El gobierno del Presidente Javier Milei, navega en aguas turbulentas. Sacudido en las últimas semanas por el affaire de los alimentos almacenados, cerró la previa a su sexto mes de gestión con la media sanción en Diputados, de una nueva fórmula jubilatoria, que amenaza el equilibrio fiscal.
Sin embargo, lo sigue desvelando su proyecto vital, la sintetizada Ley Bases que junto al Paquete Fiscal, será tratada en el Senado desde el próximo miércoles. El economista, especialista en el Mercado de Capitales y jefe de Trading de Inversor Global, Bruno Perinelli, evaluó la importancia de esta iniciativa que podría ser sancionado.
Consultado por Ser Industria Radio, anticipó que viviremos “días claves para el gobierno y la economía argentina”. Consideró además que sería una señal positiva para los mercados si al menos se lograra una aprobación en general con modificaciones.
Asimismo, pasaron bajo su lupa otros temas, como los efectos de la incertidumbre política sobre los mercados, la recuperación económica, la quita del cepo y el superávit fiscal.
¿Ley Bases y el Paquete Fiscal definen el destino de Argentina?
Vienen días claves para el gobierno y la economía argentina. La política tendrá que dar una señal en cuanto a la capacidad de alcanzar ciertos consensos y veremos si estos consensos podrán habilitar al gobierno para que siga adelante con las reformas que quiere llevar a cabo. De lo contrario, la política enredará al funcionamiento económico y nos llevará a un escenario no tan positivo para todos.
¿La aprobación sería beneficioso para la sociedad?
A través de la Ley Bases, el gobierno busca desregular a los sectores de la economía, para que lleguen grandes inversiones, superiores a los US$200 millones con el RIGI y el blanqueo de capitales… El paquete fiscal es muy importante porque le quita peso al Impuesto País, que está ligado al cepo cambiario. El cepo es una barrera no sólo para la salida, sino también para la entrada de dólares, tan necesarios para que se inviertan en la economía real y poder salir de la fuerte recesión en la que entramos en los últimos cinco meses. Sin embargo, habría una aprobación general, luego modificaciones y el proyecto volvería a diputados. De todos modos, sería una señal positiva que hubiera, al menos, una aprobación del proyecto en general.
¿La suba de dólares financieros y del Riesgo País, son consecuencia de la inestabilidad política más que de factores económicos?
Cien por cien, por la incertidumbre en torno a la votación. El proyecto que busca restituir los haberes jubilatorios, es una causa noble porque reconoce que los jubilados fueron una variable de ajuste durante estos meses. Pero también implica un aumento del gasto de casi medio punto del PBI, que justamente es lo que está aportando el Impuesto País a la recaudación. Es clave sostener el equilibrio fiscal porque permite proyectar hacia el mercado que el sector público argentino va a ser capaz de asumir los compromisos de deuda. Y hacia adelante se espera que esos pagos habiliten nuevas bajas del Riesgo País que en la zona de los 800 puntos, puede habilitar la llegada de proyectos. En los niveles actuales, en torno a los 1600 puntos, esos proyectos no se consideran porque son demasiado riesgosos. La pata central del plan del gobierno es el equilibrio fiscal y el proyecto que busca restituir los haberes jubilatorios, lo complica.
¿El mercado empieza a soltarle la mano al gobierno?
Es posible. El mercado no le está dando un cheque en blanco, busca mejoras más concretas. Los primeros pasos que dio el gobierno fueron considerados positivos. Tanto como el equilibrio fiscal y,la licuación de los pasivos del Banco Central para reducirlos e ir desactivando la bomba de Leliqs. También el hecho de que la inflación esté en un sendero descendente. Pero el paso que tiene que dar ahora debe ser promovido por la política. Me refiero a la llegada de las inversiones para levantar la economía de la fuerte recesión. Tengamos en cuenta que por cada punto de consumo que se pierde, se necesitan cinco puntos del PBI de aumento de inversión para compensar la caída. Se necesita un aumento considerable para generar una recuperación en V corta, que es cada vez más difícil.
¿Ves lejana la quita del cepo?
Creo que una condición necesaria es que se apruebe el Paquete Fiscal, luego que termine la licuación de pasivos. Hay cálculos que indican que el Banco Central tiene reservas netas positivas. Es una buena señal y me parece que sería necesario una salida del cepo lo más pronto posible. Quizás no sería una salida brusca, de un día para el otro, sino un poco más gradual y reduciendo las barreras. Tengamos en cuenta que, incluso los dólares financieros, tienen restricciones de cantidad semanal para la compra. O sea que la salida del cepo, sería al menos gradual, como está pidiendo el FMI.
¿Qué opinás de la relación con China y la decisión que se debe tomar en las próximas semanas respecto al swap?
Con China hay tensiones geopolíticas que en principio generó el gobierno, después quisieron mejorar la relación. Argentina no puede darse el lujo de prescindir de esa línea de dólares. El swap no es un crédito, pero es una fuente de dólares, considerable teniendo en cuenta la escasez que padecemos, por lo que tendría que resolverse. Argentina recibe yuanes a cambio de pesos, entonces el país paga una tasa de interés, ese es el costo. Convierte los yuanes en una reserva internacional, moneda para los usos que necesite, tanto para el comercio internacional como motivos financieros. El cierre del swap implicaría perder esa línea de reservas que Argentina necesita.
El superávit que festeja el gobierno, ¿es real o ficticio como plantea la oposición?
Ciertas partidas fueron postergándose, como la deuda del gobierno con CAMMESA y de CAMMESA con las generadoras de energía. El superávit o el equilibrio fiscal, es real. Como siempre, hay partidas que se postergan, ajustes que no se hacen, por ejemplo las tarifas. Por un lado, eso implica el mantenimiento de subsidios y por otro que una vez que se hagan los ajustes, los subsidios bajarán y a la vez bajarán las cuentas públicas, con lo cual, en líneas generales, está aceptado. Hay partidas que obviamente tienen cierto delay o postergación, es normal en todos los presupuestos.
En mayo hubo leves repuntes en la industria y el comercio y mejores expectativas de empresarios. ¿Ya tocamos fondo y rebotamos?
Hay ciertas condiciones que están dadas como para que haya una recuperación. No me parece que vaya a ser rápida, sino más bien lenta. Puede tardar un poco más de un año y medio para volver a los niveles de 2023. Creo que la cuestión política es clave, necesaria para traccionar las inversiones. Es positivo que haya una mejora en el sentimiento del consumidor después del ajuste que hubo en estos meses. Pero me parece que el gobierno desborda demasiado optimismo, tiene que ser más cauto y hacer las cosas paso a paso, sin creérsela.
¿Peca de soberbia?
Claro. Me parece que tienen que caminar un poco más la calle, sentir que la situación es complicada, que no tienen la vaca atada o el apoyo general de la gente. Deberían ver los resultados y recién ahí, si todo sale bien, gozar de algunas señales de éxito. Por ahora, lo mejor sería ir con humildad, buscando objetivos de corto plazo.