La industria del mueble en Argentina que mantendrá durante el corriente año un crecimiento sostenido en su facturación y nivel de empleo, confía en consolidar a la producción local en el abastecimiento del 100 por ciento de la demanda del mercado interno, según se destacó en el marco de la Feria Internacional del Mueble que se realizó en la ciudad de Córdoba.
“Estamos en un momento de la industria en que tiene un espacio dentro de la economía con una facturación que este año superará los 5.000 millones de pesos y de mucho mano de obra intensiva, lo que le permitió incrementar en un 50 por ciento sus planteles en la última década”, afirmó Gustavo Viano, presidente del Comité Ejecutivo de FIMAR.
La Feria desarrolló hasta ayer la octava edición del encuentro de la industria del equipamiento argentino que ocupó unos 10.000 metros cuadrados para la exposición de los principales referentes del sector mobiliario.
En ese contexto, Viano destacó el proceso de recuperación del sector a partir de 2003 que “permitió a partir de 2008 una transformación productiva que a partir de 2010 permitió abastecer toda la demanda del mercado local con productos de fabricación nacional mediante la sustitución de importaciones”.
“Hoy se puede afirmar que todo lo que vende el sector minorista del mueble es de producción nacional. Ya casi no se advierten muebles de Brasil o de China que en otras épocas entraban sin restricciones de importación”, aseveró.
“Tenemos industrias de mayor envergadura, sólidas, de gran cantidad de personal que reconvirtieron su tecnología, que tomaron la decisión de invertir en marcas, canales de comercialización y servicios de posventa”, planteó el titular de Fimar y actual presidente de la Agencia Desarrollo Económico de la Ciudad de Córdoba (ADEC).
Este crecimiento de la última década para el sector mueblero permitió “incrementar los planteles productivos en un promedio del 50 por ciento”, explicó Viano al agregar que la facturación para este año “estará por encima de los 5.000 millones de pesos”.
El sector esta integrado -de acuerdo a estimaciones de Viano- por unas 500 empresas que emplean un promedio de 40 operarios, lo que conforma una actividad que emplea a 20.000 operarios de manera directa.
La localización de las plantas también son reflejo de la crisis vivida en la década del 90 por los muebleros, ya que las importaciones de productos chinos y brasileños transformó las fábricas del conurbano bonaerense en importadores, en un proceso que pudo ser sobrellevado de mejor manera por las instalaciones de la zona centro del país, la que hoy concentra el 70 por ciento de las plantas.
A pesar de la recuperación del mercado interno, las fábricas de muebles mantienen “una capacidad ociosa que permite pensar en un desarrollo futuro, ya no sólo en términos de volúmenes de producción sino también en la capacidad de creación de productos que genera un alto valor agregado”.
Esto conllevó la necesidad de salir de la tradición por el típico mueble de algarrobo como símbolo de calidad y entender que el pino -que es forestable y renovable-, debía mejorar en su calidad para ser aplicado masivamente en la construcción de mobiliario, aplicado a la construcción de mobiliario, además de incorporar la multimaterialidad con la llegada de plásticos, metales, poliuretanos y telas.
En este sentido, Viano advirtió que si bien “el mercado mobiliario creció en calidad, aún está lejos de algunos estándares de otros países”, y resaltó que el mueble argentino comienza a ser reconocido “por la calidad de su trabajo, de sus maderas y terminaciones que permitió ganar en diseño y producto final”.
Sobre los potenciales peligros que enfrenta el sector, el directivo dijo que la industria “está preparada en calidad, pero no en el aspecto de competitividad” al señalar que “más allá del tipo de cambio, también hay que entender que la cadena de valor tiene algunos costos de no competencia y carece de la escala comercial necesaria como para salir a exportar”.
La feria no sólo marcó la tendencia de la industria para los próximos doces meses -con lanzamientos y nuevos diseños de productos-, sino que es esperada como una oportunidad de abrir mercados externos en la región, lo que se ratifica con la presencia de varios grandes comercializadores.