En el marco del Congreso “A Todo Trigo”, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires realizó el Lanzamiento de la Campaña Fina 2022/23,donde presentó las primeras estimaciones para trigo y cebada. En un contexto de alta incertidumbre, tanto internacional como local, se estimó una superficie de cereales de invierno similar a la implantada durante el ciclo previo, de 7,9 millones de hectáreas, pero con una caída interanual del volumen de cosecha que resultaría en una disminución del aporte de las cadenas del trigo y la cebada a la economía argentina.
Describiendo las señales que recibieron los productores durante esta pre-campaña, Agustín Tejeda Rodríguez, Economista Jefe de la entidad, señaló que nos encontramos ante un escenario de alta incertidumbre, con precios internacionales en niveles históricamente altos, tanto de granos como de los principales insumos, debido a los efectos de la Guerra entre Rusia y Ucrania y disrupciones en las cadenas de suministros generadas por la reinstauración de cuarentenas estrictas, en un marco de bajos stocks mundiales. La suba de los costos afectó especialmente a aquellos cultivos más intensivos en el uso de tecnología, como son los casos del trigo y la cebada, que tendrían un aumento del 45% en los requerimientos de inversión este año.
En relación al escenario climático para la nueva campaña, Eduardo Sierra, especialista en agroclimatología aseguró que el estado de “La Niña” que se instaló durante la temporada 2020/2021 en gran parte del área agrícola nacional, y persistió a lo largo de la temporada 2021/2022, evolucionará hacia un “Neutral Frío”, contribuyendo a estabilizar la marcha del clima, en un nivel leve a moderadamente negativo. Las precipitaciones irán mejorando los niveles de humedad en el este del país a medida que nos acerquemos a la primavera. Además, afirmó que dicho escenario proveerá un ambiente favorable para la Cosecha Fina, ya que los cultivos invernales se adaptan bien a un ambiente sub-húmedo y fresco, que cubrirá sus necesidades de frío y reducirá la incidencia de enfermedades. En conclusión, se trata de una situación con riesgos manejables, que requerirá un planteo tecnológico/productivo prudente y riguroso en la campaña fina 2022/23.
Con este panorama, Esteban Copati, Jefe del Departamento de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales, expresó que la superficie a ocupar con trigo durante este nuevo ciclo alcanzaría las 6,6 MHa, registrando una caída interanual ahora calculada en – 1,5 % (superficie campaña trigo 2021/22: 6,7MHa), mientras que en el caso de cebada el área ascendería a 1,3 MHa, reflejando una expansión interanual del 8,3 %. Respecto a las proyecciones de producción en ambos cereales, la campaña podría presentar limitaciones en el uso de algunos insumos clave, como fertilizantes, ante una más desfavorable relación insumo/producto, lo que afectaría negativamente los rendimientos.
En consecuencia, la proyección de cosecha ascendería a 20,5 MTn para el trigo, reflejando una merma interanual del -8,5%, mientras que en cebada se prevé una cosecha de 5,4 MTn, cifra que resulta en un incremento interanual del 3,8 %, explicado en mayor medida por la expansión del área sembrada.
Por su parte, Sofia Gayo, Analista del Dpto. de Investigación y Prospectiva Tecnológica, presentó los resultados del último Relevamiento de Tecnología Agrícola Aplicada. En la campaña 2021/22 el trigo alcanzó el 35% del área sembrada con un nivel alto de tecnología, relacionado principalmente a mejoras en la fertilización y el uso de productos biológicos para el tratamiento de semillas. Luego, afirmó que aún queda trabajo por hacer para cerrar las brechas de nutrientes en el cultivo, que es lo que permitiría cerrar las brechas de rendimientos para alcanzar mayores niveles de producción. Por último, resaltó los desafíos para la campaña 2022/23, en la que el uso de ciertas tecnologías se vería restringido, por lo que el manejo técnico sería clave para hacer un uso más eficiente de insumos y recursos, lo que podría favorecer un mayor acercamiento a tecnologías 4.0.
Finalmente, al presentar las cifras de aporte económico de ambas cadenas, Tejeda Rodríguez destacó que se espera que las exportaciones disminuyan un 5% a USD 6.236 millones durante la nueva campaña, debido a la caída de las cantidades producidas, aunque se mantendrían muy por encima del promedio de los últimos años. Como consecuencia de la suba de costos, el Producto Bruto de ambas cadenas también se reduciría en un 10,5%, situándose en USD 6.354 millones, y se aportarían USD 1.782 millones en recaudación fiscal. Se indicó que este aporte estaría limitado por las actuales políticas agrícolas y comerciales y la expectativa de mayores restricciones. Con políticas más favorables a la producción, se podrían generar hasta USD 2.000 millones adicionales en exportaciones de trigo, cebada y subproductos. En este sentido, se señaló que Argentina está ante la oportunidad de consolidarse como un proveedor confiable de alimentos en tiempos inestables, lo que ofrecería una salida a la crisis actual y la posibilidad de un sendero de desarrollo. Para lograrlo, debemos repensar y priorizar la inserción internacional de las cadenas agroindustriales en la nueva geopolítica mundial, concluyó.