La tecnología avanza en todos los ámbitos, por lo cual la idea de que finalmente reemplazará al recurso humano no parecería descabellada. Sin embargo, Mariano Focaraccio, fundador y CEO de Drixit Technologies, consideró que los desarrollos tecnológicos serán un complemento para el mundo del trabajo.
En ese sentido, el emprendedor, que con Drixit innovó y modernizó la seguridad laboral en el sector industrial haciendo que el chaleco fluorescente y el casco dejen de ser la exclusiva referencia en la materia, señaló en Ser Industria Radio algunas de las ventajas que permiten los nuevos desarrollos digitales.
El fundador de la startup que ya está presente en Brasil, Chile, México y Estados Unidos, destacó que Argentina tiene un gran potencial en las actividades relacionadas a la economía y llamó a que se generen las condiciones para que pueda aprovecharse al máximo. Además, dejó un consejo para todos aquellos que quieran emprender.
¿Cómo sintetizarías los aportes que generaron para la seguridad industrial?
Desde Drixit desarrollamos el primer EPP (Elemento de Protección Personal) digital. Como están el casco, el chaleco, las botas con puntas reforzadas, este vendría a ser el primer EPP que ayuda a las compañías a prevenir y mitigar accidentes. Pero, además, digitalizar sus operaciones. Nos gusta decir que como el chromecast hace smart al televisor, nuestra EPP hace smart la operación de una compañía industrial.
¿Cómo funciona este EPP digital?
La idea es que cada operario lleve uno de nuestros dispositivos y que eso permita de manera muy rápida detectar, por ejemplo, una caída. Tiene un botón de pánico, entonces ante cualquier situación, emergencia, el trabajador solitario automáticamente puede presionarlo y disparar todas las alertas. Lo que hace nuestra solución es una combinación de software y hardware. El EPP lo lleva el operario con un clip en el cinturón, casco o bolsillo del mameluco. A su vez, hay una plataforma en la cual, sin ningún tipo de conocimiento técnico, se puede establecer que, si un operario se cae, automáticamente llame a la ambulancia y le pase la posición donde se produjo el hecho. Además, le puede mandar un whatsApp al supervisor que está más cerca, un email a Recursos Humanos y hace un reporte del accidente. Todo eso, que hasta ahora se hacía de manera manual e involucraba un montón de eslabones en la cadena, lo digitalizamos y automatizamos totalmente.
Antes la información llegaba cuando se producía un accidente. ¿Significa que ahora, pueda activarse una respuesta preventivamente?
Te enterabas después, acá es apenas pasa. Se puede configurar que, si una persona está quieta más de x minutos o segundos, la plataforma tenga una respuesta predeterminada. Todo eso que hasta ahora dependía de que alguien se acerque, lo descubra, que llame a emergencia, ahora se digitalizó y automatizó. Siempre relacionado a la seguridad, en un proceso de evacuación en cualquier planta industrial, las personas tienen que ir hasta el punto de encuentro donde se imprimen listados de legajos y se anota a mano alzada para ver si están o no todas las personas. Con nuestra solución, ante una evacuación, se puede saber exactamente dónde está cada persona, cuántas faltan y entender, por ejemplo, si se concentra mucha gente en un meeting point porque falta otro meeting point más cerca, si tal equipo tarda mucho tiempo en evacuarse… Evidentemente hay que ver cómo mejorar el proceso. Se pueden hacer simulacros y medirse todo eso, que hasta ahora se desconocía. Me acuerdo un caso no tan industrial, Hace un año o dos, cuando se derrumbó una nave en el aeropuerto de Ezeiza, tardaron casi un día en confirmar si quedaban personas atrapadas dentro de la obra o no. Nosotros lo sabemos en todo momento y también exactamente dónde está cada persona, para que el equipo de rescate pueda buscarla.
¿Cómo fue el crecimiento hasta trascender las fronteras del país?
Empezamos desarrollando el mercado local con clientes de Argentina. Vimos que había una oportunidad muy grande por el tamaño y por la naturaleza de la industria en Brasil. Y en medio de la pandemia, cuando todavía no podíamos ni siquiera subir a un avión, abrimos nuestra oficina en San Pablo, en ese momento totalmente remota. Hoy ya podemos viajar y somos cinco personas, más allá de los de Argentina. Estamos creciendo muchísimo en Brasil, empezando a abrir operaciones en Chile para el corredor Pacífico. Para el año, planeamos abrir en México y Estados Unidos. Estamos en proceso de expandirnos hacia lo que llamamos ”las Américas”. Ese es nuestro mercado meta.
¿El emprendedor tecnológico tiene que pensar a su empresa de manera global?
Sí. Creo que es necesario hacerlo desde el día cero. Hay que pensar en grande y tener una visión clara de cómo llegar a eso. Después, empezar a actuar de lo más chico a lo más grande. Generar los primeros clientes que validen tu solución, que veas que estás realmente resolviendo un problema y que tenga relación lo que esperás cobrar versus el valor que estás generando. Cuando pensaste todas estas variables y funcionaron, hay que dar el siguiente salto y pensar en un mercado global. La pandemia, en cierta manera, bajó mucho esas barreras físicas y hoy a las compañías de cualquier parte del mundo ya no les importa si la solución que contratan está a 10 cuadras o no.
A partir de ese concepto, ¿cómo ves a la generación de tecnología en el país?
Creo que definitivamente es y debe ser uno de los motores de la economía de la Argentina. Realmente tenemos mucho talento, un potencial para la generación de dólares que es algo que el país siempre necesita. Hay gente con muy buena formación, con una mentalidad muy emprendedora, muchos startups de tecnología. Tenemos la tasa de “Unicornios” más grande en la región en relación a la población. Creo que hay que incentivar esta industria del conocimiento, se hizo un marco de leyes atrás de eso. Hay empresas fomentándolo, cada vez más fondos de inversión y ese camino virtuoso tiene que seguir creciendo cada vez más.
¿Cuándo iniciaron Drixit pensaban hacer tanto el software como el hardware?
Desde el día cero pensamos hacer el hardware y el software desde el momento que empezamos la idea. Los tres fundadores siempre tuvimos claro que íbamos a hacer el “punta a punta”.
¿Es difícil desarrollar hardware en Argentina?
Es más complejo que el software. Como ingeniero el software lo desarrollás, se genera un feedback con el cliente, se te ocurre una idea, encontrás un error de algo que habías hecho, simplemente se corrige, subís eso a la nube y en cinco minutos todos tus clientes ven la versión corregida. Al hacer hardware, tenés dos cosas. Primero un componente físico, toda una cadena de supply chain que en el caso particular de la electrónica desde el Covid con todo lo que pasó desde China durante mucho tiempo estuvo totalmente roto y nos hizo hacer un trabajo muy grande de operaciones. Con el software si el cliente está en Alemania o en Morón es lo mismo, viajan bytes por un servidor, no hay una persona a la que tenés que mandar cosas, no hay aduanas, no hay supply chain para fabricar los componentes, es todo digital e intangible. Ese es uno de los desafíos. Después la disponibilidad y el acceso a los componentes, a las importaciones, los tiempos de entrega. Esto genera un desafío adicional.
En la pandemia no se quedaron quietos. ¿Siente ahora la vuelta a la actividad industrial en el país y el mundo?
Sí, para nosotros es algo muy positivo. Durante la pandemia desarrollamos todo un módulo para medir el distanciamiento social y hacer la trazabilidad de casos positivos, para saber con quiénes estuvo en contacto en las últimas 72, 96 las horas y hacer el aislamiento preventivo. Ahora estamos entrando en un mundo híbrido. Antes estaban todos en la oficina, entonces muchas veces te decía el área de operaciones “me doy una vuelta a la planta y cualquier cosa reviso”. Ahora una parte de ese personal está trabajando en la casa y ya no va a hacer la recorrida a la planta. Por eso es importante poder medir y digitalizar toda la información.
¿A la hora de contratar desarrolladores para el software tienen problemas?
No sé si es un problema, es más un desafío. Tenemos más de 15 ingenieros en Argentina y el desafío pasa por las pujas lógicas de talentos. Hay muchas compañías acá y muchas de afuera que buscan talento, hay que tener una oferta competitiva, buscar un plan de crecimiento, que sea interesante lo que uno está haciendo y que al desarrollador no solamente lo motive desde la propuesta económica sino también desde lo técnico, desde lo que está construyendo. Trabajamos mucho en eso.
El año pasado, fueron una de las cinco empresas invitadas a participar del G20. ¿Cómo fue la experiencia?
Italia, como organizador del G20 en 2021, decidió desarrollar algo que hasta ese momento no se había hecho nunca: armar una liga de innovación en la cual definió distintos tracks. Uno de ellos era dispositivos y desarrollo de nuevas soluciones tecnológicas para el futuro del trabajo. En esa categoría fuimos elegidos para representar a la Argentina y se armó esta liga de innovación donde hubo mentores muy importantes y referentes del mundo. Cada startup tenía 10 minutos para exponer y se elegía al ganador, que era un reconocimiento, no una competencia en sí. Era tener la posibilidad de exponer esto a todos los demás países del G20. Fue una experiencia muy enriquecedora ver a otras empresas con las que a uno le tocaba “competir”. Estamos hablando de los 20 países más fuertes del mundo y donde la diferencia por ahí entre Argentina y los primeros 10 es muy grande. Ahí se ve la diferencia de recursos. Me acuerdo del caso de una empresa de Francia que competía con nosotros. Tenía más de US$ 200 millones de inversión, competimos con players que tenían la espalda mucho más grande que nosotros. Hasta el momento llevábamos levantados US$ 2 millones. Tenían cien veces más inversión que nosotros, pero estábamos compitiendo de par a par. Eso para mí es parte de lo que demuestra que hay mucho talento y mucha capacidad en Argentina. Si logramos juntar eso, si todos nos ponemos del mismo lado y conseguimos los recursos, podemos ir a competir con los mejores del mundo.
¿La tecnología viene a reemplazar el trabajo humano?
No es mi visión, por lo menos en el tipo de industrias que nosotros trabajamos. Siempre digo lo mismo. El que cree que va a estar lleno de robots en 50 años en un lugar como Vaca Muerta y que eso va a remplazar a todas las personas, es porque probablemente no pasó una semana en Vaca Muerta. Seguramente hay tecnología que va a hacer el trabajo más fácil y más eficiente, pero veo a la tecnología como un aumentador de capacidades para las personas, no su reemplazo. Les dará más herramientas para hacer el trabajo de forma más segura, más eficiente y para dejar de hacer algunas tareas que son muy riesgosas. Si uno mira la típica foto de cuando estaban construyendo el puente de San Francisco, en Estados Unidos y ve operarios sentados arriba de todo en el puente sin nada, comiendo un sandwich, la típica foto del blanco y negro, hoy eso es una locura. También me gustaría que, en lugar de personas cortando cables para desactivar una bomba, lo haga un drone y no vaya un humano que, si corta mal, vuela por los aires. Esa es la parte que se tiene que reemplazar, donde no tiene sentido el riesgo humano. En todos los demás trabajos, la tecnología viene a ayudar, a dar más herramientas y me voy más allá de Drixit. A estar en el medio del campo y poder llamar en el medio de un pozo a un especialista y con realidad aumentada mostrarle lo que está pasando y solucionarlo. Hoy se lleva al especialista que vuela desde Canadá y tarda dos meses en llegar. La tecnología viene a eliminar fronteras, barreras, no a reemplazar el trabajo humano. Esa es mi visión.
Para el desarrollo del hardware necesitan importar insumos. ¿Tienen problemas para hacerlo?
Hasta ahora no tuvimos problemas. Hay veces que ciertos componentes son un poco más complejos… A algunos proveedores, a los que les compramos directamente en Argentina, les está costando importar. Todavía no nos frenan un proyecto y esperamos no llegar a eso. Pero, sí nos atrasa dos o tres meses la implementación y hay que explicarle a un cliente que estamos esperando que tal componente llegue, porque no depende de nosotros, no podemos hacer nada hasta tenerlo. Eso, obviamente, retrasa la velocidad de crecimiento que nos gustaría tener.
Teniendo en cuenta la compleja situación social y la falta de trabajo que afecta a muchos jóvenes. ¿Qué les aconsejarías estudiar?
No sé si soy una persona para dar consejos, pero lo primero que diría es que hagan lo que sientan que más les gusta hacer, porque si uno hace lo que le gusta hay mucha más chance de que le vaya mejor, independientemente de lo que sea. Yendo a la pregunta más específicamente, si tuviese un hijo en edad escolar, un primo o quien sea, le recomendaría invertir su tiempo en aprender dos cosas: programar e inglés. Son las mejores herramientas que pueden tener hoy hacia el mundo tecnológico que avanza cada día más. Cada día más partes de nuestra vida tiene el software adentro porque, aunque no nos demos cuenta, no va solamente en el celular y en la computadora, sino desde cómo se programan las luces de la casa hasta la heladera eventualmente. Va a haber un momento en el cual, en cierta manera, vamos a hablar de ser analfabetos digitales aquellas personas que no entiendan programación, que no es ni más ni menos que el lenguaje de la computadora o de las máquinas. El segundo punto es el inglés. Me preguntaban cómo es una manera de pensar global y el primer paso para eso es poder hablar el idioma del mundo, más allá de cual sea la lengua madre. Por suerte, por desgracia, por convención, no importa, el inglés es la forma de conectarse con el mundo.