En el día de la fecha la Fed elevó la tasa de interés de referencia en el rango de 5,25% – 5,50%, el nivel más alto en más de 22 años (desde marzo de 2001). En un movimiento que era descontado por el mercado, el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) convalidó una suba de 25 puntos básicos.
En conferencia de prensa, Jerome Powell, chairman de la Reserva Federal, se ha moderado desde mitad del año pasado (llegó a marcar un pico del 9,1% interanual), pero resaltó que todavía queda un largo camino hasta el objetivo que tiene la Fed del 2%. En esta línea, pareció que habría cierta posibilidad de mantener la tasa en la próxima reunión que se llevará a cabo en el mes de septiembre.
A su vez, y más allá de que claramente estamos ante una Reserva Federal menos agresiva en relación a lo que fue 2022, el propio Powell mencionó que las decisiones se irán tomando reunión tras reunión basadas en los datos macroeconómicos y sus implicancias en las proyecciones de nivel de actividad e inflación, además de los riesgos de la hoja de balance.
Cabe destacar que la suba en cuestión fue aprobada de forma unánime por todos los miembros del Comité.
Otro de los cambios que se realizaron respecto de las notas de la reunión de junio, fue en lo referente a una leve mejora en las proyecciones de crecimiento pasando de “modesto” a “moderado”.
Impacto en los mercados
La convalidación de una suba de tasas totalmente en línea con lo que descontaba el mercado previo a la reunión, llevó a que los principales índices reaccionen de forma positiva.
Sin embargo, luego de digerir la noticia, sumado a los dichos de Powell en conferencia de prensa, donde se esperaba que se viera una postura menos contractiva de la que dejó visualizar el titular, los índices volvieron a terreno negativo.
De esta manera, al momento de escribir la nota el S&P 500 refleja una caída en torno al 0,3%, similar a la del Nasdaq, mientras que el índice industrial Dow Jones se mantiene en terreno neutral.