La Hidrovía Paraná-Paraguay es un sistema, un todo que debe ser analizado en su conjunto, donde cada parte se encuentra íntimamente ligada al resto. Cada intervención realizada por la mano del hombre repercutirá en la totalidad del sistema.
Partiendo de esa base, podemos decir que el río posee un equilibrio que dependerá de una multiplicidad de factores, como su pendiente, la cantidad de sedimentos que moviliza, su índice de erosión, etc. Cualquier modificación artificial solo logrará que, por pura inercia, intente regresar a su estado previo.
Dentro de este sistema, existen pasos, pasos críticos y la determinante. Conforme lo explica el ingeniero naval Gustavo Alonso, quien ha escrito artículos y producido videos tratando el tema, los pasos son sitios que necesitan cierta atención especial debido a características morfológicas particulares, como la estrechez del río, forma curva, desembocadura de un arroyo o riacho.
En tanto, los pasos críticos son zonas que requieren medidas especiales, desde el punto de vista náutico, para poder sortearlos, mientras que podemos decir que la determinante hace referencia a la profundidad efectiva mínima informada para la navegación en una determinada franja del río.
Volviendo al tema de las variables a considerar, se puede determinar la dinámica de un río analizando su caudal, el aporte de sedimentos que realiza (medido en millones de toneladas por año), su índice de erosión y su concentración de solidos por litro (miligramos por litro).
En el siguiente cuadro, extraído del video mencionado , podemos ver las características de distintos ríos, lo que nos permite compararlos con facilidad y entender mejor lo explicado. Como referencia, el apartado “Q” es el caudal del río, el apartado “TSED” es el aporte de sedimento, “ERM” el índice de erosión y “CMA” la concentración de solidos por litros.
Sugerencias
Habiendo comprendido como funciona la dinámica del río, debemos saber que la mayoría de los puertos fluviales argentinos del Paraná medio tienen una profundidad de solo 10 metros (33 pies). Establecer un calado mayor solo serviría para incurrir en gastos excesivos, sin contar con que el cauce natural del río cuenta con un canal de entre 200 y 500 metros de ancho, y entre 5 y 7 metros de profundidad (17 a 23 pies).
Es por ello que habría que considerar, contar con un dragado que permita mantener los fondos naturales del río, realizando intervenciones puntuales, cuando descienda por debajo de dichas medias y atendiendo especialmente a los pasos y pasos críticos, que requieren de un cuidado especial para mantener un equilibrio entre la dinámica natural del río y las necesidades especiales de la navegación.
Pero, para poder garantizar que las intervenciones sean realizadas en tiempo y forma y en la mínima medida de lo necesario, es de vital importancia contar con estudios hidrológicos que permitan conocer de forma certera cual es el comportamiento del río, su dinámica y sus necesidades especiales.
Estos se desarrollan a lo largo de, aproximadamente, cuatro años. Tienen que analizarse todos los ciclos del río, pero con la información obtenida de ellos, se podrían planear de forma más efectiva las medidas a tomar en cuanto a los trabajos a realizar, sus formas y extensión.
Para que el sistema pueda sostenerse en el tiempo, es necesario contar con una red de comunicación en la que participen todos los actores que constantemente navegan por el río. Los organismos públicos de contralor de Hidrovía, el concesionario y Prefectura Naval Argentina, donde se informe con regularidad la formación de bancos de arena, las faltantes o roturas de boyas y cualquier otra situación que pueda afectar a la navegación y que requiera de una intervención específica para poder mitigar el riesgo.
Finalmente, adaptar las los empujes y demás buques que transitan actualmente por la Hidrovía a las condiciones de navegación específica de nuestro río coronaría todos los esfuerzos realizados en pos de una gestión sustentable de esta. Inicialmente el gasto parecerá imposible y será necesaria una estrecha colaboración entre los gobiernos nacionales y las empresas privadas, pero a la larga el beneficio se reportará en menores en trabajos de dragado y preservación.
Al mismo tiempo, una mejor adaptación de los buques, representará una sensible disminución en los costos de mantenimiento de los mismos, mejorando los beneficios obtenidos y permitiendo amortizar la inversión en un menor tiempo.
Conclusiones
Tras los planteos realizados en los párrafos anteriores, solo queda decir que, con anterioridad a realizar cualquier obra de una envergadura tan grande como el dragado y mantenimiento de la Vía de Navegación, es necesario oír todas las voces.
Especialmente de aquellos profesionales que se capacitaron en la materia y de quienes constantemente recorren la Hidrovía, puesto que cuentan con información de primera mano sobre las necesidades de su profesión y del medio donde desarrollan sus actividades.
Se debe respetar al río y entenderlo como un sistema perfecto que siempre tenderá a la auto preservación. Cualquier modificación que se hiciera al mismo deberá ser premeditada con mucha antelación, estudiada y considerada si la relación costo-beneficio afectará de forma positiva a todos los actores que día a día desarrollan sus actividades en la vía de navegación.
Es necesario que el Gobierno esté dispuesto a hacer los estudios y contratar a los profesionales idóneos para contar con datos certeros que permitan tomar decisiones que tengan un equilibrio entre el interés económico y la sustentabilidad. Una pequeña inversión a tiempo, podría significar un sustancial ahorro en el futuro: siempre es mejor prevenir que reparar.