El gobierno nacional otorgará bonos extraordinarios de $ 18.000 a trabajadores informales, monotributistas de categorías A y B y empleados de casas particulares de entre 18 y 65 años. Además, brindará otra ayuda de $ 12.000 a jubilados y pensionados que perciban hasta dos haberes mínimos.
El Presidente Alberto Fernández dijo que de esta manera se busca “garantizar que el impacto de la inflación no recaiga en el bolsillo de los argentinos y fundamentalmente en los sectores más vulnerables”.
“Hay una urgencia en los sectores más postergados de la sociedad”, agregó y aseguró que esto no significa desentenderse de los trabajadores formales, que están en una etapa de reapertura de paritarias.
Asimismo, adelantó que se enviará al Congreso, un proyecto de impuesto a la “renta inesperada”. En ese sentido pidió a los sectores “que han tenido una ganancia extraordinaria que contribuyan, que colaboren con su aporte para ayudar a los que han quedado más postergados”.
El tributo alcanzará a empresas que tengan ganancias superiores a los 1.000 millones de pesos en el año. “Vamos a convocar en las próximas semanas a las fuerzas laborales y productivas para construir un mecanismo que nos permita capturar parte de la renta inesperada producto del shock que implica la guerra”, explicó el ministro de Economía, Martín Guzmán.
Afirmó que el impuesto caerá sobre una fracción pequeña del empresariado argentino y añadió que “estas medidas buscan preservar el poder adquisitivo de los ingresos y garantizar un rumbo de equidad económica y social”.
El bono de $ 18.000 se dará a los monotributistas de las categorías A y B, en dos cuotas de $ 9.000 a pagarse en mayo y junio. En tanto, el $ 12.000 para los jubilados y pensionados se abonará en mayo y sumado al de $ 6.000 para quienes cobran un haber mínimo ($32.630).