Luego de reunirse durante la tarde, sin arribar a un acuerdo, tanto la Cámara de Remolcadores (CAR), como los gremios agrupados en la Federación Sindical Marítima y Fluvial (FESIMAF), se expidieron en torno al paro portuario que afecta al servicio esencial para el desarrollo de la actividad portuaria y del comercio exterior.
“En medio de la crisis general que atraviesa nuestro país, los sindicatos marítimos pretenden imponer condiciones inflexibles en reclamo de aumentos salariales muy por arriba de la inflación, que además disfrazan con conceptos ajenos a la práctica laboral de esta industria. Los sindicatos exteriorizan sus pretensiones paralizando la actividad portuaria, que justamente alimenta de divisas a nuestro país y provee la logística para el abastecimiento de combustibles y hoy se encuentra concretamente amenazada”, alertaron desde la CAR.
A través de un comunicado, afirmaron que “estos gremios han recibido aumentos por encima de la inflación en casi un 10% en la paritaria del 2021 y un 15% adicional luego de cerrada la paritaria 2022 totalizando más de 130% de aumento solo el último año. Todo esto para trabajadores que cumplen tareas menos de 6 meses al año, pasan otros seis meses de franco pago y sin prestación de servicio alguna percibiendo dichos salarios. Privilegio que no tiene ningún otro trabajador argentino, ni sus médicos, ni sus maestros, ni sus policías ni ningún otro empleado público o privado. El trabajador marítimo percibe todos los meses su salario actualizado por IPC”.
Además agrega que “en este marco, este año se negocian las nuevas paritarias del periodo 2023-2024”. Consigna al respecto que los sindicatos “tratan de imponer la continuidad del IPC mensual y automático a sus abultados salarios, con más un porcentaje caprichoso y la cerrada negativa a negociar determinadas condiciones laborales privilegiadas que llevan el costo argentino a valores insostenibles”.
Paro portuario: el rol del Estado
Los empresarios consignan que “las negociaciones, que no son tales, se dan en un contexto de fuerza impuesta por los sindicatos que no aceptan dialogar, solo imponer. El Estado, que debiera cumplir su labor de administrar, mediar, conciliar posiciones y establecer procedimientos que eviten los conflictos, como en otras épocas nuevamente se alinea con los Sindicatos y con sus sistemas de presión que tienden a la paralización de las actividades y al entorpecimiento de las vías navegables y del comercio exterior. El Estado, representado por el ministerio de Trabajo, lejos de conciliar posiciones, endurece aún más las mismas y lleva la situación actual acompañando a las presiones sindicales, justo en el momento en que el país necesita de divisas en este crítico momento de nuestra historia. Así paralizan nuestros puertos, quedando a merced de las acciones gremiales coercitivas, abonando al clima de caos”.
“La CAR está siempre dispuesta a negociar en un marco de igualdad, sin tener que soportar presiones o imposiciones irrazonables y las decisiones de la cámara empresaria se están tomando en un marco de democracia y unanimidad, por lo que tampoco se va admitir ataques a determinadas empresas y mucho menos a personas que son legítimos representantes de nuestro sector, como vienen haciendo los gremios, amparados por las autoridades con el ataque sistemático a empresas y a sus directivos, escogiendo cada semana a que empresa exponer, atacar, parar. El derecho al reclamo debe tener sus límites en un país que se encuentra tratando de estabilizar sus variables”, concluye el texto de la Cámara.
La posición sindical
Por su parte, los gremios responsabilizaron a las empresas. Denunciaron “la puesta en peligro y la falta de seguridad en las terminales portuarias, ya que, en caso de ocurrir una emergencia en algún puerto del país, no se podría contar con ninguna embarcación para acudir a esa necesidad”. Destacaron que la paritaria del sector venció el 31 de marzo del corriente y que “la CAR decide condicionar la discusión paritaria con una especie de flexibilización laboral en sus jornadas de trabajo y en sus tareas dentro del puerto”.
También consignaron que “esto se debe a que este año la Cámara ha cambiado sus autoridades, quedando como presidente Christian Burgauer, Gerente Comercial de la empresa SVITZER SA, multinacional que depende de la Maersk”. Afirmaron que se trata de “una empresa monopólica que en todos los países del mundo generó la estrategia del Dumping, quedándose con todos los mercados y servicios y generando trabajos precarios y pretendiendo lo mismo en Argentina”.
Las organizaciones sindicales nucleadas en la FESIMAF son, el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos; el Centro de Patrones y Oficiales Fluviales, de Pesca y de Cabotaje Marítimo; el Sindicato Conductores Navales de la República Argentina; el Centro de Jefes y Oficiales Maquinistas Navales y la Asociación Profesional de Capitanes y Baqueanos Fluviales de la Marina Mercante. Ratificaron que resistirán cualquier tipo de presión empresarial y que no van a detenerse para conseguir la justa recomposición salarial de sus representados.