportaciones, pero aclaró que “el problema hay que discutirlo estructuralmente, ya que (para ganaderos e industriales) es mucho mejor negocio el comercio interno”, dada la fuerte demanda y los precios al consumidor, muy superiores a los de otros períodos.
Casamiquela advirtió al respecto sobre “errores estructurales” que se están cometiendo, como la faena de animales jóvenes, livianos, por debajo de 300 kilos, “con lo cual inhibimos la posibilidad de que engorden a 450 o 480 kilos para exportación”.
“Hay que controlar exhaustivamente y tener mucho cuidado de que no se desequilibren los precios internos, porque con una baja eventual de la faena va a haber menos oferta y se corre peligro de que suban los precios”, por lo cual hay que aplicar un sistema programado y chequeado, concluyó el ministro.