La motosierra frena el desarrollo de la Energía Atómica argentina

Los recortes presupuestarios dejan sin recursos a esta actividad de trascendencia mundial.

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25 abril, 2024

La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA),  es el organismo del Estado nacional que tiene a cargo la investigación y el desarrollo de la energía nuclear. Creado en mayo de 1950, logró destacarse en el plano internacional por sus avances y desarrollos en el uso del recurso con fines pacíficos.

La llegada al gobierno de Javier Milei, hizo que los recortes presupuestarios generen incertidumbre sobre el futuro de esta prestigiosa institución que tiene en marcha importantes proyectos que captaron el interés de especialistas y gobernantes de todo el mundo.

A raíz de las políticas impulsadas desde el Poder Ejecutivo Nacional, Adriana Serquis, licenciada y doctora en Ciencias Físicas y presidenta del organismo, presentó su renuncia. A la espera de su aceptación y el arribo de su reemplazante, la científica habló con Ser Industria Radio, donde planteó con crudeza las restricciones que ponen en riesgo la continuidad de las tareas

¿Hay alguna posibilidad de que continúe en el cargo? 

No, es una decisión personal tomada el 10 de diciembre. Además entiendo que ya está en marcha el posible reemplazo. Continuaré en este ámbito porque tengo un cargo de planta y seguiré trabajando para que esta institución siga funcionando. 

¿La CNEA siente el paso de la “motosierra”? 

No estamos exentos de lo que ocurre en el país, en particular en todas las organizaciones e instituciones que dependen del Estado Nacional. Somos parte del Sistema Científico Tecnológico Argentino. Nuestra  institución es de las más antiguas, fue creada en 1950. Desde entonces creímos que había una política de Estado que quería sostener al sector nuclear, tanto sea por los beneficios que trae en cuanto a la investigación, desarrollo, innovación, el uso  pacífico de la energía nuclear y sus aplicaciones. También por la importancia que tiene a nivel geopolítico, que nos permite un montón de situaciones a nivel mundial, en el cual tener la potestad y el conocimiento en el sector, nos abre muchísimas puertas. 

En esta materia Argentina se ha destacado a nivel internacional… 

Exactamente. Se caracteriza por tener una cierta relevancia tanto en la región como a nivel internacional. Algunos de nuestros proyectos están picando en punta en cuanto a los desarrollos y al reconocimiento. Particularmente cuando el mundo trabaja para cumplir con los compromisos del cambio climático, el área nuclear se ha vuelto muy importante. Tenemos mucho temor de perder a nuestros profesionales, a los jóvenes que se van. Es una pérdida inmensa en cuanto a la posibilidad de sostener la actividad y seguir apostando al futuro de un desarrollo basado en conocimientos, como es el área nuclear. Lamentablemente estamos empezando a recibir muchas denuncias, más allá de que todavía en nuestra institución no hubo despidos. 

¿Cuánto tiempo demanda formar un científico nuclear?

Muchísimo. No es sólo la formación de grado en las universidades públicas o en nuestros centros académicos, como el Instituto Balseiro, el Sábato o el Beninson. Mucha gente, después hace un doctorado, una especialización o requiere el licenciamiento de la autoridad regulatoria nuclear. Y  luego la práctica en campo, en cualquiera de las instalaciones, en las nuestras o en las de las empresas asociadas. Lamentablemente a la gente con 10, 15 años de experiencia, ya nos costaba retenerla por la situación salarial, pero sin un proyecto de continuidad ni previsibilidad hacia el futuro, todo eso se vuelve mucho más complejo. Tememos por los grandes proyectos, por el futuro del país, en el cual esa apuesta que viene desde hace tantos años, hacer un país con este tipo de desarrollos, quede trunca. Muchos proyectos tienen contratos y subcontratos con empresas que estaban calificando a su personal y a sus profesionales para ser proveedoras, con la expectativa de ser exportadoras. No solo la CNEA puede verse perjudicada, sino también un montón de empresas públicas y privadas que son parte de esta cadena de valor

¿Usted presentó la renuncia y no le fue aceptada? 

Así es. Igualmente, estamos en un proceso de transición. Esta semana, por primera vez, el secretario de Energía nos solicitó que empecemos a reunirnos con quienes serían parte de la nueva gestión y tengo la expectativa de que en las próximas semanas haya un cambio real. Tenemos que esperar un decreto que nombre al nuevo presidente de la institución para que acepten mi renuncia.

¿En el caso del reactor CAREM, ya hay una inversión de más de US$ 5.000 millones? 

No, el CAREM tiene hasta el momento una inversión de US$ 650 millones. Faltan más o menos unos US$ 200 millones para finalizarlo. Sería el primer prototipo del mundo en su tipo y se está haciendo un plan de negocios en el cual se harían CAREM comerciales. Cada una de esas centrales que se venda, aportaría al país unos US$ 5.000 millones. No es que se gastó eso hasta ahora. Existe un reporte mundial de la Nuclear Energy Agency (NEA), que analiza los proyectos más avanzados. Mientras nosotros tenemos más del 65% de la obra hecha, con muchos menos trabajadores, hay otros proyectos en el mundo que tienen una inversión muchísimo más alta, como ocurre en Estados Unidos o Inglaterra y  sin embargo, hasta ahora tienen una ejecución de cero. Sus proyectos están solo en papel. Es muy interesante ese reporte, los invito a que lo busquen en la NEA.  

El reporte muestra que Estados Unidos avanzó en la comercialización. ¿Ese es el déficit del CAREM? 

Eso fue en 2023. En el reporte de febrero de este año, la calificación ya reconoce que hicimos importantes avances en acuerdos con muchos países interesados en nuestro proyecto. Ya sea en alguna de sus partes o algún tipo de acuerdo que permita, por ejemplo como plantea Alemania, trabajar en conjunto. Así que, el avance en ese casillero que veníamos trabajando hace bastante tiempo, nos permite pensar que no sólo es una inversión, sino que además puede tener acuerdos que nos permitan crecer a futuro. 

¿Esto se lo comunicaron a los funcionarios del gobierno actual? 

Se lo comunicamos, en diciembre, enero y cuando salió el nuevo reporte en febrero. Este periodo de transición me pareció que era necesario, más allá de que no estoy de acuerdo con la política nacional. En ese sentido, expresé mi decisión de no continuar a cargo de la institución. Pero me parece necesario tener una transición ordenada,  tratar de pasar esta información y que los proyectos continúen

¿Está en riesgo la continuidad del CAREM? 

Lamentablemente creo que sí, porque en estos momentos hay que definir. De hecho, como el CAREM se maneja con un fideicomiso y todos los fideicomisos quedaron frenados,  hace casi un mes que no se le puede pagar a los proveedores. Eso hace que muchos quieran retirarse. Estamos tratando de sostenerlos hasta que se tome una definición, que nos destraben la posibilidad de hacer los pagos de las deudas asumidas, al menos con el fideicomiso que ya existe. Y que eso garantice, en este momento de coyuntura, hasta que se tome una decisión de cómo, cuánto y a qué ritmo se va a continuar con el proyecto. No queremos que detengan todo lo que se está haciendo hasta ahora. 

¿Qué parte del presupuesto recibieron a la fecha? 

Como todos los organismos del Estado, hasta el momento solamente tenemos asignados para este año los créditos que corresponden a la ejecución 2023. Si hubo un 220% de inflación, quiere decir que ya de crédito para este año estamos abajo en ese porcentaje. Pero sumado a eso, salió una denuncia pública que de todo lo que tenía que ver con la ejecución del primer trimestre recibimos, si descontamos salarios, el 11%. Esta semana recibimos una cuota más, pero de todas maneras no alcanza ni al 40% de lo que deberíamos haber recibido en el primer trimestre y ya entramos al segundo. La semana pasada estábamos en riesgo de que nos quiten el servicio las empresas del servicio médico. Eso implica detener completamente las operaciones porque no podemos incumplir las legislaciones vigentes. Estamos emparchando situaciones, tratando de estirar el presupuesto y sacarlo de un lugar a otro. Cuando los servidores de luz y gas empiecen a hacer amenazas de corte por falta de pago, espero que las nuevas gestiones puedan contar con los recursos correspondientes. Estamos tratando de justificarlo, enviando los reclamos y las consultas por vía formal e informal para advertir sobre esta situación que nos tiene realmente muy preocupados.

¿Hay otros proyectos en riesgo? 

Sí, todos los proyectos de la institución.  Imaginen que pasaría si se detienen las operaciones porque no se puede tener el transporte para llegar al Centro Atómico Ezeiza,  donde se producen los radioisótopos para todo el país… o el lugar donde se hace la agregación de materiales de insumos médicos para esterilizarlos… Proyectos que continúan en ese lugar y en otros, todos están en riesgo. Lo que pasa es que los grandes proyectos son los que más se ven. El CAREM, el REA-10, el reactor multipropósito, en el cual el principal contratista es INVAP. En INVAP, de 200 trabajadores que había en la obra, en este momento hay menos de 100, porque dejan de hacer tareas debido a la falta de pago. Lo mismo podemos decir con el Centro Argentino de Protonterapia, que va a ser para el tratamiento del cáncer infantil y ya está en más del 90%. Necesitamos que se termine, estaban empezando a trabajar justamente con la empresa que instala el equipo final. Hay muchísimos proyectos en riesgo y no sabemos cómo van a continuar.  

¿También está la planta de agua pesada de Neuquén? 

Sí, si bien tenemos más de 30 proyectos de inversión en diferentes áreas, el cuarto más importante es la Planta Industrial de Agua Pesada. Se firmó un convenio en mayo del año pasado y lleva 25 meses su puesta en marcha. En ese proyecto hay dos partes. Una es continuar con el mantenimiento de la planta y el otro son todas las operaciones necesarias para la puesta en marcha. Esta segunda parte requiere la incorporación de personal para ir formándose antes de que se terminen de jubilar los que saben sobre la operación de la planta. Es una inversión que se podría recuperar. Y también tenemos a una empresa de Canadá en particular que está interesada en que esa planta pueda volver a ponerse en marcha. Estamos trabajando fuertemente para hacer un acuerdo de entendimiento con ellos, pero mientras tanto hay que sostener lo que está, porque si lo dejas caer después es mucho más difícil. 

Queda muy claro que el futuro de la CNEA es incierto… 

Esperamos poder visibilizar la situación, igual que las universidades nacionales y muchos otros organismos. Todo esto es un ecosistema de ciencia, tecnología y educación necesario para que nuestro país pueda desarrollarse en base al conocimiento y con una parte agregada que creo que no se lo puede dar ningún otro sector. Ojalá que podamos sostener esto por todos los beneficios que  van a implicar a futuro. 

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