A partir de la aprobación de la Ley Bases, el gobierno nacional avanza en la desregulación de las actividades productivas y comerciales. Entre ellas, eliminó los derechos de exportación a la cadena porcina.
En ese sentido, Elizabeth Da Silva, presidenta de la Cámara Argentina de Pequeños y Medianos Productores Porcinos (CaPEMppor), le dijo a Ser Industria Radio que esta medida “marca un rumbo que anima a seguir poniéndole fichas a la producción”.
Desde Arrecifes, provincia de Buenos Aires, la productora explicó que actualmente apenas el 1% de la faena se destina a los mercados externos. Sostuvo que ahora se abre una ventana que impulsará el desarrollo de las 4000 granjas que hay en el país.
En otro orden, precisó que el 89% de los establecimientos son PyMEs que tienen hasta 500 madres y que se estima que el consumo interno llegará a 24 kilos anuales per cápita en el 2030.
¿Cómo está el sector?
La carne porcina viene en aumento y se prevé que tenga un crecimiento mucho mayor. De acá al 2030 se estima un consumo de 24 kilos por habitante por año. Hoy estamos en 16 kilos. La perspectiva es buena.
¿Hay una mayor aceptación del producto?
Sí y creció la cantidad de carnicerías específicas de carne de cerdo. Esto sucede porque es una carne de excelente calidad y buen precio. También hay un montón de cortes que llegan al consumidor en supermercados y comercios de cercanía.
¿Se exporta mucho?
De todo lo que se produce en Argentina, el 99% va al mercado interno y se exporta apenas el 1%. El mercado de exportación, tiene por delante algo importante para seguir creciendo. Esta ventana de retenciones que se abre, indica un camino, un mensaje para que aumentemos las exportaciones. No es sencillo, hay que buscar a quién exportar, es un camino que debe generarse. Pero indica un buen panorama para nuestro sector.
¿La bondiola se importa de Brasil?
Sí, no es tan relevante, pero sigue estando esa importación. A veces se da por una cuestión de precios, de costos de las industrias, de cada eslabón de la cadena productiva. Los productores primarios queremos que haya cero importaciones. Nuestra idea es aumentar nuestra producción y exportar el mayor volumen posible. Es nuestro objetivo.
¿La quita de retenciones aliviará el precio interno?
En forma directa no influye. Pero es como una puerta abierta y si se exporta más, puede aumentar la producción. Entonces, creo que va de la mano. Si crece el mercado externo, los productores tendremos que empezar a producir más para cubrir el mercado local. Sería un empuje, hacia el motor de las economías regionales.
¿Las granjas necesitan muchos insumos importados?
El 70% del alimento es maíz, soja, todo dolarizado. En nuestra granja, producimos el cereal que le damos a los animales, aunque a veces, tenemos que salir a comprar. El año pasado la pérdida del maíz, por la “chicharrita”, afectó muchísimo la producción. Pero los insumos, los núcleos, son importados en valor dólar y aumentaron tiempo atrás y el precio del capón en pie que vendemos, retrocedió. Eso dificulta la forma de seguir produciendo porque el productor necesita previsibilidad. Se había hecho insostenible llevar adelante la producción. Por eso han quedado muchas granjas fuera del sistema. Recién en las últimas semanas estamos en la línea de flotación.
¿Qué significa?
Desde la Cámara, elaboramos un índicador, que es la relación de 5 kilos de maíz más 2 kilos de espeller de soja, que es lo que usamos para alimentar a nuestros animales. Esa suma nos da un valor que sería el Índice de Flotación, en el que podríamos sostenernos. Si vendemos el capón debajo de ese índice, estamos perdiendo. La semana pasada el valor en pie, superó por poco, 1.350 a 1.325, que es el índice. Veníamos perdiendo mucho dinero, en una situación muy complicada. Creo que hay esperanza y una proyección a seguir produciendo. Reitero que la quita de retenciones marca un rumbo que anima a seguir poniéndole fichas a esta producción.
¿Cuánto tiempo lleva criar un lechón hasta su venta?
Son entre cinco y seis meses, un tiempo también en el hay que tener suerte con el clima, las pestes y un montón de cosas que acompañan. Todos los productores nos capacitamos, hacemos cursos, nos perfeccionamos para atender las cuestiones relacionadas a la sanidad, porque es muy importante la eficiencia en la producción. Y mientras más eficientes seamos, mejor rentabilidad obtendremos. Todo va de la mano. La mejor calidad se vincula con animales sanos y en eso intervienen los asesores veterinarios. Hay que cumplir con el plan de vacunación y las dietas de alimentación. No come lo mismo una cerda que está lactando que la que ya parió, está gestando o un animal que está en el engorde. Después está la etapa de terminación, que requiere otro tipo de alimento. Cada etapa tiene una dieta específica.
¿Hay avances tecnológicos?
Detrás de ésto, hay un trabajo muy importante de ciencia y tecnología aplicada a la producción. Hay cosas fabulosas que alivian el trabajo diario. Herramientas que aplicás en la granja, independientemente de la escala de producción, que ayudan mucho a producir cada vez con mayor calidad.
¿Estamos bien posicionados en el orden global?
Creo que estamos muy bien posicionados a nivel mundial, en el mismo escalón que todos los países que producen carne de cerdo. También con las últimas tecnologías aplicadas al sector. Es más, desde hace cierto tiempo, las máquinas están tan automatizadas que dan la ración con un chip. Cada cerda tiene un chip y su ración propia. Hay un montón de tecnologías aplicadas, que tienen todas las granjas. Uno puede ser eficiente, pero la tecnología ayuda.
Hace unos años, se hablaba de la instalación de granjas chinas. ¿Cómo lo ves?
Personalmente, mal. Porque nosotros tenemos todo. Espacio, alimento, productores… Veo pésimo traer granjas del exterior para utilizar nuestros recursos. Además estamos frente a un cambio cultural muy grande. Estamos trabajando para que todos los residuos, tanto líquidos como sólidos de las granjas porcinas, se utilicen como abonos para el suelo. Los animales están sobre un colchón de paja. Después, cuando se sacan los animales, ese residuo sólido, se estaciona, se desparrama por el campo y los rindes del maíz son muchísimo mejores. Entonces, ya no se habla tanto de residuos, porque es abono para la tierra. Se habla de economía circular, de aprovechar los residuos y en eso estamos.
Hay que atender también las exigencias de los mercados externos…
Seguro, porque el mundo tiende a tener una producción porcina sostenible y al cuidado del medioambiente. Es un cambio que va a llevar tiempo, pero tenemos que ir por ese camino. Las nuevas generaciones vienen con nuevo entusiasmo y propuestas. Los productores somos conscientes de esta transformación.