Según la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), la exportación de harina de trigo aumentó 4,7% en volumen durante el 2019 y representó en valor casi 300 millones de dólares.
La comercialización al exterior se concentra principalmente en Brasil y Bolivia, destinos del 95% de lo exportado. En ese sentido, Diego Cifarelli, presidente de FAIM, consignó que “el total de toneladas exportadas fue de 850.000 en el año molinero (diciembre 2018-noviembre 2019). De eso, a Brasil se enviaron 415.000 toneladas de trigo en harina mientras que a Bolivia se exportaron 395.000″.
Asimismo, señaló que debido a la carga tributaria, están volcados a la exportación en la región. “En la medida que no podamos recuperar los impuestos que tenemos en cada tonelada, es muy difícil escaparse de comercializarla solamente con los países vecinos. Con un 12,7% de carga (por tributos en la fabricación del producto que va a salir del país, como tasas viales, ingresos brutos e IVA en el flete, entre otros) más la retención del 9% somos casi un 22% más caros que otros países competidores”, explicó Cifarelli al diario La Nación.
En ese sentido, agregó que “con este formato nos tenemos que conformar con exportar a los países limítrofes. En la medida que tengamos más competitividad por mayores reintegros o por menores retenciones, lo haremos a Centroamérica y al continente africano y África subsahariana en especial”.
El récord de exportación se produjo en 2011 con 1,130 millones de toneladas. En ese entonces, el exsecretario de Comercio, Guillermo Moreno, acortó la exportación de harina a 300 mil toneladas.
Sin embargo, el presidente de la FAIM contó que el objetivo es poder exportar 2 millones de toneladas, pero aclaró que para eso debe haber “retenciones acordes y el reintegro de impuesto lógico”. “Hoy tenemos un reintegro de 0,75% cuando exportamos 12,7% de impuestos en cada tonelada de harina”.
El ejecutivo molinero se mostró optimista a afirmar que la Argentina podría pasar del tercer al primer lugar como exportador mundial de harina de trigo el año que viene.
En relación a las licencias no automáticas para la importación de harina que impuso Brasil, Cifarelli aseguró que por el momento no afectan a la industria local. “Ellos tienen un mercado de 11 millones de toneladas y nosotros estamos mandando 400 mil, eso representa el 3,5% de lo que Brasil consume. No creo que estemos molestando a nadie porque muchos negocios se hacen con molinos brasileños”, concluyó.