El gobierno deberá afrontar un pago al FMI, una subasta de Letras del Tesoro y preparase para el pago de salarios y pensiones el próximo 15 de abril, mientras negocia con sus acreedores.
Tras las especulaciones de los últimos días acerca de una posible solicitud de aplazamiento del pago al FMI, lo que hubiera acercado a Grecia a la quiebra, el ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, dejó en claro ayer que el pago de los 450 millones de euros se efectuará, tal y como estaba previsto, el jueves.
“Grecia tiene la intención de cumplir todas sus obligaciones frente a sus acreedores para siempre”, dijo Varoufakis en Nueva York tras reunirse con la directora gerente del FMI, Christine Lagarde.
Según la agencia de noticias EFE, de ese modo Varoufakis quiso poner punto final a la incertidumbre generada por las ambigüedades alimentadas en este tema por el propio gobierno de Syriza.
El primer ministro, Alexis Tsipras, había contribuido a este debate al advertir en una carta escrita a sus socios de la eurozona que si Grecia no recibía pronto ayuda, debería optar entre cumplir sus obligaciones y pagar salarios y pensiones.
En total, Grecia debe pagar en abril 1.700 millones de euros en salarios y pensiones, de los que la mitad se desembolsaron ya el 1 de abril, y los restantes 850 millones deberán abonarse el próximo día 15.
El próximo miércoles, el Estado afronta además una subasta de Letras del Tesoro a seis meses que deberán sustituir 1.400 millones de euros que vencen el próximo día 14.
Si las últimas subastas de Letras ya se presentaron problemáticas, porque el Tesoro hubo de colocarlas a intereses cada vez más altos, ahora se suma el problema de que el Banco Central Europeo (BCE) ordenó a las entidades financieras griegas no comprar bonos helenos.
En sus declaraciones, Varufakis y Lagarde coincidieron en que debe “mejorar la eficiencia” de las negociaciones, de cuyo éxito depende el desembolso de los 7.200 millones de euros del rescate pendientes.
Por su parte, el vocero del Gobierno, Gavriil Sakelaridis, dejó hoy entrever, en declaraciones a la cadena de televisión Mega, un compromiso en el debate sobre las pensiones -la troika exige una cláusula de déficit cero para las arcas de la Seguridad Social- y aunque rechazó la baja de las prestaciones, señaló que podrían prohibirse ciertas “jubilaciones anticipadas extravagantes”.