El Índice de Precios al Consumidor (IPC) Nacional registró una variación de 8.8% en abril, exhibiendo la primera variación mensual de un dígito desde octubre de 2023. La inflación núcleo, que excluye los componentes regulados y estacionales del índice, fue de 6.3%. Este fue el dato más bajo desde enero de 2023.
Acumula, en el primer cuatrimestre del año, una variación de 65%. En la comparación interanual, el incremento alcanzó el 289,4%. La división de mayor aumento en el mes fue Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (35,6%), a raíz de los
incrementos en las tarifas de los servicios públicos.
Le siguieron Comunicación (14,2%), por las subas en servicios de telefonía e internet y Prendas de vestir y calzado (9,6%) por cambios de temporada. Las dos divisiones que registraron las menores variaciones en abril fueron Bebidas alcohólicas y tabaco (5,5%) y Bienes y servicios varios (5,7%).
A nivel de las categorías, Regulados (18,4%) lideró el incremento seguida por Estacionales (9,9%), mientras que el IPC Núcleo aumentó un 6,3%.
Debajo de las expectativas
La inflación de abril volvió a ser muy inferior a la expectativa de los analistas participantes en el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) de diciembre. En dicho documento, el promedio de los mejores 10 pronosticadores se ubicaba en variaciones mensuales de 28,1% para diciembre; 25,5% para enero; 18,5% para febrero; 14,2% para marzo; y 12.4% para abril.
Cuando se los contrasta con los datos efectivamente observados, se verifica que dichas proyecciones sobreestimaron la inflación en casi 38 puntos en el acumulado de los 5 meses.
La fuerte desaceleración en los últimos meses se sustenta en el programa económico implementado en diciembre, cuyos pilares son el equilibrio fiscal, el saneamiento de la hoja de balance del Banco Central de la República Argentina (BCRA) y la implementación de medidas de desregulación y reducción de costos para el sector privado. Estas medidas van de la mano de un alto costo social que se traduce en una fuerte recesión, caída de la productividad y el empleo.
“Esto permitió transitar, en menos de 5 meses, de una economía con expectativas desancladas y alto riesgo de hiperinflación a una que ha generado las condiciones para la reaparición del crédito hipotecario de largo plazo luego de 7 años”, indicaron fuentes oficiales.
Desde el ministerio afirmaron que “estamos trabajando fuertemente para que el proceso de desinflación se siga profundizando en los próximos meses”.