Las debilitadas bases de la industria del transporte marítimo de contenedores llevan bastante tiempo arrastrando pobres resultados. Las navieras insisten en invertir en grandes embarcaciones para reducir costos de producción, al tiempo que aumentan la oferta de capacidad superando con creces la demanda de carga y resultando en tarifas de fletes cada día más baratas.
Aunque estas crisis suelen reabsorberse eventualmente a través del equilibrio entre oferta y demanda, los bajos niveles de crecimiento económico de los últimos años han afectado esta parte ‘natural’ del proceso y las navieras se han visto forzadas a agruparse para lograr un manejo eficiente de sus operaciones.
No parece vislumbrarse un fin a este círculo vicioso que tiene atrapada a la industria. La demanda de transporte de contenedores aumentó en un 1% en 2015, mientras que la oferta subió en un 7% y, si en 2016 las condiciones de la industria no cambian, la brecha continuaría creciendo, haciendo cada vez más insostenible el negocio.
Flota detenida y nuevas alianzas
A pesar de los malos augurios, la industria lucha por mantenerse a flote. Actualmente el 7% de la flota está detenida mientras los armadores se unen en alianzas para operar las rutas más relevantes y así lograr bajísimos costos de producción a través de los ahorros producidos por las economías de escala. Hasta aquí, todo bien, después de todo ¿a quién no le gusta un manejo eficiente de los recursos?
El problema recae en la inestabilidad de dichas alianzas. A inicios de 2015 cuatro grandes alianzas entraron en operación. Solo la alianza 2M, compuesta por Maersk y MSC, seguirá en 2017 con su configuración original. Las otras tres alianzas, Ocean Three (China Shipping, CMA CGM y United Arab Shipping), CKYHE Alliance (COSCO, Evergreen, K-Line, Yang Ming y Hanjin) y G6 (APL, Hapag-Lloyd, Hyundai MM, MOL, NYK y OOCL) sufrirán cambios antes de que termine el año.
A la reconfiguración de las alianzas se suma la crisis de liquidez de las navieras coreanas, que están buscando opciones para seguir adelante con sus operaciones y así no perder los espacios ganados en sus rutas preferidas.
La combinación de sobreoferta/baja demanda+alianzas inestables+navieras coreanas en crisis de liquidez pinta un panorama poco atractivo, lloviendo sobre mojado a los accionistas de las navieras que buscan a toda costa reflotar el negocio. ¿Será la creación y re-creación de alianzas la mejor alternativa para estabilizar a la industria? O, quizás ya es hora de aceptar la crónica de la muerte anunciada para el modelo del transporte marítimo de contenedores y buscar otras opciones para resucitar al negocio que alguna vez fuera el más sólido del mundo logístico.
Fuente: MundoMaritimo