La producción de hidrocarburos sigue creciendo. El gas y el petróleo no convencional en la formación de Vaca Muerta, continúan al alza. Según los últimos datos consolidados por la secretaría de Energía, en mayo de este año, la producción de gas no convencional alcanzó los 57,3 MMm3/d. Esto representa un aumento del 11,1% respecto al mes anterior y del 10,7% en la comparación interanual.
Por su parte, la producción de petróleo no convencional, experimentó en mayo un crecimiento interanual del 26,2%. Este año llegó a 295,9 barriles por día. De esta forma, aumentó 0,2% en la medición desestacionalizada.
En la actualidad, la producción de shale gas en Vaca Muerta representa el 42% del total de la producción argentina, mientras que, el petróleo no convencional, constituye el 46% del total del país.
Ante este contexto, Carlos Casares, consultor en materia energética, ingeniero y docente universitario, expresó a Ser Industria Radio que, si bien “la mayor proporción de la formación de gas no convencional está en Vaca Muerta, en Neuquén, hay otras formaciones en el sur y en el norte del país. Pero la que más se ha desarrollado es Vaca Muerta, que tiene un potencial muy grande”.
En ese sentido, afirmó que “Argentina está entre los tres primeros países en lo que se denomina recursos técnicamente explotables”. Explicó que se habla de reserva cuando está comprobado, disponible, se puede extraer y es económico hacerlo. Además, cuando se cuenta con la infraestructura y los contratos para extraerlo”.
Dada esas características, consideró que, en la actualidad, el gas y el petróleo de Vaca Muerta todavía se encuentran como recurso, justamente por la falta de infraestructura y contratos.
Ante el crecimiento de la aproducción de hidrocarburos se crecen las oportunidades
Para Casares la potencialidad que tiene Vaca Muerta podría llevar a la Argentina a jugar en la “segunda liga” entre los mayores comercializadores de gas natural del mundo. Aclaró que integran este grupo, Canadá, Malasia, Australia y Nigeria. Sin embargo, aclaró que nunca va a alcanzar la “primera liga”, compuesta por Estados Unidos y Qatar o Rusia.
El especialista definió al mercado argentino como “pequeño” para aprovechar la cantidad de recursos que pueden generarse. En consecuencia, consideró que el aumento de productividad de Vaca Muerta, va a permitir, disminuir las importaciones y comenzar a exportar hacia los países vecinos.
Esa situación “en el largo plazo, nos tiene que permitir ser un jugador en el comercio internacional de gas natural licuado. Eso significará un ingreso de divisas similar al que representan las exportaciones del agro”, aseguró.
GNK: infraestructura mínima
En ese marco, el experto expresó que la inauguración del Gasoducto Néstor Kircher (GNK), anunciada para el domingo 9 de julio, es apenas el primer paso. Se trata de “la infraestructura mínima necesaria para que empiece a desarrollarse Vaca Muerta”.
Aseguró que, el 80% del gas que pase por el GNK, se destinará al mercado interno. El resto servirá para “empezar a viabilizar los incipientes pero primeros proyectos de búsqueda de mayores exportaciones a la región y quizás algún proyecto piloto de licuefacción y exportación, ya como gas natural licuado”.
Al profundizar sobre el tema, explicó que el potencial argentino, en materia de gas no convencional, en recursos técnicamente explotables, es de aproximadamente 800 TFC (trillion cubic feet) en sus distintas cuencas. De ellos, 300 son de Vaca Muerta y otros 250 son de Lotena. De esta forma, la provincia de Neuquén tiene más de 500 TFC.
Esta cantidad supera por mucho el consumo actual de nuestro país, que es de 1.8 TFC anual. “Si la industria argentina empieza a crecer de esos 1,8 TFC, podríamos pasar a un consumo total del orden de 2 TFC en los próximos cinco años, contra 300 TFC. Son más de 100 años de disponibilidad de reserva, sólo de Vaca Muerta”.
“Argentina tiene que aprovechar ese recurso, antes de que no sea necesario y aprovechable, para el ingreso de divisas, el crecimiento industrial, del conocimiento, expertise, capacitación”, añadió. Ante ese desafío, sostuvo que “exportar a los países vecinos no es suficiente”.
Afirmó al respetoque “tenemos infraestructura, pero no los contratos necesarios”. De todas formas, aclaró que “podríamos redondear en 3 TFC con la exportación, no mucho más, porque tendríamos que construir infraestructura nueva y competir con muchas otras opciones. Por ejemplo, lo que sucede en Brasil, que está pensando en corto plazo en LNG más que en infraestructura de gasoductos”. Por eso puntualizó que el objetivo debe ser llevar los productos a los mercados internacionales.
Ley de GNL
Para exportar gas natural a países lejanos, es necesario su tratamiento en plantas de licuefacción, que demandan inversiones de miles de millones de dólares para ser construidas. En ese sentido, el Poder Ejecutivo, elaboró un proyecto de ley de Promoción del GNL.
Al respecto, Casares consideró que, si bien es necesario contar con un marco regulatorio, la iniciativa que espera ser debatida en el Congreso “tiene demasiada intervención del Estado. Se necesita una ley que facilite, no que haga más complejo el desarrollo. Tantos controles y regulaciones perjudican la rapidez de las inversiones que podrían llegar a la Argentina”.
Pese a que la iniciativa favorece la llegada de inversiones, no sería con la velocidad conveniente. “Lo inversionistas serán pocos hasta que se vea y se verifique que todo fluye bien. Es muy probable que tomen sus recaudos, sean un poco reacios a traer las inversiones, esperarán a ver resultados”, señaló.
Un millón de barriles
Sobre la posibilidad de que Vaca Muerta genere un millón de barriles de crudo diarios antes del 2030, Casares indicó que seguramente eso suceda. “En petróleo, estamos entre los cuatro países más importantes. La producción de hidrocarburos en el mundo sigue creciendo año tras año, no está declinando. Con menor ritmo que las renovables, que crecen muchísimo, pero todavía no han logrado reemplazar en términos de valor absoluto a los hidrocarburos fósiles”, señaló.
Al analizar cómo va a evolucionar a nivel mundial la demanda de combustibles fósiles en los próximos años, manifestó que el primero que dejará de utilizarse será el carbón. De todas formas, con el petróleo “hay que apurarse, porque es probable que en el 2030 empiece su curva de declinación. En cambio, el gas natural en 2050 va a seguir consumiéndose”.
En referencia a “cómo aprovechar esta oportunidad”, puso como ejemplo el caso de Brasil con el Presal. “Se ha convertido ya en el segundo productor exportador de hidrocarburos líquidos”, expresó. Luego aclaró que “tal vez no los igualemos, pero podemos llegar a la segunda liga de los exportadores de petróleo, porque el mundo lo va a seguir consumiendo posiblemente después del 2030”.