El secretario general de la Asociación Argentina de Capitanes, Pilotos y Patrones de Pesca, Jorge Frías, habló de la actualidad y las perspectivas de la industria pesquera, mientras el mundo atraviesa la pandemia del Covid-19.
El dirigente hizo un análisis sobre el protocolo de seguridad sanitario que deben cumplir los buques antes de salir a pescar. Reseñó la importancia del “Descarte Cero” y la actitud solidaria de los pescadores y empresarios que donaron 40 mil toneladas de merluza a la comunidad de Chubut.
En diálogo con Ser Industria Radio y ya conocida la extensión de la cuarentena hasta el domingo 26 de abril inclusive, hizo mención a la declaración de la pesca como “actividad esencial”, a través de una norma del gobierno nacional.
Ser Industria: ¿Se normalizará ahora la producción pesquera?
Jorge Frías: Hay que partir de cada actor, trabajador, empresario, partícipe en esto de sacar un buque a la pesca. Todos debemos individualmente ir cumpliendo con las pautas. Hay un protocolo general, se emitió desde la secretaría de Transportes al respecto y de ahí cada actividad ha ido haciendo sus consideraciones. Hay una variedad de buques muy amplia en cuanto a tamaños, formas…incluso hay que analizar desde los distintos puertos de asiento.
SI: ¿Están consensuando esos aspectos?
JF: Hay que entender que para consensuar un protocolo participamos todos los vinculados a la actividad, trabajadores, empresas, se trata de bastantes actores, con sus puntos de vista, asesores técnicos. Cada uno hace su aporte, pide que se lo valore y ahí empiezan las demoras para el entendimiento. En un buque pesquero toda la tripulación tiene que estar con las máximas garantías de que nadie esté ni sea contagiado. Sabemos que el 100% es imposible, pero se deben minimizar las posibilidades. Por eso hablo de responsabilidades individuales. Si un tripulante no cumple el aislamiento, ya estamos frente a un riesgo. Además, el barco debe estar debidamente desinfectado, cerrado hasta que la tripulación llegue. Por eso digo que cada barco tiene su particularidad.
SI: La pandemia afecta a la pesca cuando cumplía un rol muy importante para nuestro país…
JF: Si, claro. Hace pocos días, en una conversación con una comisión técnica de Diputados y hablábamos de esto. En los últimos años, la industria pesquera estuvo haciendo un aporte por arriba de los 2000 millones de dólares y esto es una necesidad económica, hoy más que nunca. La pesca es una industria esencial para Argentina, precisamente así fue declarada. Pero no porque estemos yendo a buscar un alimento que nuestra gente consuma, sino por la capacidad de generar divisas. Se exporta entre el 90 y 95% de la captura y el gobierno necesita imperiosamente recursos para enfrentar al coronavirus. Se necesitan respiradores artificiales, material médico, camas…Pero las cosas se están haciendo por lo menos mucho mejor que en otros países que están pagando seriamente las consecuencias. También es cierto que los principales países consumidores de nuestros productos, están gravemente afectados por el coronavirus: China, Estados Unidos, Francia, Italia, España… Esto también nos hace preocupar al respecto de una reactivación inmediata.
SI: Entre tantas noticias duras, la semana pasada se habló mucho del “Buque Solidario” en Chubut, el fresquero “Mario R”. ¿Puede sinterizarnos esa experiencia?
JF: Si por supuesto. El propietario del buque tenía que la necesidad de trasladarlo desde Comodoro Rivadavia a Puerto Rawson para aproximarlo a las áreas de pesca de langostino. Eso normalmente se hace con lo que se denomina un pilotaje, es decir armando una tripulación para la navegación libre, sin actividad de pesca. El propietario propuso a los gremios organizar una pesca que complete su bodega y donar la captura a los habitantes de Chubut. Nos sumamos nosotros, el gobierno provincial a través de su Secretaría de Pesca, los Conductores de Máquinas y Marineros, los estibadores, los transportistas y los procesadores que filetearon la pesca. Todos ad honorem, el empresario sin ganancia. Celebramos que este esfuerzo haya sido absolutamente exitoso. No le cambia la vida a nadie, pero si genera entusiasmo y demuestra que los argentinos juntos podemos hacer cosas muy buenas.
SI: Es muy importante que esto se sepa, porque fueron 40 mil kilos de merluza. ¿Los capitanes también donaron dinero a institución de bien público?
JF: Eso fue una decisión de la Asociación que represento. Nuestros capitanes pusieron su esfuerzo físico sobre el barco y con la Comisión Directiva decidimos donar lo equivalente a los que ellos resignaron, unos 200 mil pesos, a la cooperadora del hospital público a Rawson. Fue un aporte de todos los afiliados, desde el primero al último de nuestra organización.
SI: Es una actitud para resaltar, más en este momento. Hay un tema que tomaste como bandera, sobre el que escribiste el libro “Civilización y barbarie en el mar argentino”: el Descarte Cero. ¿Qué pasa con esa iniciativa y la respectiva ley?
JF: Justamente hay una ley que prohíbe el descarte, que es la pesca que no se aprovecha por tener un valor menor dentro de las distintas especies o por su tamaño. Entonces, el pescado se descarta y se arroja muerto al mar. Es parte de un sistema perverso, que la ley prohíbe, pero el sistema no deja de hacerlo. El descarte está prohibido desde el 6 de enero de 1998 cuando se hizo pública la ley federal de Pesca, pero nada ha cambiado. Hicimos innumerables intentos y modificaciones poniendo sistemas de control, inspectores, planillas, declaraciones juradas. Ustedes saben que hay diferentes artilugios de pesca que son distintos selectivos que se incorporan a las redes de pesca con el fin de que no se pesque lo no deseado, pero de la práctica eso sigue pasando. Entiendo, después de tantos años de transitar por este tema y no es que baje los brazos, ni lo deje de lado, que hay que dar espacio para que se considere, y analice esta cuestión desde otros sectores.
SI: El descarte contrasta con el “Buque Solidario”, precisamente…
JF: El barco salió del puerto de Comodoro Rivadavia y a la hora ya estaba pescando. Obviamente esto lo sabemos con claridad, he navegado durante 20 años. Le dije al secretario de Chubut: ¿cómo puede ser que haya necesidad de alimentos en la ciudad teniendo el recurso a una hora de distancia? Sin embargo, estamos tirando miles de toneladas de alimentos al agua. Espero es que esto tome valor, que los sectores que toman las decisiones por lo menos convoquen a una mesa de trabajo para tomar soluciones concretas.
SI: ¿Ves posible que además se dé valor al pescado por su calidad nutricional?
JF: Todos sabemos que los países desarrollados, podemos mencionar a Japón, atraviesan los mares del mundo para venir a buscar lo que tenemos frente a nuestras orillas y no consumimos. Por eso el 95% se exporta. Nos está faltando una política de estado que empiece desde la primera alimentación de los niños en forma de papillas. Debería hacerse una campaña no sólo comercial, sino educativa, explicando las distintas especies que hay en el Mar Argentino, integrando la plataforma marítima al territorio nacional y difundiendo toda la riqueza, el potencial productivo y laboral que puede generar.
SI: ¿También generaría puestos de trabajo?
JF: Por supuesto. Estas cosas tienen que cambiar. En el corto y mediano plazo, el gobierno debe hacer una política fuerte respecto al consumo de pescado, incluso cómo procesarlo y prepararlo. Obviamente habrá mayor producción, mejor aprovechamiento del recurso natural y generación de trabajo, porque se va a necesitar transporte, logística y distribución para llegar a todos los rincones de Argentina. Se puede pensar con los puertos de extracción y de primaria producción, logística de centralización del interior del país. Por ejemplo, desde Córdoba podría distribuirse al oeste y el norte. Hablamos de generar muchos puestos de trabajo, producción y alimentar mejor a los argentinos. Hay que dejar de estar de espaldas al mar.