La llegada de Javier Milei a la presidencia trae consigo no solo un cambio de liderazgo, sino también una nueva visión económica para Argentina. Con un horizonte marcado por el desequilibrio fiscal, monetario y cambiario, el nuevo gobierno se centra en un objetivo claro: la estabilización económica como plataforma para el crecimiento sostenido.
Así lo marca un reciente informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), que analizó el contexto macroeconómico en el marco de su especial Perspectivas 2024.
En su primer gran anuncio, el Presidente Milei delineó un plan de acción que abarca desde reformas legislativas hasta la reestructuración de sectores estratégicos. La premisa es clara: desregular para crecer. Sin embargo, la tarea no es sencilla. La economía argentina arrastra años de inflación acelerada y una profunda inestabilidad fiscal que requieren medidas tanto audaces como cautelosas.
Salarios, pobreza y ajuste
El escenario laboral y social presenta su propio conjunto de desafíos. Con salarios que no han mantenido el ritmo de la inflación y una pobreza en aumento, el gobierno se enfrenta a la urgente necesidad de generar empleo y mejorar el poder adquisitivo de la población. La estrategia económica debe entonces equilibrar la austeridad fiscal con la promoción de la actividad económica y el bienestar social.
En términos de política monetaria, la inflación representa quizás el desafío más apremiante. Con tasas que han alcanzado máximos históricos, la nueva administración tiene la labor crítica de estabilizar la moneda y restablecer la confianza en el peso argentino.
Este esfuerzo se acompaña de una revisión del sistema cambiario, actualmente marcado por una brecha significativa entre el tipo de cambio oficial y el paralelo.
Las primeras medidas de la administración Milei apuntan a un ajuste fiscal sustancial y a una reducción del déficit cuasi fiscal del Banco Central. La propuesta de un ajuste de 13,9% del PIB refleja la magnitud de la reforma que se busca implementar. La mirada está puesta en los ingresos tributarios y las erogaciones del gobierno, buscando un equilibrio que permita alcanzar el superávit fiscal sin comprometer el crecimiento.
El camino hacia un superávit fiscal genuino y sostenible está plagado de incertidumbres y escollos. La habilidad del gobierno para manejar estas incertidumbres y superar los obstáculos definirá el éxito de sus políticas económicas. El desafío está planteado y con él, la oportunidad de marcar un cambio positivo en la trayectoria económica de Argentina.