“La UNLP tiene una oferta muy amplia de cursos y carreras para el mundo empresarial”

Lo afirmó Aníbal Cueto, director de la Escuela de Negocios de la Universidad.

Aníbal Cueto, director de la Escuela de Negocios de la Facultad de Ciencias Económicas.
Aníbal Cueto, director de la Escuela de Negocios de la Facultad de Ciencias Económicas.

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23 junio, 2023

Argentina es uno de los países de Latinoamérica, que registra una alta tasa de emprendedores. Según datos de la consultora de investigación Ipsos, el 44% de su población adulta ha iniciado al menos un negocio y otro 36% lo ha considerado. Sin embargo, una gran cantidad de esos emprendimientos terminan fracasando.

Es comprensible que aquellos que logran avanzar y convertirse en PyMEs, enfrentan nuevos horizontes y desafíos, para los que necesitan estar debidamente preparados. En ese sentido, es importante destacar las posibilidades que ofrecen las Universidad y otras instituciones, no sólo a través de sus carreras profesionales, sino a través de cursos y capacitaciones.

En referencia a este tema, Ser Industria Radio entrevistó a Aníbal Cueto, director de la Escuela de Negocios de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). El especialista se graduó en esa casa de altos estudios como licenciado en Administración de Empresas y Contador Público Nacional. Es además máster en Marketing y trabajó 20 años en Coca Cola. La experiencia acumulada, le permite estar al frente de esta dependencia que trabaja para brindar herramientas a los emprendedores y crear empresas.

Trabajaste en una empresa muy importante. ¿Cómo fue esa experiencia?

Así es, tuve casi 20 años de vida corporativa. Trabajé en Coca Cola FEMSA, principalmente en el área comercial y en logística y distribución. Cuando dejé la compañía me dediqué de pleno a la vida académica. Siempre fui docente universitario, incluso durante ese tiempo, pero dejar la empresa me permitió volcar esa trayectoria, ese conocimiento, a pleno en la Universidad. Ahí es cuando me acerqué a la Facultad y en la gestión, fui secretario de Asuntos Académicos hasta el año pasado y a partir de ahí secretario de Posgrado. Además, estoy a cargo como director de la Escuela de Negocios de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNLP.

En un país tan inestable muchas veces se emprende por necesidad. ¿Es posible enseñar a hacer negocios?

Sí. La facultad tiene una vasta trayectoria vinculada al medio empresarial. Desde sus carreras de grado en las que formamos economistas, contadores, licenciados de administración, muchos de ellos emprenden el desarrollo de su profesión.  Con la Escuela de Negocios y los distintos posgrados, la UNLP tiene una oferta muy amplia de cursos, seminarios y carreras para el mundo empresarial. Actualmente hay muchos emprendedores que buscan formarse, que no solo avanzan a prueba y error, sino que intentan capacitarse, buscar herramientas. Además, la facultad tiene una incubadora propia para esos proyectos, la Usina de Ideas, que ya lleva más de 10 años. Anualmente se presentan muchos aspirantes al programa y se seleccionan alrededor de 12 proyectos a los que se hace todo el mentoring y el acompañamiento para que vayan desarrollando su modelo de negocio. Independientemente de estos 12 proyectos que pasan por el programa, la capacitación está abierta a cualquier empresario o emprendedor.

¿Para acceder, es necesario ser estudiante de la Universidad?

Para una especialización, una maestría, un doctorado, se requiere ser profesional. Pero después hay un montón de cursos, seminarios, programas, diplomaturas que damos en la Escuela de Negocios, de diversas temáticas vinculadas al mundo empresarial, que no requieren necesariamente ser profesionales. Mientras uno esté vinculado a la temática y esté en el mundo empresario, puede tomar esos programas. Es así para un seminario de 12 horas hasta programas de 80 a 120 horas que pueden durar un semestre. Ahora, la ventaja es que la mayoría de estos programas son virtuales, por lo cual pueden tomarse desde la casa, desde el trabajo o mientras se hace un viaje de negocios. El hecho de que hoy la educación de calidad pueda llegar en forma virtual a todos lados, es una de las cosas buenas que nos dejó la pandemia.

¿Se interesan profesionales de otras facultades?

Sí. Hace muchos años que contamos con la maestría en Dirección de Empresas, donde más del 50% de los asistentes son profesionales que no estudiaron Ciencias Económicas. La toman ingenieros, gente de sistemas, agrónomos, abogados… Inclusive médicos que en el desarrollo de sus profesiones empiezan a tomar responsabilidades de gestión y se dan cuenta que necesitan herramientas para llevar a cabo esas tareas. A su vez, tenemos la especialización en Coaching y Liderazgo donde también la mayoría de los inscriptos son personas que vienen de otras profesiones. Después están todos los programas donde participa gente que está en el ámbito empresarial y requiere hacer una capacitación en Recursos Humanos, Finanzas Avanzadas, Negociación. Estamos por lanzar el programa de Transformación Digital porque algunos profesores de la facultad que a su vez hacen consultoría. Nos contaron que los contratan, pero las empresas no tienen gente formada para ser team leader de una transformación. Ante esta situación, diseñamos un programa para capacitarlos para todo lo que es transformación digital, innovación tecnológica… Esto lo puede tomar cualquier empleado de una empresa. La mayoría de los programas están pensados para gente que no es profesional. Para el año que viene estamos planeando sacar uno de gestión PyME, lo estoy trabajando con Benjamín Asprella, gerente de Baukraft, que es profesor de la facultad y tiene conocimiento en la materia. La idea es que este programa abarque toda la problemática de la empresa familiar. Tenemos una amplia oferta para el mundo empresarial.

¿Crece el interés por profesionalizarse?

Que el empresario PyME se capacite es todo un desafío. La complejidad del contexto empieza a obligarlos a hacerlo. Las nuevas generaciones, los jóvenes empresarios, son más permeables a tomar capacitación. Eso se empieza a notar y hay demanda en los cursos para formarse. El empresario PyME y la universidad no iban muy de la mano. Pero ahora se empieza a notar que hay una necesidad. Desde el lado de la facultad también ampliamos la oferta para ese público y tuvimos que salirnos de lo muy académico, eso también ha sido un desafío para nosotros.

¿Van más a lo práctico?

Claro, se trata de lo que se llaman Programas herramentales, donde le brindan herramientas al empresariado para la gestión del día a día. Eso no quita que haya toda una parte de conceptos teóricos y que después haya carreras más académicas. Pero, por ejemplo, la maestría en Dirección de Empresa es una carrera académica con un enfoque profesionalista. Siempre estamos pensando qué necesita el mercado. Hace dos años sacamos el programa de Marketing Digital, dura casi 4, 5 meses, forma en todo lo que son las nuevas herramientas de comunicación. Es muy demandado, tuvimos que ampliar el cupo hasta a 40 alumnos por curso. Lo toma gente que en muchos casos no es profesional y busca formarse en esas temáticas. Nos pasa lo mismo con el Coaching.

Muchos emprendedores y PyMEs no saben cuánto ganan y cuánto pierden. ¿Lo has percibido y hay forma de evitarlo?

A veces, el desconocimiento de herramientas de control de gestión, hace que no sepan si les va bien o mal, se guían por la caja diaria. Hoy hay muchas herramientas para, de manera simple, armar un tablero de comando con el cual, con diez variables, se puede saber cómo va el negocio. Muchas de ellas son muy amigables, tipo “semáforo”, donde sabes si este indicador está en rojo o en verde. También hay una cultura de medir poco y como nosotros siempre decimos “lo que no se mide no se cambia”.

También se dice que detrás del escritorio de un PyMEs hay “millones de dólares”, muchos proyectos encajonados. ¿Lo detectan, ayudan a desarrollarlos?

La Escuela de Negocios tiene lo que llamamos los “in company”, programas de capacitación, seguimiento y mentorías a empresas. En general, quienes contratan estos programas, son las empresas más grandes como Banco Nación, Edelap, Federación Patronal, YPF, Banco Ciudad… El PyME es más reacio a esas cosas, pero el conocimiento está. Estas empresas que mencioné acuden a la facultad para buscar esas herramientas. Hoy tenemos un programa que lo está repitiendo Federación Patronal, que hicimos el año pasado con todos sus productores del país y es parte del conocimiento de la facultad. Para estos programas, nos sentamos con el empresario y los diseñamos junto con ellos.

¿El PyME no se involucra por una cuestión cultural o por falta de recursos?

Muchas veces al que le va bien, siente que no necesita a nadie, hasta que se le complica y a veces es tarde. Pero sí, hay algo cultural y también el contexto puede hacer que no cuenten con presupuesto. De todas maneras, en algunas situaciones no es un tema de grandes montos. Para el mundo empresario mandar a alguien a hacer un programa en la Escuela de Negocios se trata de valores muy bajos en comparación con otros gastos que deben afrontar las empresas.

¿Cómo puede evitarse que el emprendedor se frustre cuando el negocio no sale como lo tenía planeado?

La facultad de Ciencias Económicas y la Universidad tienen programas para acompañar a los emprendedores. Desde la Usina de Ideas se hacen seminarios, charlas, inclusive hay un espacio de coworking, un acompañamiento de mentoría, hasta la sesión final donde presentan el pitch para que después traten de empezar el otro camino, que es el de aceleramiento para escalar el proyecto. También la Universidad tiene el programa Minerva que depende de presidencia y está más dirigido a emprendimientos de base tecnológica. Se orienta a acompañar a aquellos que están tratando de desarrollar su startup, con conocimientos, soporte, espacio. Después viene la parte de conseguir inversiones. Tenemos un proyecto, que todavía no hemos terminado de desarrollar, para generar esa segunda etapa. Esto lo hacen muchas universidades americanas. No solo dan el soporte de conocimiento y acompañamiento, como lo hacemos nosotros, sino que tratan de vincular los emprendimientos con los posibles inversores. Lo tenemos en proyecto y estaría bueno hacerlo, porque muchas veces las propuestas se frustran al momento de conseguir inversiones.

¿Hay intención del sector privado en hacer este tipo de inversiones?

No sabría decirlo. Lo cierto es que hay montones de personas intentando emprender. Nosotros dividimos el emprendedor de base tecnológica, que está pensando en una aplicación, en un desarrollo de software, de la economía popular, aquél que encara un emprendimiento como medio de vida y trata de subsistir. Ambos necesitan capacitación. La Universidad ha dado mucho acompañamiento a la economía popular, que necesita desde lo básico. Un proyecto de base tecnológica tiene que escalar a veces a nivel global y el acompañamiento es distinto. Habría que entusiasmar a los inversores para que acompañen esos proyectos.

Cuando empiezan los contactos con estos emprendedores, ¿cuáles son los principales errores que identifican?

Entre las cosas que uno rápidamente detecta es la falta de orden para avanzar con el proyecto. No saben para dónde ir. Se trata de que tengan claro su modelo de negocio. Es muy difícil tenerlo en la cabeza. Por eso, muchas veces tratamos de ordenarlos. Cuando se tiene claro el modelo de negocio, es más fácil armar un plan para ir a un banco a pedir un crédito o presentarse para un subsidio de un programa estatal. Cuando no se logra poner en blanco sobre negro el proyecto, es muy difícil porque no deja de ser un sueño, una utopía, una idea. Es importante que el emprendedor recorra un camino de formación. En mayo, desde la Escuela de Negocios, iniciamos un programa de Desarrollo de Emprendimientos y Startups para tratar de darle todo el conocimiento herramental a esos emprendedores que vienen con su proyecto. Cuando hacen el programa, que lleva varios meses, lo que hacen es incorporar conocimiento teórico, pero trabajan sobre su propio proyecto.

Es importante el hecho de vincularse…

Lo más importante en los programas para emprendedores es el networking que se genera. Incluso cuando dos personas tienen ideas diferentes, pueden surgir nuevos proyectos con socios que se fortalecen gracias a la experiencia de otros. Nuestro objetivo es brindarles el entorno adecuado para que esto suceda. En agosto organizaremos un evento y esperamos hacerlo mensual o al menos bimestralmente. Lo llamaremos “Business & Wine”, una experiencia que combinará una cata de vinos con networking. Contaremos con un orador destacado y reuniremos a emprendedores y pequeños empresarios en un ambiente relajado tipo after office. Creemos que estas iniciativas son herramientas que, desde la Universidad, podemos generar para beneficio del mundo emprendedor y empresarial.

Muchas PyMEs nacen y muchas mueren. ¿Qué se puede aconsejar para no ser parte de éstas últimas?

A mí me corresponde decirte que se tienen que capacitar, ya que muchas situaciones surgen debido a la falta de conocimiento. Desde mi perspectiva, desde la facultad y la universidad, siempre consideraremos la capacitación como una parte fundamental de la inversión. A menudo, las PyMEs destinan dinero a diversas áreas, pero invierten poco en capacitación. Sin embargo, muchos problemas pueden resolverse si se cuenta con las habilidades y herramientas adecuadas. Siempre que sea posible dentro del presupuesto de cada empresa, promoveremos la capacitación en todos los niveles. A veces parece que la capacitación de los empleados es la última prioridad para los empresarios, quizás por temor a que se lleven el conocimiento si deciden irse. Sin embargo, considero que existe una necesidad en las empresas, especialmente en la transformación digital. Por eso, estamos desarrollando un programa en colaboración con Diego Erben de Infogestión. El objetivo es formar agentes de cambio capacitados en las empresas. Aunque no sé si los empresarios estarán dispuestos a enviar y financiar a un empleado, nuestro programa estará disponible. Desde la facultad, buscaremos brindar herramientas para los empresarios interesados en capacitar a su personal.

¿Las PyMEs necesitan una ley específica?

No sé si una ley, pero está demostrado que los países crecen impulsados por las pequeñas y medianas empresas. Si queremos desarrollarnos como sociedad, el crecimiento de las PyMEs es fundamental. Es posible que haya una ley al respecto, pero lo cierto es que se necesitan promoción y crédito. Ningún país puede avanzar sin el crecimiento de su empresariado, especialmente de las PyMEs, que generan empleo descentralizado en todo el país. Creo que el desarrollo de los pequeños y medianos empresarios es uno de los caminos indispensables para el progreso de nuestro país y sociedad, aunque no sé si es el único. La educación también juega un papel crucial. Para fomentar el crecimiento, es necesario generar herramientas desde el Estado. Cuando hablamos de ecosistemas emprendedores, el ejemplo paradigmático es Silicon Valley, que tiene tres pilares: inversión privada con empresas como Apple y Google, inversión estatal con políticas gubernamentales y universidades con conocimiento, como Stanford y la Universidad de California. Los ecosistemas emprendedores en todo el mundo han crecido y se han desarrollado con estos tres pilares: inversión privada, políticas e inversión pública y el conocimiento de las universidades.

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