Según los datos que recoge el diario China Daily, se ha producido una mejora en el sector de la construcción naval, pero a pesar de las reformas emprendidas y de las ayudas públicas recibidas, las autoridades todavía albergan preocupación respecto a la recuperación del sector.
En los últimos años las reformas en el sector de la construcción naval en China se han centrado en hacer mejoras en los astilleros y en acabar con el exceso de capacidad. Los esfuerzos llevados a cabo comienzan a dar resultados positivos, en 2013, se recibieron pedidos por un total de 70 millones de toneladas de peso muerto, lo que supone un aumento en la demanda de un 242% respecto a años anteriores. Según un informe publicado por el Ministerio de Información y Tecnología de China, alrededor del 80% de estos nuevos pedidos fueron asegurados por los mayores astilleros, un 5,55% más que el año pasado.
La industria ha conseguido atraer pedidos de buques sofisticados, incluyendo seis buques metaneros y cuatro VLGCs. Entre las entregas más recientes, destaca un buque portacontenedores de 10.000 TEUs perteneciente a Dalian Shipbuilding Industry. Este barco fue construido por China Shipping Container Lines, es capaz de transportar 10.036 TEUs y cumple con los estándares de eficiencia energética 2025, Índice de Diseño para las emisiones de carbono que se ejecutarán en 2025. La entrega supone un nuevo salto en la industria de la construcción naval de China, ya que hasta ahora la fabricación de buques portacontenedores con capacidad para 10.000 TEUs, había sido monopolizada por grandes constructores de buques en Europa, Estados Unidos, Japón y Corea del Sur.
La mejora del sector de la construcción naval ha revertido positivamente en la economía de China, que creció un 7,7% en 2013, lo mismo que 2012, y superando la meta del Gobierno del 7,5%, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas de China.
A pesar de la evolución positiva, Zhang Guangqin, presidente de la Asociación China de la Industria Nacional de Construcción Naval, considera que resolver el problema del exceso de capacidad en los astilleros chinos, llevará al menos otros cinco años