Las presiones inflacionarias, las incertidumbres políticas y la protección del mercado siderúrgico latinoamericano son factores que determinaron un desempeño menor de la industria en el primer semestre de 2022. Pero según datos de Alacero, responsable de concentrar el 95% de la producción de la cadena, el período fue mejor de lo esperado.
“Las presiones inflacionarias que llevaron a los bancos centrales a subir las tasas de interés, auguran una leve desaceleración para adelante. Sin embargo, las expectativas del mercado apuntan a una desaceleración económica en 2023, además de los múltiples desafíos que enfrenta la industria, siendo la sustentabilidad el mayor”, explica Alejandro Wagner, director ejecutivo de la entidad.
En los primeros seis meses de 2022, la producción bruta de acero en América Latina cayó 2,3% frente al primer semestre de 2021 y 3,1% en comparación al segundo semestre del mismo año. Países como Chile (-14,1%), Perú (-10,1%), Brasil (-2,8%) y México (-1,2%) y Colombia (-0,6%) presentaron reducciones. Por su parte, Argentina registró un aumento del 4,1%.
La producción de acero laminado estuvo un 1,4% por debajo del primer semestre del año anterior y un 0,4% por debajo del segundo semestre del mismo año. Las reducciones se dieron en Chile (-19,9%); Brasil (-9,2%); Argentina (-4,5%) y Colombia (-2,3%). Perú (+0,3%) registró estabilidad y México siguió creciendo, habiendo obtenido 13,6% en el primer semestre.
“Cada país tiene sus peculiaridades para el desempeño de la industria, que es una de las más importantes en todas las economías, pero en general, la crisis internacional provocada por la guerra rusa resultó ser más larga de lo esperado. Por lo tanto, la tendencia es que el consumo se mantenga bajo hasta 2023”, analizó el experto.
En cuanto a los datos de producción de acero crudo a junio de 2022, la comparación mensual indica que la producción fue de 5.318,7 mil toneladas, un 4,2% inferior al mismo período del año anterior y un 2,6% inferior a la de mayo de 2022. La producción de hornos eléctricos también cayó un 5,7% mensual , mientras que los altos hornos aumentan un 0,7%. Ambos datos son con relación a mayo de 2022. En cuanto a la producción de laminados, cuando se hace la comparación mensual, la producción de junio fue de 4.667,0 toneladas, un 3,0% inferior a la de junio anterior y un 0,7% inferior a la del mes anterior, mayo de 2022.
En el análisis del escenario, Brasil presentó un desempeño negativo debido a la desaceleración de la actividad por el endurecimiento de la política monetaria, impactando el alza en los costos de construcción. En términos de expectativas, se espera que continúe siguiendo el ritmo de la inflación. En Colombia, por el contrario, la creciente inflación de corto plazo y las altas tasas de interés reducen el dinamismo del crecimiento. En el mediano plazo, el cambio de gobierno sumado al ordenamiento de la política monetaria puede impulsar algún crecimiento sectorial.
Argentina, que siguió en una senda positiva, fue impulsada por el crecimiento de la agricultura, la industria automotriz, la construcción y la energía. La suba de junio se explica en parte por la regularización de las siderúrgicas, luego de un mes con paradas técnicas programadas. Esto permitió que la producción de acero crudo aumentara un 3,7% con respecto a mayo.
Finalmente, los datos de México se justifican ya que, al no disminuir las presiones inflacionarias, el Banco Central mantiene el sesgo contractivo de su política monetaria, lo que impacta directamente en los precios de las materias primas. Los laminados continúan apoyados por el aumento en la producción de dos productos domésticos y automotrices.