La Organización Mundial del Comercio (OMC) modificó a la baja sus proyecciones de crecimiento del comercio mundial para este año como consecuencia de la guerra entre Rusia y Ucrania. Además, su directora general, Ngozi Okonjo-Iweal, advirtió por el riesgo de que se generen nuevas rivalidades en los intercambios.
De acuerdo con las nuevas proyecciones anuales de la OMC, el volumen de intercambio mundial crecerá 3%, frente al 4,7% previsto antes del conflicto. No obstante, la entidad subrayó, que existe “falta de certezas” en torno de estos datos y los escenarios de las simulaciones rondan entre un crecimiento mínimo del 0,5% y un máximo del 5,5%.
Asimismo, indicó que “el mayor impacto económico inmediato de la crisis” fue “una fuerte alza en los precios de los commodities”.
“Pese a que representan un pequeño porcentaje del intercambio y producción mundial, Rusia y Ucrania son claves en bienes esenciales como alimentos, energía y fertilizantes, suministros que ahora se ven amenazados por la guerra con paralizaciones en los embarques de granos en los puertos del Mar Negro y potenciales consecuencias en la seguridad alimentaria de los países pobres”, explicó un comunicado de la organización.
Los datos proporcionados por la OMC indican que Rusia y Ucrania producen el 25% del trigo mundial, 45% del girasol y 155 de la cebada. Además, Rusia exporta 9,4% de carburantes y 20% del gas natural.
Al mismo tiempo, el intercambio comercial, especialmente el realizado por vía marítima, se ve afectado por los confinamientos en China que pueden provocar una nueva “escasez de productos de manufactura y una mayor inflación”.
“La guerra en Ucrania provocó un enorme sufrimiento, pero también dañó la economía global. Su impacto se sentirá en todo el mundo, especialmente en los países de bajos ingresos donde los alimentos representan una gran fracción de los gastos en los hogares”, afirmó Okonio-Iweala.
En ese sentido, pidió a los gobiernos y a las organizaciones multilaterales que trabajen conjuntamente para facilitar el intercambio en momentos de fuertes presiones inflacionarias en bienes esenciales y dificultades en las cadenas de suministro.
Por su parte, advirtió por el riesgo de que la guerra genere una “desintegración de la economía mundial en distintos bloques” en base a motivos geopolíticos. “La historia nos enseña que dividir la economía mundial en bloques rivales y darles la espalda a los países más pobres, no lleva a la prosperidad ni a la paz”, aseveró Okonio-Iweala y consideró que la OMC puede tener un rol “al proveer un foro donde los países discutan sus diferencias sin recurrir a la fuerza”.
Tras un 2021 con fuertes rebotes en las exportaciones mundiales, que promediaron un alza de 9,8%, se prevé que las mismas se sitúen con un crecimiento medio de 3,4% en América del Norte, 2,9% en Europa, 1,4% en África, 11% en Medio Oriente y 2% en Asia, mientras que en Sud y Centroamérica se prevé un descenso de 0,3%.
En tanto, las importaciones crecerían 3,9% en América del Norte, 4,8% en América del Sur y Centroamérica, 3,7% en Europa, 2,5% en África, 11,7% en Medio Oriente y 2% en Asia.
La OMC también redujo a la baja su proyección de crecimiento del Producto Bruto Interno mundial (que creció 5,7% en 2021), de 4,1% a 2,8% para este año, el cual se espera que repunte ligeramente a 3,2% en 2023, situándose de esta forma en el promedio de crecimiento del 3% que caracterizó al periodo 2010-2019.