En su último informe semestral “Composición de precios” que elabora la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) analizó la carga tributaria de tres productos básicos de nuestra alimentación diaria.
La licenciada Natalia Ariño, economista de FADA, sintetiza de este modo las conclusiones. “Si voy a la panadería y compro ocho bollitos de pan, resulta que cuando los voy a comer hay dos bollitos que son impuestos. Si lo aplicamos en la leche, me tomo un vaso de impuestos por cada sachet. En la carne es la misma proporción, por cada kilo que compramos, nos comemos 250 gramos en impuestos”.
Esto significa claramente, que la cuarta parte de tres productos tradicionales de la canasta familiar, son impuestos. Esto tiene que ver con el peso de los impuestos que soportamos en Argentina.
Paso a paso
El estudio arroja más datos. “Desde el campo hasta nuestra mesa, el precio de la leche se multiplica por cuatro y el del trigo por diez. ¿Cómo se llega al precio de góndola? Es lo que analizamos en este trabajo”, comenta Nicolle Pisani Claro, economista jefe FADA.
En el caso de la leche, el tambo y los impuestos representan 27% cada uno, la industria el 28% y el comercio el 18% del precio que pagamos en la góndola. “Expresado de otro modo, si lo analizamos a nivel cadena productiva, el 63% son costos de producción, 10% es el resultado y un 27% son impuestos”, agrega Pisani Claro.
Del campo a nuestra mesa el precio del trigo se multiplica por 10. Del total que paga el consumidor por kilo de pan francés, el trigo representa el 10%, el molino el 4%, la panadería el 59% y los impuestos el 27%. También es posible observar cómo está compuesto ese importe. El estudio detalla que el 48% son costos, el 27% impuestos y el 25% ganancias.
Del precio del kilo de carne, la cría representa el 26%, el feedlot 31%, frigorífico 4%, carnicería el 15% y los impuestos el 24%. Otra forma de expresarlo indica que impuestos representan el 24% del precio, 60% son costos de la cadena y 16% ganancias.
“Cuando hablamos de costos incluye muchos factores: la compra de los animales, la luz, los sueldos de los trabajadores, el alquiler de los campos o locales, los fletes, entre otros”, explica Ariño.
El informe muestra que 1 de cada 4 pesos que pagamos por nuestros alimentos son impuestos. En promedio, entre los tres productos, los impuestos nacionales representan el 80%, impuestos provinciales 16% y municipales 4%. Es importante aclarar que el hecho de que un eslabón tenga mayor participación en la composición del precio, no significa necesariamente que sea el eslabón que más gane, sino que está relacionado con los procesos, escalas, ganancias y costos que tiene ese eslabón.
“Esto se puede ver, por ejemplo, en el caso de la panadería: es el eslabón que tiene más participación, pero porque la escala de producción es menor y más artesanal y porque combina dos actividades: producción y venta minorista. Tiene también costos más elevados, principalmente de servicios, alquileres y salarios”, aclaran desde FADA.
Quita de retenciones
El trabajo se detiene en el tema del trigo y pan. Repasa que “en las últimas semanas hemos escuchado hablar sobre las retenciones (derechos de exportación o DEX). En particular para trigo, de cara a la próxima campaña, por sus efectos negativos en la producción y cómo termina afectando a toda la economía, incluso en nuestro día a día”.
“Los costos del trigo aumentaron significativamente en el último año, mientras que el precio del grano está por debajo del promedio de los últimos 4 años. En este contexto, las retenciones empeoran la situación”, alerta Pisani Claro.
¿La quita de retenciones beneficia a la economía en general? “Sí, nos ayudaría a todos, porque generaría más inversión y más producción, que a su vez generan más empleos, mayor uso de fletes, más maquinarias y fertilizantes, entre muchos otros beneficios. Es decir, aportaría a la reactivación de la economía, una rueda en la que estamos todos, tanto para los que vivimos en las ciudades o en el campo. También para los distintos rubros en los que trabajamos, porque de alguna manera, todos formamos parte de esta rueda,” detalla Ariño.
Si recordamos qué pasó cuando se redujeron las retenciones al trigo, las cifras lo demuestran. Crecimos un 20% en siembra y un 40% en producción, generamos mil millones de dólares más por producción y utilizamos 203 mil nuevos fletes. Este crecimiento genera más empleo, más movimiento en las regiones, más inversiones, lo que trae mejoras para las regiones del país.
Las retenciones (DEX) son un impuesto nacional, que se calcula como porcentaje (en el caso del trigo es del 12%) sobre el valor del producto exportado, reduciendo el precio que recibe el productor por el grano. “Las retenciones actúan sobre el ingreso bruto y no sobre las ganancias, de tal forma que, si el productor tiene pérdidas, se aplica igual”, agrega Ariño.
El informe
FADA elabora de manera semestral el informe Composición del precio de la carne, la leche y el pan. El principal objetivo es contribuir a la transparencia e informar a los consumidores sobre por qué los alimentos valen lo que valen, qué es lo que están pagando.
A su vez, permite identificar los distintos eslabones con sus respectivos costos, impuestos y resultados, es útil a la hora de detectar dónde pueden estar los principales problemas o los potenciales de la cadena para poder crecer.