El desempeño de la acción de YPF ha captado la atención de los mercados internacionales. Durante noviembre, su ADR en Wall Street acumuló una ganancia extraordinaria del 64,7%, cerrando la última semana del mes con un avance del 25%.
Este notable ascenso llevó su valor por encima de los US$ 40, algo que no sucedía desde el 30 de julio de 2014, cuando alcanzó los US$ 41,74 en operaciones intradiarias. Este movimiento, lejos de ser considerado una burbuja especulativa, encuentra su base en una combinación de fundamentos sólidos, confianza en la gestión y ambiciosos proyectos de expansión.
Horacio Marín, CEO y presidente de YPF, ofreció una perspectiva optimista sobre el futuro de la acción. “Si el valor de la acción está arriba de US$ 60, habremos hecho un excelente trabajo entre todos”, afirmó. Esta declaración se alinea con las expectativas del mercado, que ve en los proyectos de YPF una oportunidad para consolidarse como líder en la región.
Confianza
Para Joaquín Arregui, fundador de la consultora financiera Extensio, el ascenso de YPF responde a una creciente confianza en la empresa. “La suba se dio básicamente porque hay confianza en la gestión de YPF y sabemos que es una empresa que puede crecer bastante, no tan solo en el mercado interno sino también en el mercado externo”, asegura.
Asimismo, desestima la idea de que el actual valor sea una burbuja, poniendo en contexto la historia de la compañía. “Recordemos que en 2015 la acción cotizaba en valores similares a los actuales y en 2010 llegó a valer US$ 45. Si ajustamos esos números por inflación, el precio actual es razonable. No lo veo como una burbuja, sino como un reflejo del potencial de la compañía”, explicó. Además, destacó que el futuro de la acción dependerá de la capacidad de YPF para corregir ineficiencias y mantener una estrategia enfocada en costos competitivos.
Adrián Moreno, economista y asesor financiero, considera que alcanzar ese objetivo es posible si se cumplen ciertos hitos estratégicos. “La acción podría alcanzar ese valor en el mediano plazo, lo que implicaría un crecimiento de más del 50% en dólares desde los precios actuales. Esto dependerá de que continúen los proyectos de exportación hacia países limítrofes, como se concretó con Brasil, y de que aumente la producción de petróleo tras la gran explotación en Vaca Muerta”, explicó.
El proyecto del Vaca Muerta Oleoducto Sur (VMOS), según Moreno, es un punto de inflexión para la empresa. “Es la inversión privada más grande de la historia argentina y ayudará a triplicar la producción actual de petróleo hasta alcanzar 1,5 millones de barriles diarios. Esto generará exportaciones anuales por más de US$ 21.000 millones, un hito que marcará un antes y un después para YPF, posicionándola como líder en la región”, señaló.
Crecimiento sostenible
Otro factor clave será la eficiencia operativa. Para Arregui, “la base de Chubut tenía un montón de gastos que incrementaban mucho el costo de producción. Si la empresa logra enfocarse en activos más rentables y en reducir costos, el crecimiento será sostenible en el largo plazo”.
La capacidad de financiamiento también juega un rol crucial. Actualmente, YPF está obteniendo crédito a tasas competitivas, del 6,5% en dólares, lo que le permite financiar proyectos de exploración y explotación. “Esto es fundamental para avanzar rápido, especialmente en proyectos como la explotación marítima. Si logran desarrollar esto, el valor de la acción podría dispararse aún más”, añadió Arregui.
Por su parte, Gastón García Ríos, analista financiero, señaló que el target de US$ 60 por acción no solo es alcanzable, sino que podría superarse si los precios internacionales del crudo se mantienen por encima de los US$ 70 y los proyectos clave como Oldelval y el VMOS se concretan en los tiempos previstos. “Luce viable un target de 4x FV/EBITDA en 2026, especialmente con la salida al Atlántico para la exportación en ese año. Sin embargo, será clave mantener la credibilidad en el programa de gestión para sostener la tendencia”, explicó.
¿Una burbuja? Los expertos lo niegan
La espectacular suba de YPF en 2024 ha generado especulación sobre una posible burbuja bursátil, pero los analistas lo descartan. Según Moreno, “el subidón de YPF no corresponde a una burbuja porque está sustentado en los fundamentals de la compañía. Su negocio avanzaba, pero la incertidumbre política había frenado el precio. Ahora, con mayor claridad en la gestión, los inversores están reconociendo su verdadero valor”.
García Ríos también advierte que, aunque la suba fue notable, no se ha visto un flujo masivo de capitales extranjeros hacia la acción. “A diferencia de lo que ocurrió durante el gobierno de Macri, ahora no hay grandes flujos externos. Esto indica que la suba está más relacionada con factores internos y una visión positiva sobre los proyectos estratégicos de YPF”, señaló.
La petrolera argentina se encuentra en un momento crucial. Su capacidad para ejecutar proyectos clave, como el VMOS, el GNL, reducir ineficiencias y mantener una estrategia sólida en costos y financiamiento, determinará si puede alcanzar o superar los US$ 60 por acción. Los analistas coinciden en que, lejos de ser una burbuja, el alza de YPF refleja el potencial de una empresa que está consolidando su lugar como líder regional en el sector energético.