La industria argentina enfrenta serios desafíos mientras busca sostener la productividad y los empleos, en un entorno macroeconómico complejo y volátil. A pesar de los obstáculos, el Astillero Naval Federico Contessi botó en Mar del Plata su tercer buque en el año, el pesquero Yani G.
“Tenemos muchos problemas, pero no debemos perder la esperanza. No es una cuestión de colores políticos. Todos tenemos que unirnos y empezar a hacer las cosas con visión de largo plazo, construir un país para nuestros hijos. Porque se nos van pasando las oportunidades”, le dijo a Ser Industria Radio, el presidente del Astillero marplatense, Domingo Contessi.
El empresario remarcó que “nuestra política es un reflejo de lo que somos. No podemos buscar culpables en otro lado, tenemos que buscarlos en nosotros mismos. Muchos de los problemas que estamos teniendo no son culpa del gobierno, sino de la especulación empresaria”.
Al respecto, recordó que al día siguiente a la devaluación post PASO, algunos proveedores aumentaron los precios en dólares un 25%. “Les dije “muchachos se devaluó el peso, no el dólar”, a lo que me respondieron “sí, pero es la política de la empresa”. De esa forma, ¿cómo vamos a salir adelante? Estamos corriendo una carrera alocada hacia el precipicio. Estos momentos son para sacar las papas del fuego, no para salvarse”, sostuvo.
Agregó que “ahora todos tenemos que poner el hombro por el país. Y la verdad que eso no lo veo en la sociedad, ni en la clase política, entonces es muy complejo”.
Asimismo, Contessi abordó la controversia en torno a la licitación internacional para construir un buque de investigación del INIDEP con financiamiento del BID. Sostuvo que el planteo es inapropiado ya que viola la ley 27.418 de incentivo, promoción y desarrollo de la industria naval argentina.
Toda botadura tiene un valor especial. ¿Cuál es el de este pesquero?
Es el octavo buque de esta nueva generación que entregamos en los últimos dos años y medio. Para nosotros es un gran orgullo estar liderando el proceso de renovación de la flota pesquera. Hicimos la ceremonia inmersos en las dificultades que atraviesa la industria en general y que, en algunos casos para nuestra industria naval, se exacerban por algunos condimentos especiales. Dependemos de un sector netamente exportador como es el pesquero, que ha sufrido en los últimos años por efecto del atraso cambiario y de las condiciones de la economía nacional.
¿Este buque puede ser el último del año o quizá pueda botarse alguno más?
Estamos intentando tener otra botadura antes del fin de año pero, sinceramente sabemos que será muy difícil. Tenemos muchos obstáculos por sortear. Esperemos llegar, pero sinceramente no lo podemos asegurar. Si no es a fin de año, lo botaremos en enero.
¿Qué parámetro se puede trazar entre las expectativas para este año y lo que pudo realizarse?
En 2022 habíamos planificado cinco botaduras y las logramos. Para 2023 el objetivo eran seis. Para esta fecha, tendríamos que estar por la quinta botadura, no por la tercera. Realmente ha sido imposible, todo se ha complejizado. Llegar a la tercera en estas condiciones, ha sido un esfuerzo muy grande. Siempre trato de sacarle la épica a lo que hacemos, pero realmente mantener una industria como la nuestra, con la complejidad que tiene, con tanta diversidad de componentes, algunos de origen nacional, otros importados, que depende de servicios de terceros, la verdad que es muy difícil. Se ha hecho una tarea titánica y lamentablemente siento que el esfuerzo que estamos haciendo no es debidamente valorado.
¿El año que viene va a ser aún más complejo?
En términos de inflación no me cabe duda. Va a ser un año en que los precios van a ir galopando muy rápido. Esperamos que mejoren la paridad cambiaria y el acceso al mercado libre de cambio para poder importar insumos. Si esos dos aspectos no mejoran, sin lugar a dudas va a ser un año mucho más complicado, pero esperamos que, cualquiera sea el gobierno que asuma, en 2024 logre solucionar esos problemas que son centrales.
Se anunciaron algunas medidas. ¿Sigue siendo dificultoso importar insumos?
El problema no es tanto importar, sino pagar. Por ejemplo, la chapa con la cual construimos este barco, llegó al país en abril. Nos dieron fecha de pago para julio y nos reprogramaron para el 20 de noviembre. Entonces, botamos el barco, pero todavía no pude girar las divisas para pagar la chapa. Es realmente muy complejo trabajar así.
¿Cómo afecta la brecha cambiaria a la industria pesquera?
Estas semanas se pudieron hacer las primeras operaciones con el nuevo dólar PyME, que tiene un componente de dólar contado con liqui. Entonces el número mejoró. Pero hasta hace una semana, con el tipo de cambio que teníamos, si exportabas un kilo de filet de merluza a US$ 3,5 por $350 daba $1.225. A ese mismo kilo de merluza, el mayorista lo vende al mercado interno en $3.500 o $4.000. Tres veces más. Si la pesca pudiera vender toda su producción en el mercado interno, sin duda lo haría. Pero lamentablemente en la Argentina, solamente el 10% de lo que se captura se consume localmente. El 90% se exporta. El sector pesquero está lejos de poder especular. Si no exporta no puede pagar los sueldos. No hay silobolsa de merluza o de langostino, cuando las ventas se paran es porque se paran los mercados. Es un sector que, lamentablemente, vive al día, porque no hay margen de rentabilidad. Al contrario, pierde plata exportando, pero no queda otra alternativa. Esto es lo que tenemos y le pasa a muchos sectores exportadores. Pero el pesquero es bastante complejo porque es prácticamente industrial, tiene mucho componente de gasoil, de empaque, mucha mano de obra… No es un commodity de los tradicionales y en la Argentina, básicamente, hoy solo se están pudiendo exportar commodities.
¿Cómo ves la polémica respecto al buque de investigación del INIDEP que financiaría el BID?
Me parece una aberración. No tiene otra palabra. Con las dificultades que tenemos, con la distorsión de precios relativos, con los problemas que tiene la economía argentina, pretender hacer una licitación internacional me parece una tomadura de pelo. Pero no sólo eso. Tenemos una ley muy clara que dice que donde hay capacidad de construcción nacional, los entes del Estado deben comprar sus barcos en el país. Acá no habría posibilidad de hacer una licitación internacional. El INIDEP nos dice que, como el financiamiento es del BID, exige que se haga una licitación internacional. Con esa excusa no cumplimos la ley. Es inédito. Entonces, porque me ponen plata, me dan derecho a no cumplir la ley. Señores, vayan, modifiquen la ley y después hagan el barco donde quieran. Realmente es triste tener que hablar de esto en este momento. Y no estoy diciendo los detalles. Uno ve las 251 hojas de la especificación técnica y sinceramente da vergüenza. Son calcadas de las de un buque español que ya se está construyendo y se llama “Odón de Buen”. Tienen hasta la marca de la vajilla, que debe ser española. Estoy votando el YANI G, si mañana hago una licitación para hacer un barco exactamente igual al YANI G, no hay dudas que la voy a ganar. Esto es lo que se está haciendo. A tal nivel es la situación que hemos consultado con otros astilleros extranjeros y ni están dispuestos a participar en la licitación, porque saben que está armada a medida.