Se trata del “Kronomether”, el pesquero ruso de casi 85 metros de eslora que estaba abandonado en la zona del dique flotante. Proyecto para construir un nuevo espigón.
La Escollera Sur quedó libre de buques hundidos a partir del retiro del “Kronomether”, el ex pesquero ruso que con una escora de 30 grados sobre babor estaba abandonado en cercanías del dique flotante de SPI Astilleros.
Dos remolcadores impulsaron el movimiento del buque pasadas las diez de la mañana hacia la zona del Faro, donde será hundido y utilizado como atracción para el buceo.
La embarcación de acero naval, o lo que queda de ella, tiene 84,7 metros de eslora y 14 de manga, por lo que el operativo presentó aristas complejas. Sin embargo, las buenas condiciones del mar favorecieron el lento traslado.
Lo importante del caso es que se siguen recuperando espacios operativos. Desde el Consorcio Portuario Regional de Mar del Plata (CPRMDP) estimaron que son trescientos metros de amarre, contabilizando también el retiro del “Tehuelche”, producido el año pasado.
Para ese sector está proyectada la construcción de nuevos muelles. Las autoridades hablan de erigir el Espigón 9, que se ubicaría en el tramo comprendido entre el Espigón 7 y 10. La obra tiene un presupuesto de 50 millones de pesos y todavía está en una etapa embrionaria.
Años de trabajo
El plan para despejar los muelles comenzó en 2005 y contempló el retiro de unas treinta unidades en desuso. Intervino Prefectura sobre las primeras veintisiete, de menor porte, y la UTE Emepa S.A.- Raúl A. Negro y Cía., sobre las últimas tres de mayor envergadura.
En total, el Consorcio, con apoyo de Provincia y Nación, recuperó casi 30 mil metros cuadrados de áreas operativas; pero en este tiempo volvieron a acumularse barcos que no registran actividad y representan una nueva amenaza.
Son cerca de una veintena de unidades. Varias de ellas están amarradas en una sección de la Terminal Internacional 2, donde días pasados quedaron con sus cascos expuestos sobre la arena a partir de una fuerte bajamar.
Desde el Consorcio trabajan para que no se perpetúe la estadía de estos barcos en la estación marítima local; aunque la maraña judicial y económica que rodea a los armadores responsables impone barreras no siempre sencillas de superar.