“La suba de aranceles profundizó el retroceso de Estados Unidos en su liderazgo global”

Lautaro Ramírez analizó como el giro proteccionista de Trump deja a EE.UU. más aislado en el escenario internacional.

Lautaro Ramírez.
Lautaro Ramírez.

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15 abril, 2025

En una economía global cada vez más fragmentada, la política comercial vuelve a ocupar un lugar central en la agenda internacional. La reciente decisión del presidente estadounidense Donald Trump de aplicar un aumento generalizado a los aranceles de importación marca un punto de inflexión en las relaciones económicas globales y reaviva tensiones con sus principales socios.

En Ser Industria Radio, Lautaro Ramírez, director del Observatorio de Relaciones Económicas Internacionales de la secretaría de Extensión de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNLP, analizó el impacto de estas medidas sobre las cadenas de valor, el debilitamiento de la influencia de Estados Unidos en el comercio mundial y el rol marginal que atraviesa la Organización Mundial del Comercio (ONC). “Con estas decisiones Trump no acercó a sus aliados, los alejó”, resume con precisión..

Desde el ascenso de China como principal socio comercial de numerosos países hasta la reorganización geopolítica del Asia-Pacífico, el escenario internacional cambia a velocidad acelerada. Mientras tanto, surgen oportunidades para economías como la de Argentina, que podrían aprovechar este reacomodamiento para insertarse en nuevas cadenas de valor, sobre todo si logra consolidar una estrategia exportadora con mirada regional.

La apertura gradual del cepo y la reconfiguración de los flujos de inversión abren interrogantes clave: ¿qué lugar puede ocupar la Argentina en este nuevo orden comercial global? Con una mirada aguda, Ramírez traza un mapa de riesgos y oportunidades para un país que se debate entre la urgencia interna y la necesidad de proyectarse hacia el mundo.

¿Cuál es tu análisis de la suba de aranceles que dispuso Donald Trump?

La llegada de Trump trajo como novedad el alza de los aranceles, algo que ya había intentado hacer en su gestión anterior. Ahora asumió, firmó el decreto con el aumento y a partir de ahí empezó esta escalada arancelaria. La idea al principio parecía vinculada a los metales como el acero y el hierro, pero se extendió a todo los sectores y países. Estados Unidos viene con un retroceso bastante grande en cuanto a la incumbencia o injerencia en materia del comercio. Su balanza comercial es deficitaria casi con todos los países. Incluso con algunos de sus principales socios comerciales como México y Canadá, tiene una balanza que va y viene entre superávit y déficit. Ante esto, lo que Trump plantea es un poco extraño. En vez de tratar de acercar a sus socios, los está corriendo en búsqueda de un nuevo reposicionamiento geopolítico. De está forma acelera procesos en cuanto a nuevos socios comerciales porque venimos de una pandemia que desmanteló las cadenas globales de valor. Del 2020 hasta ahora hubo una reconfiguración y ahora este escenario hace que se tomen decisiones un poco más fuertes. No vamos a seguir esperando a ver lo que sucede. China y Japón, que son los principales acreedores de Estados Unidos, empezaron a vender bonos y esto impacta en el valor del dólar a nivel global. Trump que quizá esperaba sentarse a renegociar aranceles, ya no va a ir por ese lado porque el impactó fue en las bolsas, las inversiones, las cadenas de valor, la logística.

La postura que tiene respecto al Canal de Panamá…

Sí. También la Unión Europea (UE) avanza en un acuerdo de libre comercio con Canadá y China, socios principales de Estados Unidos. Todo esto para lo que va a ser el negocio de autos eléctricos y lo que viene con tecnología, que es otra variable de todo esto complejiza muchísimo más la cuestión. Estados Unidos queda cada vez más relegado en vez de haberlo acercado, Trump alejó todos estos temas de su agenda. 

¿Es amenazar y después negociar o el camino que va a tomar Trump más allá de esta parálisis de 90 días? 

No, entiendo que la idea es hacer un punto y aparte, fijar estos aranceles y renegociar. Pero Trump esperaba que todos fueran a renegociar, pero finalmente buscaron nuevos socios comerciales. Cuando anunció la medida, Apple trató de mudar la mayor cantidad posible de su producción a India que le dio la bienvenida a esos negocios en vez de renegociar aranceles. Por eso tuvo que anunciar una pausa de 90 días.

¿Imaginás a EE. UU. aislado del mundo? 

No, es muy difícil.

¿Pero Trump puede profundizar esta política? 

Trump ya la comenzó cuando empezó a retirar tropas del área del Indo-Pacífico donde tenía armado un triangulo con India y Australia. A su vez, está con muchos problemas internos: inflación, devaluación, problemas migratorios y el fentanilo. Son demasiadas puertas abiertas y tiene que empezar a cerrarlas. Me parece que la estrategia es comenzar a ver a nivel global cómo se reorganiza para después poder resolver cuestiones internas. No veo a Estados Unidos encerrado en sí mismo, pero si está perdiendo mucho posicionamiento a nivel global

¿Esto debilita el papel de EE. UU. en la economía mundial?

Ya venía muy golpeada y esto lo profundiza. Hace 10 años Estados Unidos tenía relaciones comerciales con casi todo el mundo. En la actualidad, ese lugar lo ocupó China que ha logrado concertar relaciones comerciales con todos los países y Estados Unidos quedó con dos socios principales que son Canadá y México. Más allá de la geopolítica, que son otras variables, en comercio la suba de aranceles profundizó el retroceso de Estados Unidos en su liderazgo global.

¿La forma en que implementó los porcentajes es razonable?

La secretaria de Comercio de Estados Unidos publicó la fórmula con las variables que utilizaron para decidir estos números. No olvidemos que al tomar esta decisión, Trump lo hace por fuera de la OMC, el lugar donde se debería  debatir todo esto.

El rol de la OMC también está en una situación delicada…

Viene relantecido en cuanto a no mostrar impacto en las decisiones que toma. Lo que sí tiene la OMC fuerte es el sistema controversial. Trump asume y eleva los aranceles a China, puntualmente para el acero. Al día siguiente, China presentó una consulta en la OMC, no fue bilateralmente a Estados Unidos. Canadá hizo lo mismo. Todos reclamaron en la OMC, no directamente a Estados Unidos.

¿Esto puede ser una oportunidad para reposicionar la OMC?

Podría ser si logra ser el centro de negociaciones, pero lo veo muy difícil porque los países no tienen puesta la energía en ese lugar, están pensando más allá de los aranceles de Trump. Hay otros conflictos que atraviesan la realidad económica: la invasión rusa a Ucrania que sigue sin resolverse; la UE está debilitada por las migraciones; las presidencias de Francia, Alemania, con popularidad nula o muy poca. Asia con sus conflictos con Corea del Sur y del Norte, con Japón acercándose a China, algo que nunca jamás hubiésemos pensado que podía suceder. En Asia, Corea del Sur y Japón son los dos principales socios comerciales, geopolíticos y estratégicos de Estados Unidos y hoy están pensando un acuerdo libre comercio con China. Ante este escenario cambiante, la zona de Asia-Pacífico se está reconfigurado.

En los últimos años, EE. UU. fortaleció el sector de servicios. El discurso se centró en que la riqueza estaba en el conocimiento más que en lo industrial. ¿Por qué Trump hace esto?

Creo que pretende volver a estar en la agenda, que estén todos hablando de Estados Unidos. Con esto logró mover el avispero y ver dónde está parado para medirse a sí mismo cuánto poder tiene. Hablando desde un punto de vista comercial, no estamos considerando que la mitad de los países tienen sus reservas en dólares y no estamos pensando en la fuerza militar de Estados Unidos. No es casual que se haya reunido con Rusia. El enemigo principal de toda su vida fue a hacer un acuerdo. Más allá de los aranceles, es una cuestión de recursos naturales de Ucrania. Puntualmente lo que interesa son las tierras raras ucranianas. Ahora está debilitado, pero hay que ver qué pasa en unos meses, cómo se termina de resolver esto. Algo debe tener bajo la manga. 

A partir de la pandemia del 2020 se empezó a hablar del Nearshoring, Friendshoring, ¿cómo irá evolucionando? 

Va a seguir evolucionando y las empresas continuarán en el proceso de acercar sus cadenas de producción. Ya funcionan de tal manera que están geolocalizadas en todo el mundo para trabajar con mi empresa en Argentina, Paraguay, Brasil, Chile y moverse libremente sin depender de las políticas de un gobierno, porque es mi propia empresa la que me deja moverme.

¿No se termina la globalización?

No, esto acelera los procesos. Lo estamos viendo externamente, porque no estamos viendo lo que pasa dentro de los países, que es otra variable, las tecnologías, inteligencia artificial, blockchain. Desde la pandemia hasta ahora lo que fue complejo para exportar, a nivel de puerto flete, seguros, todo lo tradicional fronteras para dentro, los países empezaron a facilitar el proceso a través de blockchain. Con eso, todo lo que encarece del sistema global, lo abarataron internamente a través de trámites aduaneros reducidos, eliminación de papeles. Aduanas, en Corea del Sur, India, ya no usan papel, todo está certificado en blockchain, eso disminuye días, horas, trámites, dinero

Hay competitividad a partir de eliminar burocracia…

Exactamente, porque como no puedo ir a pelearme con todo el mundo para que me bajen las aranceles, me eliminen barreras y demás, lo abarato siendo más competitivo a nivel interno para lograr la llegada de más empresas a producir.

En este mundo nuevo ¿cómo debe ser la relación de Argentina con EE. UU.?

La relación es buena, se sabe lo que pretende el gobierno de Milei con Estados Unidos. De todas formas, difícilmente se de un acuerdo de libre comercio, lo veo muy complejo porque competimos en los mismos sectores. Veo una oportunidad para Argentina a partir de los aranceles elevados a otros países, permitiendo que nos insertemos en las cadenas de valor que ahora se encarecieron para ingresar a Estados Unidos. Podríamos utilizar nuestras zonas francas para reposicionar a algunos otros países. En el marco de los BRICS, Brasil en silencio está renegociando con China desgravaciones arancelarias, eliminación de barreras no arancelarias con India.

¿Sirve para la llegada de empresas y de aquí exportar a EE. UU.?

Eso se está dando y no se si el Gobierno argentino lo está viendo. No estamos pensando en la foto en grande y perdemos la oportunidad de acercarnos a otros países.  

¿Puede condicionarnos EE. UU. y darnos un arancel ventajoso impidiéndonos a hacer negocios con China?

Podría darse. Argentina puede pedir que a todo se nomenclador le de un 10%, si es a los pocos productos que le exporta a Estados Unidos y al resto le ponga más. Además la renovación del swap con China hace unos días, da una señal de que no estamos mirando solamente al norte.

Tampoco tenemos muchas posibilidades de mirar solamente al norte…

En la cumbre de la reunión de cancilleres del MERCOSUR se habló de la flexibilización del bloque y de la revisión arancelaria de unas 50 partidas. También se está pensando en la región, hay cuestiones dando vuelta como el triángulo del litio.

¿Se puede fortalecer el MERCOSUR a partir de esto? 

Fortalecerlo es muy difícil, por una cuestión política porque los presidentes no están alineados. Como es un grupo intergubernamental al no haber una línea igual para todos va a ser difícil que se haga más fuerte. Pero si se va a empezar a pensarse como una plataforma exportadora. Es necesario concentrarse en la liberación del comercio. En esa línea el MERCOSUR podría funcionar mucho mejor y recuperar el lugar que tuvo hace unos 30 años.

EE. UU. es el principal exportador de GNL y Argentina tiene grandes expectativas de insertarse en ese mercado. ¿Puede ocupar un rol similar en el comercio de GNL entre EE. UU. y Europa?

La UE aumentó aranceles a Estados Unidos en algunas posiciones, no en todas, en las estratégicas y están pensando otro tipo de retaliaciones. Puede ser que los exportadores dejen de vender a UE o que la UE busque nuevos proveedores. Si Argentina está preparada para exportar GNL, biodiesel, es un mercado excelente para poder ingresar. Si el gobierno fuese inteligente empezaría a meter energía en estos sectores para aprovechar las oportunidades.

Hay temor de que el stock que China no pueda colocar en EE. UU. venga a Argentina. ¿Es factible?

Es muy probable. China exporta prácticamente de todo a Estados Unidos y ahora van a tener que buscar nuevos mercados. Argentina venía conteniendo esto con aranceles altos y anti-dumping para todo lo que es chino, pero no se puede hacer un anti-dumping a todos los productos. Por lo tanto, estos productos chinos van a llegar a corto mediano plazo a Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil, donde sea.

¿Debemos prestarle mayor atención al sudeste asiático?

La falencia del MERCOSUR en todo este tiempo fue no haberse acercado más a estas regiones. La última declaración de cancilleres hace hincapié en la necesidad de hacer acuerdos con esos mercados. Siempre negociamos con países más periféricos, muy geoestratégicos. Con Europa ya tenemos el acuerdo que falta tiempo, mucho o poco no sabemos para que entre en vigencia. Con China, mal que mal, tenemos una relación y nos compran. También tenemos algo con Japón. El bloque tiene acuerdos con India, Egipto, Unión Africana del Sur. Nos falta entrar en el sudesteasiático que aparte ahí está la tecnología. Por lo tanto es fundamental empezar a acercarnos no solamente exportando granos y porotos de soja, sino también pensar en otras cadenas de valor.

¿Qué les podemos vender?

Alimentos. Comer comemos todos, recordemos cuando se hablaba de Argentina supermercado del mundo. También con el litio hay una oportunidad. Porque es lo que se necesita para el futuro. Además están las tierras raras que es otro mundo por explorar.

¿El levantamiento del CEPO llega en un momento oportuno? 

La liberalización del CEPO va a impactar de manera positiva en el comercio exterior. Los operadores del comercio exterior van a poder hacerse de las divisas para comprar, vender e insertarse en las cadenas de valor. Eso de que el importador compra un bien y se lo pagó en cuotas en 60, 90, 120 días. ¿Quién te va a vender en esos plazos? En un país normal se paga automáticamente al momento de la compra.

Los plazos de pagos de importaciones se fueron achicando…

Se fue reduciendo, pero no estamos en cero todavía. Esta apertura va a facilitar los procesos. Volvemos a un único mercado de cambio que va a ser una cuestión de oferta y demanda, dejamos el administrado que generaba incertidumbre. Las empresas que se fueron, lo hicieron en gran parte por el cepo, porque no sabían cuándo iban a disponer de su dinero. 

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