Las ideas nacionales pueden avanzar en la necesaria activación de la economía con los recursos propios de los argentinos solo desembarazándonos de las ideas liberales que nos ahogan en vida en contra de nuestras posibilidades.

Así como en tiempos de guerra, el único objetivo de la logística es que los bienes necesarios lleguen a los soldados en el frente de combate, la economía en tiempos de Coronavirus tiene como objetivo prioritario que las familias puedan tener acceso a los bienes necesarios para subsistir, principalmente alimentos y medicinas. La forma más eficaz de lograrlo es ponerle dinero en el bolsillo a nuestro pueblo afectado, con el objetivo de mantener la paz social y el mayor bienestar posible.

Las Pymes preguntamos: “¿quién debe pagar los salarios”?: 1) nosotros, los Empresarios Nacionales de Capital Interno, Pymes, que tenemos nuestras empresas cerradas, tomando un préstamo y pagando intereses, o 2) el Estado directamente, a través de la Anses, sin intervención de los Bancos.

En la economía en los tiempos de Coronavirus, el dinero no circula. Se mueve en una sola dirección, de las familias a las cadenas alimenticias, al agro y a los laboratorios medicinales. Se pretende que además los Pymes tengamos que pagar créditos, más intereses al sistema financiero, o sea a los ganadores del modelo de acumulación.

Si paga el Estado (Opción 2) se produce emisión de dinero de base monetaria.

Si pagan la PYMES (Opción 1) tomando créditos, se produce emisión de “dinero deuda”, o sea dinero electrónico creado por los bancos.

El efecto monetario es en ambos casos, el mismo.

Entonces, ¿porqué poner en riesgo la paz social, canalizando por los bancos, generando intereses, e incertidumbre generalizada, si el efecto monetario es el mismo?

El estado nacional debe pagar toda o una parte importante, de la nómina salarial a las pymes a las que se les ha prohibido trabajar, al igual que las acciones que hace el Ministro Daniel Arroyo por la población excluida, o sea la que no tiene trabajo.

El erróneo enfoque operativo de hacerles tomar créditos a las Pymes, funciona en los hechos, con las reglas del liberalismo económico, generando más debilidades inducidas a los Empresarios Nacionales, por medio de un sistema bancario diseñado en el Proceso de Reorganización Nacional, presidido por Videla y orientado por Martínez de Hoz.

Necesitamos una Nueva ley de Entidades Financieras, que urge sancionarla, orientada a la defensa de los intereses nacionales.

Reformular el Banco Central, para que el estado deje de pagar intereses. No pagar más 38% a los bancos a través de las Leliqs. Seguimos transfiriendo ingentes sumas de dinero al sistema financiero. El Estado Nacional y todos sus organismos, Nacionales, Provinciales y Municipales se deben financiar con fondos provistos por el BCRA, a través de los bancos oficiales.

Debemos terminar de raíz la financierizacion de la economía. Que la única posibilidad de ganar dinero sea invirtiendo en actividades productivas. Hay que entender que estamos “como en guerra”. Que la economía va a quedar seriamente deteriorada. Así como tuvimos éxito hasta ahora en aplanar la curva de contagios por la pandemia, debemos proponernos tener éxito en cómo ponemos en marcha rápidamente la economía, en un mundo cada vez más complicado. EEUU tiene 10.000.000 de desocupados en una semana. Para salir de esto rápidamente, consideramos necesario declarar la emergencia en el sistema financiero.

Terminar con las actividades especulativas sancionándolas con firmeza y reformulando la organización social. Necesitamos que todos los recursos públicos y privados se pongan en movimiento, para generar trabajo y bienestar para todos. En actividades que necesiten poco o nada de divisas como: viviendas, obras públicas, hospitales, escuelas, salas de atención primaria, caminos, actividad petrolera con tecnología y recursos nacionales, forestación, pesca, etc. Todo lo que se pueda hacer en el país debemos hacerlo. Ningún argentino que quiera trabajar debe estar sin poder hacerlo. No hay nada más improductivo, que un desocupado, que es el mayor activo social. Todos deben poder producir, es su derecho.

Proponemos dejar de pagar intereses. Las Empresas Argentinas de Capital Interno (PYMES), recibimos solo el 7 % del volumen de los préstamos que otorgan los bancos. El mundo se mueve con préstamos facilitados por los Estados, a tasa cero%.

No vamos a poder arrancar, si seguimos con las inmorales tasas que le estamos pagando al sistema financiero. El estado debe fijar la tasa que va a pagar a los depositantes por los depósitos actualizables por CER, para defenderlos de la inflación y fomentar el ahorro interno.

En la Emergencia todos los préstamos a la Pymes, deben ser con tasas subsidiadas. Tenemos que pasar rápidamente del asistencialismo al trabajo para todos. Proponemos metafóricamente que Daniel Arroyo se convierta lo antes posible en un desocupado, o sea que nadie necesite ayuda alimentaria, que todos se ganen su sustento.

La salida. Para salir de esta emergencia, todos los estados del mundo van a inyectar fuertes sumas de dinero en sus economías, a través de sus Bancos Centrales.

Nosotros debemos hacerlo, con un Banco Central reformulado y a la altura de la emergencia nacional. Es tiempo de firmeza en las decisiones y enfrentar las dificultades emergentes.

Desde el 76, de 44, llevamos 24 años de ejercicio de gobiernos peronistas sin corregir esto, que es fundamental en el manejo de la distribución de la riqueza producida. ¿Vamos a seguir igual?

Proponemos que el Estado Nacional junto a las Provincias y Municipios, impulsen miles de proyectos productivos, que generen millones de puestos de trabajo en todo el país. Financiados desde el Banco Central, orientando los recursos públicos y privados, y utilizando emisión monetaria, como están haciendo todos los países. Terminemos con las mentiras del neoliberalismo de que la emisión monetaria es causante de la inflación.

Mientras haya fabricas paradas o trabajando a media máquina y tengamos desocupados, la emisión monetaria no genera inflación.
En Argentina es generada por los sectores concentrados de la economía, que aumentan los precios, para generar utilidades extraordinarias. Tenemos un tipo de cambio, que no varía, las tarifas congeladas, la demanda paralizada, el costo financiero reducido a la mitad y siguen aumentando los precios.

Esto no se corrige revisando las góndolas. Desde la secretaría de Comercio, junto a Defensa de la Competencia y utilizando inteligencia Artificial, se puede controlar los precios de las 10 empresas formadoras de precios, no autorizando ningún aumento. A los sectores concentrados hay que salir a enfrentarlos, y ponerlos en Caja. Aplicar las leyes con rigurosidad. No hay que negociar nada. Entendamos que estamos como en guerra.

Hay que dejar de lado fantasías como el “Barril Criollo” en dólares, para hacerlo en cambio como un precio sostén en Pesos Argentinos, como lo son los gastos en Argentina para sacar petróleo Argentino, de tierra Argentina y con refinación Argentina.

Resumiendo. Desconectados (A lo Samir Amin), “ponernos las pilas” y hacer funcionar el motor económico, armando un sistema socio económico tendencialmente integrado a la Patria Grande e independiente de la globalización.

*Por César Crocitta, Lic. Economía UBA. CPN: Consejo Productivo Nacional,
*Por Bruno Capra, Ing. UBA. CEEN: Central de Entidades Empresarias Nacionales, IESO: Instituto de Energía Scalabrini Ortiz.