El gobierno de Javier Milei transita el primer trimestre de su segundo año de gestión y los análisis de las consultoras privadas, al igual que los de las cámaras empresarias, evidencian un clima de preocupación por el flojo desempeño de la industria y la recesión. 

Al respecto, hace pocos días el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, resaltó que las palabras “industria y producción” están ausentes en los mensajes presidenciales, como consecuencia de la falta de políticas públicas para el sector. 

En ese contexto, Ser Industria Radio entrevistó a Sandra Cipolla, presidenta de SPI Astilleros y de la Asociación Bonaerense de la Industria Naval (ABIN), quien analizó la situación de la actividad productiva. Entre otros temas, también hizo referencia al vínculo con la pesca, el Canal Magdalena y el desarrollo tecnológico que permitió a SPI tener presencia activa en Vaca Muerta. 

Asimismo, hizo referencia a los incentivos que aplican los países europeos a la construcción naval y manifestó que, pese a la incertidumbre general “hay que prepararse para cuando la industria vuelva a tener un crecimiento”.

¿Cómo vive este momento la industria naval? 

La semana pasada tuvimos reunión de Comisión Directiva en la Cámara y analizamos la coyuntura actual de nuestra industria en particular. La realidad es que estamos atravesados, al igual que el resto de la industria, por falta de políticas e incentivos, que obviamente hacen que el 2025 sea un año complejo. Creo que tenemos problemas macroeconómicos, pero también políticos. Entonces uno se tiene que preservar, quedarse en la retaguardia y trabajar para consolidar los espacios logrados al día de la fecha en todo el arco de la industria naval y su cadena de valor. 

El gobernador Kicillof subrayó que las palabras “industria y producción”, no figuran en el léxico del Presidente. ¿Cómo se traduce en la actividad? 

En realidad se traduce en trabajar hacia adentro, porque claramente, si no hay un acompañamiento de la política, no se puede esperar… Entonces hay que consolidar la cadena de valor, trabajar con el sindicato para lograr la paz social que necesitamos. Se hacen trabajos, endogámicos, para prepararse para cuando la industria vuelva a tener un crecimiento, un desarrollo que nos permita generar más producción y más empleo. 

Los UIA y las consultoras privadas coinciden en que la recesión es muy extensa y el consumo no reacciona, generando un combo complicado para salir adelante… 

Nosotros hemos analizado que efectivamente el 2025 es un año complejo, no solamente para el sector industrial y los empresarios, sino también para quienes colaboran con nosotros, nuestros trabajadores. Vamos a apelar a ser criteriosos, solidarios y trabajar hacia adentro de nuestra cadena de valor para que nuestros talleres, nuestros socios estratégicos en el desarrollo de la industria naval, puedan acompañarnos en este proceso que es delicado, complejo, que ya vivimos en otros momentos el país. En ese aprendizaje, uno tiene que ver con claridad que al final del camino existe una luz y que tenemos una responsabilidad como dirigentes empresarios de tener un grado de optimismo conservador.  Si no, uno tendría que cerrar las puertas. Mucha gente depende de nosotros, no solamente el personal directo, sino toda la cadena de valor relacionada a un astillero o a la industria naval en general. 

¿Cómo afecta la situación de la pesca, que tiene serios problemas de rentabilidad, en el sector? 

Nos impacta claramente. Más allá de que estamos en Campana, en Caleta Paula y  Mar del Plata y estamos diversificados en términos de nuestra facturación e ingresos que no solo dependen de la pesca, es la actividad que nos ha permitido crecer y desarrollarnos. Cuando ellos están mal, nosotros estamos mal, es una relación directa. Por lo tanto, estamos acompañando en la medida de lo posible, solicitando que haya políticas, que sea visibilizada la problemática del sector pesquero. Que se fijen políticas de amplio espectro para que la pesca pueda salir de la coyuntura en que se encuentra. Obviamente, eso va a impactar en forma positiva a la industria naval argentina.

¿Qué cantidad de empleos directos e indirectos genera la industria naval? 

Un estudio que hizo el INTI, indica que por cada trabajador directo, como mínimo tenemos cinco indirectos. Porque no solamente trabajamos con subcontratistas. La  cadena de valor incluye servicios, carpinteros, electricistas, grueros, la propia Prefectura Naval, la agencia marítima, el despachante de aduana… intervienen tantos actores alrededor de un barco que realmente la relación es 1 a 5. 

¿Otros países protegen el trabajo de los astilleros? 

Acá las palabras protección o proteccionismo molestan mucho. Yo las cambiaría por incentivos. La mayoría de los países de Europa incentivan el desarrollo de la industria naval por lo que significa en la generación de empleo, por su cadena de valor. Lo ves en España, donde, más allá de los astilleros que tienen, cuentan con un programa como el que teníamos nosotros en los aportes no reembolsables y de desarrollo de proveedores. Inyectan a la industria naval millones de euros. A su vez, los armadores tienen líneas de crédito con tasas, altamente subsidiadas, que hacen que deseen y quieran invertir en la construcción de nuevos buques. Entonces, no hablaría de protección, pero sí de incentivos a una industria que  puede generar empleo genuino y de calidad. 

Fracasó la licitación de la hidrovía y se habla de un nuevo llamado. ¿Puede haber una oportunidad para la industria naval? 

Con el gobierno anterior, nosotros éramos parte de los asesores de la comisión que se había armado junto a las provincias e hicimos nuestro aporte. Ahora estamos canalizando nuestras propuestas a través de la provincia de Buenos Aires. Claramente, esa mesa de trabajo y de desarrollo de cómo insertar a la industria naval en la licitación de la Vía Navegable Troncal para generar empleo, ya no está. Pero hacemos llegar nuestra opinión desde la ABIN, desde SPI, a quien nos quiera escuchar. Presentamos notas y propuestas de cómo entendemos que nuestra industria debería participar en la decisión y en la licitación. 

Junto a la provincia siguen impulsando la obra del Canal Magdalena… 

Sí, por supuesto y desde ABIN, las últimas veces que fuimos invitados por el Gobernador a las mesas de producción y trabajo en distintos sectores de la provincia, siempre hacemos mención. Más allá de que las reuniones se hagan en Balcarce u Olavarría, hablar del Canal Magdalena abre la mente, como a mí me abre la mente escuchar a los productores de papas o kiwis. Uno a veces está preocupado solo por lo propio, pero hay problemáticas que nos atraviesan a todos, otras producciones que también generan empleo, círculos virtuosos y que tenemos que acompañar. El Gobernador se cargó al hombro el Canal Magdalena y con nuestro socio fundador, tanto de ABIN como de SPI, Horacio Tettamanti, a quien le decimos que es el “padre del Canal Magdalena”, seguimos bregando. Entendemos que no es una cuestión solamente enunciativa de soberanía, sino de soberanía económica que va a permitir el desarrollo, la producción y la generación de empleo que no tenemos dimensión de lo que podría llegar a ser. 

Distintos sectores, como la Cámara de Exportadores, sumaron su apoyo valorando su potencial logístico. Parece que no quedan muchas razones para no hacer la obra…

Creo que la única razón que queda es política, el concepto de país que uno pueda querer o desear y es lo que hoy se dirime. Cuando uno habla de pueblo, soberanía, parece que se endilga o se pone un sombrero particular. El Canal Magdalena nos daría una soberanía económica que nos permitiría un desarrollo de país. Ojalá que pueda llevarse adelante, seguiremos luchando y veremos si la historia nos asiste o no. 

SPI desarrolló un Centro de Cómputos Modular para Vaca Muerta. ¿Cómo llegaron a la formación geológica más importante de la Argentina? 

El año pasado se produjo un acercamiento a través de un sector empresario ajeno a la industria naval. Nos comentaron un proyecto y empezamos a conversar. Al principio, cuando me hablaban de inteligencia artificial y criptomonedas, pensaba ¿qué tendrá que ver con lo naval? Pudimos sentar a nuestros jóvenes ingenieros e ingenieras con un equipo joven del otro lado y desarrollaron un prototipo. Es un Centro de Cómputos que capta el venteo, esa energía desperdiciada y la utiliza para el desarrollo de criptomonedas e inteligencia artificial. Lo bueno es que, más allá de la cuestión técnica,  pudimos salir a buscar algo diferente, que incentiva a nuestros profesionales y la cadena de valor. Además de SPI, intervinieron tres proveedores, que para nosotros son socios estratégicos y tuvieron que ver principalmente con el aire acondicionado, la ingeniería eléctrica… Son socios de ABIN, del Clúster de Energía y pudimos armar algo que ya está en Vaca Muerta. Cuando hicimos las pruebas en Mar del Plata y cuando se instaló en Vaca Muerta, funcionó al 100% y en el régimen de operación, sigue funcionando al 100%. Eso nos da mucho orgullo, una sensación de que es el camino más largo, que cuesta, pero que efectivamente da una apertura nueva. Nos llenan de orgullo los profesionales y los socios estratégicos que tenemos. 

¿El sector energético es una oportunidad para desarrollar nuevos negocios? 

Es una oportunidad. La distancia, obviamente es una variable compleja, pero este proyecto, ojalá que no sea solo un prototipo, sino que podamos seguir generando unidades de negocios. Creo que posibilita a un sector industrial de Mar del Plata posicionarse en un lugar donde uno es foráneo. Entrar a un lugar nuevo es una cuestión compleja, pero la realidad es que nos salió muy bien y sentimos la satisfacción de haber desarrollado un prototipo con gente que sabe de Vaca Muerta. Con socios estratégicos logramos una sinergia que posiciona al sector industrial marplatense, de la provincia de Buenos Aires y del país, que puede desarrollarse de punta a punta.