Este 17 de octubre nos encuentra a los argentinos y argentinas con un panorama desolador, sobre todo para nuestras infancias y adolescencias: más de la mitad de los niños, niñas y adolescentes de nuestro país son pobres. El último Informe del Indec “Encuesta Permanente de Hogares (EPH)”, correspondiente al primer semestre de 2022, arroja que la pobreza infantil ascendió al 50,9% y afecta a 5,5 millones de menores de 14 años, de los cuales 1,38 millones son indigentes.
Todo esto, lejos de ser un número, representa millones de realidades que viven a diario niños y niñas que se enfrentan a un doloroso escenario cotidiano, que va mucho más allá de vivir en un hogar de ingresos bajos. Crecer en un contexto de pobreza significa no tener garantizado el acceso a agua potable, a la alimentación, a la atención médica, dificultades o imposibilidades para acceder al derecho a la educación. Aumenta la exposición a toda forma de violencia, así como también el ingreso anticipado al mercado laboral, sobre todo informal, y tantas vulneraciones más.
En un contexto de desigualdad social que se torna cada vez más difícil de revertir, la pobreza infantil surge como la más urgente de las problemáticas, dado que nacer y crecer en situación de pobreza puede traer importantes consecuencias y dificultades para cambiar o mejorar tal contexto. Crecer en un entorno pobre supone el riesgo de exponerse a vulneraciones a lo largo de la vida pudiendo condicionar el futuro.
Por eso, en Aldeas Infantiles SOS Argentina creemos que el momento de actuar es ahora. La pobreza infantil y las vulnerabilidades sociales para los niños, niñas y adolescentes de nuestro país nos obligan a buscar soluciones y trabajar de forma articulada. El trabajo por hacer es mucho, cada día que pasa es más profunda la acción requerida y la realidad duele más.
Como sociedad convivimos con un enorme desafío ante nosotros. Llamamos al Estado a que tome las medidas necesarias para evitar que este flagelo siga creciendo y consolidándose, y continúen profundizándose las brechas de la desigualdad social.
La autora es directora Nacional de Aldeas Infantiles SOS Argentina.