Desde hace más de un año, el proyecto de perforación del pozo exploratorio denominado Argerich 1 Cuenca Argentina Norte, despertó gran expectativa, porque podría ser el inicio del camino que lleve a la Argentina a sentarse en la mesa de los países exportadores de petróleo. Paralelamente, impulsaría el desarrollo de Mar del Plata, generando múltiples oportunidades para la industria y el empleo.
Sin embargo, a medida que la iniciativa avanza, las agrupaciones defensoras del medio ambiente, suman recursos ante la justicia. Estas presentaciones demoran y postergan el comienzo de las tareas de exploración offshore previstas a 307 km de la costa de marplatense.
Para comprender lo que esta sucediendo en torno a este desarrollo hidrocarburífero, que algunos definen como un nuevo Vaca Muerta, Ser Industria dialogó con el ingeniero Marcelo Guiscardo, presidente del Cluster de Energía Mar del Plata, socio- fundador de QM Equipment y con vasta experiencia en el tema. Entre otros conceptos, el empresario dejó una definición tajante: “toda la gente que trabaja y paga impuestos está a favor de este proyecto”.
¿Sorprenden tantas idas y vueltas en la Justicia?
Lo que está pasando se relaciona con el acuerdo de Escazú. Al suscribirlo, Argentina se autoimpuso la obligación de informar mediante asambleas públicas, cada hito importante en cualquier proyecto que pueda afectar al medio ambiente. Esta iniciativa está comprendida por ese convenio. Es un proyecto largo y a cada paso hay que informar a la sociedad. Considero que las asambleas son importantes y es bueno que se hagan, porque permiten que la población escuche todas las opciones, se informe, entienda y tenga su propia posición basada en cosas concretas. Seguramente vamos a tener cinco o seis por año. Antes se hablaba de hacer un pozo a 300 kilómetros mar adentro y nadie sabía nada.
¿Tienen carácter informativo o son vinculantes?
Son informativas. Están diseñadas para que se anote y exponga quien quiera. Se hicieron tres, en la última tuvimos más de 1500 personas. Una de ellas fue promovida por el intendente y los concejales de General Pueyrredón y creo que fue algo muy bueno, porque se pudieron conocer detalles que la gente desconocía. La licencia social se logra a través de información, así que más allá de que al principio la comunicación no fue la mejor, ya estamos en otro momento.
¿Cuál es la causa de que haya tantas presentaciones en tribunales?
La Cámara Federal, volvió a validar los estudios que se habían hecho y le dio visto bueno a todo lo demás. Sin embargo, van a seguir los contratiempos, como los que tenemos ahora. Se trata de recursos que se interponen y me parece que es de esperar que organizaciones como Greenpeace, sigan tratando de impedir la exploración.
Se insistió mucho con la mortandad de peces y potenciales derrames de petróleo sobre las playas…
Esas son mentiras que dijeron los ambientalistas, son cuentos que hicieron en un momento donde había un vacío de información. Ese vacío fue cubierto, están las organizaciones, los sindicatos, las compañías, las fundaciones, el Cluster de Energía de Mar del Plata, todos a favor.
¿En este caso no hay confrontación política?
Argentina tiene que producir, explorar, salir adelante y eso se va a hacer con estas iniciativas. Me he cansado de decir que este proyecto no tiene grieta porque se está explorando una zona que antes de 2012 no teníamos, parte de ella es la bajada del talud continental, se pasa de 200 a 300 millas. Parte de eso se hizo durante el gobierno de Cristina Kirchner. La licitación fue durante la gestión de Mauricio Macri y con la presidencia de Alberto Fernández se sigue trabajando. La gerenta de exploración de YPF, Fernanda Raggio, está cargo del proyecto y Néstor Bollati de toda la exploración. Fernanda dijo que este proyecto cambia realidades y eso significa que marcará un antes y un después. Tenemos que ser optimistas y hacerlo.
No hay grieta, pero sí opositores…
Definir quiénes estamos a favor o en contra, es muy fácil. Toda la gente que trabaja y paga impuestos está a favor. El resto, no sé quiénes son, ni qué representatividad tienen, para qué sirven. Necesitamos este proyecto y más como este, tenemos que hacerlos todos.
¿Qué tiempo demanda la exploración?
La fase exploratoria dura ocho años. Ahora se ha alargado para algunas compañías, teniendo en cuenta los problemas provocados por el Covid y otras razones. Reitero que, cada vez que se vaya a hacer una sísmica, debe pedirse una asamblea pública. Del mismo modo cuando se quiera perforar el primer pozo exploratorio. Supongamos que al hacerse una perforación se descubre petróleo. Hay que saber hasta dónde llega, hacer los pozos delimitadores y después pedir el permiso para producir. Puede llevar cuatro o cinco años más construir esas cosas para empezar a operar. El área más avanzada es la CAN 100, porque pertenece a YPF desde hace 20 años. Ya le habían hecho sísmica, fijado los lugares donde explorar. Eso posibilitó que en 2021 se dijera que en 2023 se perforaría un pozo.
¿Recién estamos en enero, hay que descartarlo?
Las demoras estiran los plazos, pero creo que hay chances de que este año se perfore el pozo. Hay un barco de perforación contratado. Si las cosas hubieran salido bien, ya hubiera venido. Ahora tiene que hacer uno o dos pozos y después viene. Es muy positivo que esté en el plan para venir y ya contratado. La exploración podría comenzar en octubre o noviembre de este año, sería espectacular que para esa parte del año tuviéramos un barco alistándose para perforar. La perforación dura dos meses. El primer pozo tiene el 20% de chance de encontrar petróleo y contra el 80% negativo. Si ese pozo es positivo, se consolida la información, el riesgo se invierte y la chance positiva asciende a 80%. Cada pozo es una inversión de 100 millones de dólares.
¿De hallarse petróleo, cómo seguiría la actividad?
Va a ser una explosión de cosas buenas que van a llegar a Mar del Plata. Se va a destinar más dinero, porque no solamente va a motivar a Equinor, YPF y Shell, el resultado impactará a toda la cuenca, a las otras compañías que están viendo qué pasa. Van a venir a ofrecer plata para entrar en el negocio, así pasa siempre. En Guyana, Exxon tiene el 50%, pero tuvo el 100%. Le vendió la mitad a Hess, una compañía chica que pasó a ser de las más rentables del mundo. Acá va a pasar igual, van a venir todas las que no están, incluso Chevron. Está el área CAN 100, la 108 de Equinor, la 102 de YPF… Esos lugares valen millones de millones de dólares, porque aquellos que arriesguen, querrán recuperar la inversión.
El mundo atraviesa una etapa de reconversión energética. Si el proyecto se sigue postergando, ¿puede perder valor e interés?
Se habla mucho de pasar al hidrógeno. Pero no se puede dejar de producir petróleo porque es lo que paga la cuenta. El hidrógeno está muy bien y cuando lo usás, sale agua como desperdicio, pero se necesita gas para hacer el hidrógeno y se pierde casi la mitad de lo que se saca. Entonces cuesta el doble, sin contar todo lo otro. Desde el punto de vista energético, la eficiencia del hidrógeno es la mitad que el gas. Cuando se empieza a ver todo eso y se evalúan los costos de hacerlo, de transportarlo, de cambiar todos los autos, se advierte que es algo que acá no va a pasar por 20 o 30 años. Lo primero que hay que hacer en el mundo, es dejar de producir carbón, que es lo peor. En Argentina tenemos menos del medio por ciento de carbón, nada, pero en muchos países como Alemania, Japón, hay que remplazarlo con petróleo, después con gas y luego con hidrógeno. El 60% de la matriz energética Argentina es el gas, estamos mejor que el 99% de los países del mundo. Entonces, hagamos proyectos de hidrógeno, pero produzcamos y vendamos petróleo para que los otros países no tengan que quemar carbón. Después, nosotros seguimos reconvirtiendo nuestra matriz para ir al gas y haciendo proyectos de solar, de hecho, tenemos una posición muy buena. Hay que hacer todo, no se puede decir dejo de hacer esto para hacer aquello. Tenemos que producir petróleo, gas, avanzar con los proyectos de hidrógeno, licuar gas y exportar gas y petróleo.