El socio gerente de Jidoka, Gabriel Salomón, habló sobre una nueva división creada para realizar inteligencia comercial y favorecer a las PyMEs argentinas, en la concreción de negocios en el continente asiático. Se trata de Blue Melon, empresa que hace pocos meses abrió oficinas en Hong Kong y ya obtuvo sus primeros resultados.
En diálogo con Ser Industria Radio, destacó que apuntan a exportar productos con valor agregado. En materia de importaciones, explicó que pueden hacer desde desarrollo de marca hasta toda la tramitación necesaria para traer lo requerido por el importador.
Asimismo, señaló que Zona Franca La Plata registra volúmenes récord de operaciones y que Jidoka resolvió ampliar su campo de acción a la Zona Franca de Villa Constitución, provincia de Santa Fe. También se refirió a la legislación vigente y otras novedades que se enmarcan en el comercio exterior.
¿Cuál es el nuevo servicio que crearon para comercializar con el mercado asiático?
Abrimos la empresa en Hong Kong denominada Blue Melon. Nuestro slogan es “Tu oficina comercial en Asia”. Lo hicimos ahí porque creemos que es la puerta de ingreso al mercado asiático y tenemos unas líneas de servicios interesantes que pueden ayudar tanto al importador como al exportador para conseguir el producto para importar o alcanzar el mercado en destino para poder exportar.
¿Desarrollan toda la inteligencia comercial?
Sí. El empresario importador nos da las consignas del producto que necesita y nosotros hacemos el desarrollo de proveedores en Asia. Fiscalizamos la fabricación, acompañamos los procesos, enviamos las muestras, certificamos todo lo que tenga que ver con las inspecciones de preembarque y las demás certificaciones que requiera la mercadería. Realizamos todo lo que tenga que ver con documentos de embarque, el packaging, podemos hacer desarrollo de marca. Si el cliente comienza desde cero y necesita establecer una marca, que ya venga con la marca de origen, nosotros podemos ofrecer ese servicio. Hacemos simple un proceso complejo. La realidad es que son muchos puntos los que hay que tener en cuenta cuando uno toma este desafío de ir a oriente, traer productos, desarrollarlos. Sobre todo, si a la PyME o al pequeño importador, le cuesta viajar o tiene inmadurez en el sentido de los viajes al exterior. Nosotros tratamos de facilitarle esas complejidades brindando el servicio, siendo su oficina en Hong Kong.
¿Es una apuesta o realmente confían en el crecimiento del comercio con Asia?
En realidad, notamos en Oriente un desarrollo de productos cada vez de mayor calidad, más competitivos. En ese sentido el mercado importador, más allá del bloque comercial Mercosur, tanto Oriente, sobre todo China, como Estados Unidos, mueve volúmenes importantes. El importador argentino mira mucho Oriente, ve mucho los productos de allá. Pero el hecho de la distancia, de no poder conocer al fabricante, sumado a la necesidad de realizar muchísimos viajes, se hace complejo. El estudio que hicimos, que también fue algo elaborado para acercar las empresas del lejano Oriente a cualquier importador argentino, nos permitió concluir que era una linda solución y ya se están desarrollando negocios en ese sentido.
¿Cómo trabajan ante el interés de un exportador?
En ese caso, es a la inversa. Para el exportador al que le cuesta ir a un evento, una feria, poner su stand, lo que nosotros hacemos es consolidar todo en la oficina de Hong Kong. Llevamos muestras, participamos de distintos eventos, representamos a las compañías argentinas y de esa forma minimizamos los costos, porque no es lo mismo un representante con cinco empresas, a que vaya uno por cada una. Son productos 100% nacionales, con certificación de origen, políticas de calidad. Eso es el desarrollo de clientes. Lo hacemos puntualmente con ayuda de las embajadas argentinas en Oriente, que nos facilitan información sobre posibles importadores de los productos que representamos o participamos en ferias y exposiciones.
¿Qué tipo de productos pudieron mostrar hasta ahora?
Llevamos herrajes de Fratelli Currao, que sirven para muebles, puertas… Es toda una producción que se hace en Lomas del Mirador, con insumos, materias primas, mucho aluminio, mucho cobre. Todo el desarrollo se hace acá. También algunos productos plásticos de la empresa Interplast, que está en Saladillo y tiene una línea bastante extensa de productos. Si bien Argentina es un país agroexportador tratamos de representar productos con valor agregado, de desarrollo nacional pero que sean más para reventa o para el consumo. Es más difícil, quizás no haya tanto mercado, tanta variedad, pero es a lo que nosotros nos gusta apuntar. Llevar un producto que, si bien puede tener algunas mejoras en destino, vaya con todas las leyendas, con el packaging adecuado, dependiendo del país de destino.
¿El packaging se produce en Argentina o en el destino?
Hay distintas opciones. La realidad es que conviene hacerlo en Argentina. Si hablamos de cajas, salen todas a granel, no van en el producto por un tema de espacio, para ganar en el tema del flete internacional, pero con todas las descripciones que demandó el requerimiento el cliente. La mano de obra argentina es casi igual o más barata, que la china, contrariamente a lo que pasaba años anteriores.
La tarea que realizan, para las PyMEs, es fundamental porque muchas veces no saben realmente a quien le está vendiendo o si va a cobrar…
Es un aspecto. Por ejemplo, si surge una posibilidad de desarrollo de cliente a través de una embajada, se toma un listado de los posibles importadores con las posiciones arancelarias y se hace un acercamiento. Nosotros tenemos un gerente en Hong Kong, entonces de acuerdo a las posibilidades, se encuentran y eso ya es importantísimo, más que un email o una presentación remota. Igualmente, se mandan catálogos y se explica cada producto. Pero la presencia hace la diferencia. Tener un representante que pueda llevar la muestra presencialmente, es clave. Después se avanza en cuestiones comerciales de precios, si hay algún tipo de acuerdo de complementación económica que beneficie al producto y todas las exigencias del país de destino en cuanto a alguna certificación de calidad o seguridad que se pida. Se hace todo. Más allá de hacer crecer a un exportador argentino, dentro de las líneas de negocio que tenemos en Jidoka, ofrecemos el flete internacional, realizar el permiso de embarque y cobramos la representación en destino por haber generado el mercado. Es un servicio integral, un valor agregado que le empezamos a dar a las empresas, que suma un montón.
¿También están ofreciendo nuevos servicios en territorio argentino?
Sí. Por la coyuntura que están teniendo los importadores, dos puntos importantes que tienen que considerar, son poder pagarle a su proveedor y poder importar. En Argentina está pasando eso. Hay importadores que quizás puedan pagar, pero que no pueden importar e importadores que pueden importar, pero no pueden pagar. La realidad es que, los comunicados del Banco Central, las licencias no automáticas y las dificultades que están teniendo los importadores o las demoras que tienen para la importación, hacen que la Zona Franca se vea muy propicia para que la mercadería ingrese y quede a la espera de ser nacionalizada. Hoy en Zona Franca La Plata estamos en volúmenes récord de operaciones. Seguimos siendo el usuario directo número uno en volúmenes de ingreso y egreso. También tenemos el usuario indirecto número uno en ingreso y egreso, el Grupo Iraola, vinculado a todo lo que tenga que ver con motovehículos. Eso hace que estemos pensando en otra Zona Franca del país.
¿Cuáles son las razones del récord en Zona Franca La Plata?
Si bien la posibilidad de recibir mercadería en Zona Franca de origen Mercosur hizo que ingresen algunas operaciones sobre todo de Brasil, no están en los niveles pretendidos. Todavía está limitada, por el hecho de que no se pueden parcializar los embarques, no está vigente la emisión de los certificados de origen derivado. Cuando se reglamente sobre todo acortar el plazo de vigencia del certificado de origen y poderlo parcializar, va a ser más propicio el uso de la Zona Franca. La realidad es que el mayor volumen de los ingresos se debe a que, como la mercadería que ingresa a la Zona Franca se considera en tránsito, no viene consignada como para importar. La ley de Zona Franca exime de la SIMI, entonces con el ingreso se puede pagar al proveedor sin la necesidad de tener la SIMI. Después también hay que tener un buen CEF (Coeficiente Financiero) para poder importar y ver si tu mercadería tiene licencia automática o no automática. Por lo menos, la Zona Franca permite cumplir con los proveedores del exterior. Eso hace que haya mucho volumen de ingreso.
¿Por qué otra Zona Franca se inclinarían?
Recorrimos General Pico de La Pampa, Entre Ríos, Zofracor en Córdoba… Finalmente fuimos a Villa Constitución en Santa Fe y la verdad es que nos abrieron la puerta muy bien, con muchas ganas de que empecemos a trabajar ahí. Estamos avanzando con ellos en el armado de un galpón de unos 12 mil metros para carga general, porque ahora se dedican a graneles. Esta idea también sirve para que las compañías radicadas en Santa Fe puedan aprovechar y optimizar sus costos.
Cuando deciden instalarse en una Zona Franca. ¿Qué elementos terminan convenciéndolos?
Lamentablemente las Zonas Francas de Argentina se utilizan por una necesidad. En otras partes del mundo son productivas o comerciales, no solo de almacenaje. Realmente tienen otra finalidad y se utilizan muy bien. Hay fábricas radicadas, se produce, incluso en algunos países, como Panamá, hay Zona Francas minoristas. En Argentina, la Zona Franca minimiza los extra costos o los problemas que puede generar haber comprado mercadería en el exterior y que al momento del arribo no se pueda nacionalizar o destinar. Es un ámbito donde no se pierde el control de la mercadería, la sacás del puerto donde tenés muchos extra costos, si el contenedor queda sin poder devolver el vacío a la marítima, porque las terminales están dolarizadas. Es una rueda de auxilio, en este momento, para el importador. Cuando nosotros decidimos ingresar a la zona franca, allá por el 2008-2009, estaban los certificados de importación que eran las licencias automáticas. En nuestro caso, nos especializábamos en motovehículos, y lo que generaba eso era una demora tremenda en la liberación de contenedores en puerto con extra costos muy altos. La Zona Franca minimizó ese efecto. No es la solución, pero permite cumplir con la terminal, con la marítima, desconsolidar, liberar el contenedor y devolverlo. Es importante porque te cobran por cada día de demora que tenés el contenedor, y que la marítima no lo puede utilizar. Hoy estamos hablando de un costo de 120 dólares por día. Si lo tenés 15 días demorado, es muchísimo dinero.
¿Cómo ven la posibilidad de que las Zonas Francas se vuelvan productivas?
Se está manejando la actualización de la Ley. Como están dadas las cosas, permite que si hay un proceso productivo sea solamente para exportar. Lo que estamos queriendo tener es que, por lo menos, una parte de ese proceso productivo pueda ser nacionalizado. Si bien hoy están dadas las posibilidades para que una empresa se radique, pueda producir y exportar, se hace muy complejo, porque las industrias tendrían que replicar sus plantas. Una compañía que produce para el mercado local tendría que tener su planta en el territorio y a su vez tener otra dentro de Zona Franca para exportar. Es un caso difícil porque nadie duplica su planta solamente para el mercado externo. Lo que sí puede darse hoy, es que sean procesos productivos simples, manuales, que no requieran tanta inversión en maquinarias. Tenemos el caso de un cliente que se llama TERMOINC. Exporta mástiles para embarcaciones a Estados Unidos. Trae el palo y la tela del exterior. No garantiza, no paga derecho de importación, nada. Tiene el certificado de tipificación de Zona Franca, que es la relación de insumo- producto terminado y de acá exporta los mástiles. Es un proceso muy simple, manual, se hace con pocas personas. Pero al 90% de los exportadores no les sirve y hay un porcentaje chico que, si se informa, puede aprovechar esos beneficios, porque evitan una importación temporal, garantizar, multas, no tienen plazo. Es mucho más flexible producir en Zona Franca.
Once Aduanas, entre ellas la Argentina, firmaron el acuerdo de reconocimiento mutuo regional del Operador Económico Autorizado (OEA). ¿Qué significa para nuestro comercio exterior?
Recientemente, Argentina adhirió formalmente al OEA. Es algo que están imponiendo la Organización Mundial de Aduanas y la Organización Mundial de Comercio. En Argentina hay muy pocas compañías que lo tienen. Por lo general automotrices, Bayer, tienen distintos niveles de certificación, evitando todo tipo de intermediación. Si calificás, podés hacer toda tu gestión operativa del ingreso o del egreso de la mercadería del país. Después hay OEA para despachantes, agentes de carga, depósitos, importadores y exportadores. Lo que requiere la norma es que, si hay un importador exportador OEA, tanto el despachante, el agente de carga, el depósito, tienen que ser también. A través de ésta adhesión creo que más compañías se van a empezar a presentar. Si bien había un sector de OEA y hay empresas certificadas, al formalizar esto es como que vamos hacia ese camino. Hay muchos países con flexibilización de importación o exportación, con más controles posteriores y no tanto en el momento del ingreso o egreso de la mercadería. Uno de ellos es Chile. Poder ser OEA es súper recomendable. Nosotros tenemos una división dentro de Jidoka que acompaña a cualquier empresa importadora o exportadora en el desarrollo del expediente, como asesores, para ser OEA. De hecho, tenemos un expediente presentado en la Aduana para ser OEA para el depósito y como despachantes, esperamos poder serlo pronto.