Fin de la cartelización de la venta de cueros y un nuevo escenario para la industria frigorífica

El presidente de CICCRA se refirió al tema y repasó la actualidad del sector ganadero.

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28 enero, 2025

La industria de la carne cerró un 2024 complejo. Como consecuencia de la sequía del año anterior, registró una disminución significativa en la producción ganadera y un retroceso en las exportaciones en términos de ingresos. Sin embargo, un reciente cambio promete dar un respiro al sector: el fin de la cartelización de la venta de cueros, una práctica que durante años limitó el desarrollo de la industria frigorífica.

Miguel Schiaritti, presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA), destacó el impacto de esta medida, que podría revalorizar el cuero en el mercado internacional. Según explicó a Ser Industria, esta situación perjudicaba tanto a los frigoríficos como a los consumidores, ya que imposibilitaba obtener un valor competitivo por este subproducto. “En su momento, el cuero llegó a representar el 5% del valor de un animal. Recuperar ese ingreso permite abaratar el precio de la carne en el mercado interno y fortalecer la competitividad en el exterior”, afirmó.

Asimismo, señaló que 2024 dejó un balance sombrío para el sector, donde las exportaciones crecieron en volumen pero la recaudación cayó debido a la baja de los precios internacionales. Respecto a las perspectivas del mercado interno, precisó que “si el clima acompaña y el ingreso de las familias mejora, tendremos un buen año tanto en producción como en precios”.

¿Cómo fue 2024 para la carne vacuna? 

Fue un año muy complicado. Vinimos de un 2023 con ocho meses sin una gota de agua y eso hizo que la producción fuera escasa. Tuvimos 750 mil terneros menos en el año, una liquidación de vientres, que estimo en alrededor de 500 mil y eso nos complica incluso la producción para este año. Durante el primer semestre, no hubo prácticamente aumentos de precios, sobre todo del animal de consumo. La industria frigorífica faenó 11% menos y esto es un problema, sobre todo para la pequeña empresa, porque tiene menos posibilidad de sacar buenos valores de recupero, concepto que contempla todo lo que no es carne y también se vende.

¿Mejoró la exportación?

Creció respecto del año anterior, pero recaudamos menos plata. A China exportamos 8% más que el año anterior y tuvimos una recaudación 5% menor en dólares. El año pasado se vendió a valores de alrededor del 30% más bajos que los del año 2022 en dólares y si a eso le sumamos que el dólar en la Argentina se depreció, las cuentas no son positivas, todo lo contrario. Podría llegar a repetirse lo que pasó en la convertibilidad donde grandes empresas fundieron y se vendieron a precios ridículamente bajos. En ese momento compraron muchos brasileños e industriales argentinos que tenían ganas de crecer y han crecido bastante. Este año muchas empresas de exportación redujeron en 20 o 30% su planta de personal contratado. Esto responde a que las faenas cayeron mucho ya que los precios no se modificaron y el impacto de la depreciación del dólar, hace que por cada kilo exportado el industrial reciba menos pesos.

En 2024 Argentina exportó a China mayor volumen pero obtuvo menor rentabilidad.

¿Se abrieron nuevos mercados? 

Si, pero abrir y entrar en un mercado, demanda una logística de distribución que lleva dos, tres o cuatro años. Estamos en ese proceso. México es un cliente importante y logramos que se abriera el año anterior. Las exportaciones a ese destino vienen creciendo de manera significativa pero todavía no tiene un gran volumen. Se han abierto algunos en el sudeste asiático, que es uno de los mercados que tenemos que intentar acrecentar porque con China nos vamos a ver muy complicados con el precio. 

¿Cómo se comportó el mercado interno? 

Anduvo muy mal. Los precios del primer semestre fueron prácticamente idénticos a los de enero, todos los argentinos teníamos una fuerte preocupación por lo qué iba a pasar con la economía en general. Nadie gastó de más, para quedarse con algún pesito por si le hacía falta. Los precios empezaron a trepar un poquito en el segundo semestre, en noviembre hubo un aumento importante, la lluvia hizo que el productor retuviera un poco de hacienda porque había más pasto, pero en diciembre otra vez se fueron derrumbando. Además aumentó la competitividad con el pollo y el cerdo. Hoy por el valor de un kilo de carne vacuna se pueden comprar tres kilos de pollo o casi dos de cerdo y el bolsillo termina determinando la decisión final de compra. 

¿Cuáles son las principales preocupaciones? 

La principal no depende del estado sino del clima. Nuevamente estamos con una incipiente sequía. En noviembre llovió muy bien, en diciembre muy poco y en enero apenas 10 milímetros. No solo el pasto se está amarilleando, sino que además peligran los rindes en soja y en maíz. Hay muchos maíces, sobre todo en el oeste bonaerense y La Pampa, que se están picando para hacer silo de alimento para animales. 

La sequía de 2023 afectó seriamente la producción ganadera.

¿Una devaluación mejoraría la rentabilidad? 

Personalmente prefiero que el dólar se quede como está. Me parece que cuando no se mueve obliga a todos los industriales y comercializadores a no cometer errores. La inflación tapa cualquier estupidez que pueda hacer un actor de la cadena. Hay que ajustar los números, pensar bien lo que se va a hacer y no buscar en la inflación la utilidad porque, en definitiva, termina siendo lo que ocurre. La industria necesita la eliminación de las retenciones a la carne. Si bien le han bajado un 25%, necesita que le saquen ese 5.75%, porque le daría 5.75 más al precio del dólar.

¿La quita de retenciones al agro impacta en la actividad? 

Seguramente va a impactar. En realidad me parece que la medida, llevada hasta junio, busca que el cereal que está en los silobolsas y se cosechó el año pasado, se adelante en las ventas. Además tiene un pequeño condicionamiento, porque hay que hacer una liquidación de divisas acelerada, dentro de los 15 días del embarque, de la denuncia de venta. Me parece que le viene bien al productor, pero es una necesidad que tiene el gobierno de juntar dólares en el Banco Central. Esto seguramente puede adelantar la eliminación del cepo

¿Qué implicaría para ustedes que no haya cepo? 

Libertad de acción. Sin cepo el dólar se va a manejar libremente y entonces iríamos a una normalización con un valor de mercado y no con precio fijo desde el estado. Veremos qué dice el mercado. Si hay dólares suficientes, va a quedar en los valores en los que se viene trabajando y si hay escasez, sin ninguna duda va a aumentar. Pero esto me parece que apunta básicamente a eso y si hay un refuerzo de créditos internacionales, me parece que a la Argentina le conviene que el dólar se mantenga estable. Este gobierno hizo cosas positivas. El 1º de enero liberó las exportaciones y sin ninguna duda va a ser un estímulo para que el productor de cría aumente su producción. Antes no lo hacía. ¿Para qué iba a aumentar la producción? Si no podía exportar el excedente, el precio iba a caer en el mercado interno.  Por eso puede ser un incentivo muy fuerte para que en tres o cuatro años estemos produciendo en lugar de 3 millones de toneladas, 3 millones y medio. Por otro lado, una buena noticia es que se terminó con la cartelización de las curtiembres

¿Cuál es el alcance de esta decisión?

Estábamos presos del cartel de las 4 o 5 curtiembres entre ellas Sadesa, de la familia Galperin. En su momento, Macri no hizo nada. A pesar de reunirnos con él una vez por mes en la mesa de carnes terminó su mandato sin resolverlo. Afortunadamente este gobierno ha decidido liberar las exportaciones sin retenciones y esto seguramente a mediano plazo, va a permitir que el cuero vuelva a revalorizarse. En algún momento llegaba a ser el 5% del valor de un animal. Es mucha plata. Si podemos vender el cuero en valores internacionales, ese recupero hará que se pueda vender la carne más barata

¿Cómo ves el avance del acuerdo MERCOSUR- UE? 

Está verde todavía. Si bien se aprobó a nivel Unión Europea, ahora cada uno de sus países tiene que tratarlo en su propio parlamento. Algunos no lo quieren, como Francia, que es absolutamente ineficiente y tiene una política de protección sobre todo, agrícola y ganadera. Va a ser bueno si se pone en funcionamiento, pero no es una cosa inmediata

¿De concretarse tiene aristas positivas? 

Sí, claro. Habría 100.000 toneladas de carne para el MERCOSUR, que después veremos cómo los distribuimos entre Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil. Van  a ser crecimiento de exportaciones, lo cual es muy bueno para el sector, sobre todo porque la Unión Europea paga a buenos valores. 

¿Cómo será este año para el sector? 

Si el clima acompaña, vamos a tener un buen año en cuanto a producción y seguramente, si además empieza a recuperarse el poder adquisitivo del ingreso, vamos a tener un buen año de precios.

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