El incesante movimiento que se observa en Buenos Aires Zona Franca La Plata (BAZFLP) podría incrementarse, aunque se ve condicionado por la incertidumbre. Esto se basa en que en 2026 finaliza la concesión vigente y hasta la fecha no hay certezas de lo que sucederá después.
Este escenario, inevitablemente, en un contexto general en el que escasean las certezas, pone freno a las posibles inversiones privadas en uno de los pilares del Hub Logístico Puerto La Plata.
Al respecto, Juan Pablo Justo, vicepresidente de BAZFLP señaló a Ser Industria que están trabajando junto al Gobierno bonaerense para dar respuesta a este tema, del que están pendientes más de 3000 trabajadores directos e indirectos.
Asimismo, contó que dadas las complicaciones que enfrenta el comercio exterior argentino, la Zona Franca se ha convertido en una herramienta fundamental para permitir la importación de insumos con fines productivos. También hizo referencia a la participación del Ente en la construcción del Gasoducto Néstor Kirchner, vital para el futuro energético y la economía del país.
¿Cómo afronta el 2023 Zona Franca La Plata?
Estamos en una situación muy particular. En el contexto que atraviesa el país, damos soluciones a los problemas que tienen las compañías que necesitan importar para sus procesos productivos. La Zona Franca pasó a ser una herramienta que facilita el comercio exterior en esta coyuntura afectada, como todos sabemos, por las dificultades para acceder a dólares para la importación. La Zona Franca acorta las distancias, acerca las fronteras, permite que las mercaderías estén al alcance en el momento en el cual se efectúen los pagos en el exterior. De este modo, logísticamente se aceleran los tiempos de ingreso de los insumos al territorio, una vez que se paga la importación.
Es una herramienta efectiva y segura ante las restricciones…
Exactamente. El acceso al Mercado Único Libre de Cambio (MULC) es a 180 días, de acuerdo a lo que organizó el ministerio de Economía. Sin embargo, la titularidad de las mercaderías extranjeras se extienda dentro de las zonas franca. Entonces, las compañías argentinas logran ese crédito que necesitan hasta el cumplimiento del plazo de giro de las divisas. Gran parte de la carga que tenemos aquí está bajo esta figura aduanera, que tiene muchos años pero que ha sido una solución, sobre todo para las empresas que realizan procesos productivos industriales y necesitan la materia prima para sus procesos continuos.
¿Se puede decir que esta situación incrementó la actividad en la Zona?
La Zona Franca es un territorio extra aduanero, es como si la mercadería que está en su espacio, estuviera en otro país. Por lo cual, siempre que existe algún impedimento para ingresar carga al territorio y tiene que esperar en algún lugar, terminamos siendo la solución, porque los tiempos de la logística internacional son largos. Aquí la mercadería está en un estado suspensivo hasta que se le dé destinación. Además, no siempre la destinación es Argentina, por lo cual, permite crear centros de distribución regionales. La mercadería que llega a Zona Franca después puede ingresar al territorio argentino o a un país vecino. Ganamos tiempo logístico y dinero, porque los fletes internacionales tienen su costo, que en este momento está bajando, pero hasta hace seis meses tuvieron precios récord. Esto se dio en los fletes internacionales a nivel mundial, motivado entre otros factores, por las serias dificultades para conseguir contenedores.
¿Cuántas empresas y personas trabajan en ZFLP?
Entre usuarios directos e indirectos, suman aproximadamente 3400 clientes con contratos vigentes. La gran mayoría de la mercadería que llega, son productos intermedios que van a participar en futuros procesos productivos. Materias primas, bienes de capital, insumos para la industria química. Todo eso requiere un tratamiento. De manera directa la Zona Franca tiene aproximadamente 650 empleados, pero no debemos quedarnos con eso. Hay que considerar también a todos los proveedores que traen insumos, al transporte, camiones que ingresan y egresan. La cuenta se multiplica por cuatro. Nuestros clientes, si bien tienen sus galpones dentro de la Zona Franca, tienen oficinas en Buenos Aires, donde cada uno están sus empleados. Por eso se estima que llegamos a relacionar a más de 3000 trabajadores.
¿Hay incertidumbre respecto al futuro de la concesión de la ZFLP?
La concesión vence en agosto del año 2026. La Zona Franca sigue recibiendo nuevos clientes porque esto es muy dinámico. Muchas veces esos clientes necesitan ejecutar inversiones para construir sus galpones, sus playas y demás espacios donde almacenar sus mercaderías. Estamos a poco más de tres años de que se venza el plazo y ese lapso se convierte en una dificultad, porque es un tiempo insuficiente para amortizar o recuperar las inversiones que se realicen ahora. Esta Zona Franca ya tiene 25 años de funcionamiento, los clientes han construido más de 100 galpones y los han amortizado en esos años. Tres años son muy poco tiempo para que esto ocurra. Después existen inversiones que el concesionario tiene intenciones de ejecutar, sobre todo vinculadas al Puerto La Plata, que está pasando de ser un puerto de hidrocarburos a contenedores. Eso significa exportación, valor agregado. Por eso, reitero, tres años son inviables para cualquier inversión, se necesita un plazo que contenga la amortización de esas inversiones. Por lo cual, la Zona Franca necesita esa seguridad, tanto para los clientes, usuarios directos e indirectos y la misma concesión. Para eso estamos dialogando con el concedente, que es el Gobierno bonaerense, procurando se resuelva lo más rápido posible.
¿Pese a eso empresarios interesados en establecerse e invertir en ZFLP?
Hay muchos interesados. Tenemos consultas permanentes de compañías que quieren instalarse en Zona Franca para realizar sus procesos productivos y exportar, aprovechando la cercanía con el puerto y el movimiento de contenedores que facilita TecPlata. Argentina hoy es competitiva en el mundo y eso hace que tanto capitales nacionales como extranjeros realicen se acerquen a la Zona Franca. Nos está faltando darle un horizonte a estos proyectos de inversión que necesitan muchas veces más de una década para amortizarse. Estamos trabajando con la Provincia para generar más empleo en Berisso, Ensenada, La Plata y nuestra zona de influencia.
¿Se avanzó con la implementación de la Decisión 33 del MERCOSUR?
La Decisión 33 del MERCOSUR, que hizo que las zonas francas se integren a los países del bloque, fue reglamentada en los demás países miembros. En Argentina se necesita resolver una cuestión, que es el fraccionamiento de las mercaderías. Es decir, la emisión de los certificados derivados de origen, que se utilizan en la zona franca pero no se puede fraccionar. Ahora ingresa una mercadería bajo el amparo de un documento aduanero y tiene que salir en su totalidad para seguir gozando de la preferencia arancelaria MERCOSUR. Falta este último pasito que es el fraccionamiento. La emisión de los derivados se está trabajando con la Aduana y la Cámara Argentina de Concesionarios, que va a emitir estos certificados de acuerdo a como se solicitó.
Se habla mucho del Canal Magdalena y sus beneficios ¿Cómo lo analizan ustedes?
Para nosotros es algo muy importantes, es una autopista desde el mar al río y al puerto, no solamente al de La Plata, sino todos los puertos que van hacia arriba. Va a ser una ventaja para todos y abaratará costos. No es lo mismo parar en un puerto como el de Montevideo, hacer trasbordo, donde la mercadería se va encareciendo por todos los costos logísticos que participan en el proceso, a que los buques vengan directamente a nuestros puertos. El Canal Magdalena nos dará esa independencia que requiere el país para el acceso a la mercadería.
¿Eso potenciaría todo el Hub Logístico?
Tal cual. En el mundo las zonas francas funcionan junto a los puertos y se complementan. Si a Puerto La Plata llegan buques oceánicos, TecPlata recibirá muchos contenedores. Tener una Zona Franca capaz de recibir esa carga para que descanse bajo un régimen aduanero, es el combo ideal. Esto genera mucha sinergia. Pero a la vez, requiere que la Zona Franca ejecute inversiones que aceleren los plazos de acceso de la mercadería del puerto hasta aquí.
¿Cómo interviene en ese marco la nueva bajada de la autopista Buenos Aires- La Plata?
Es vital porque la mercadería que sale de Zona Franca tiene como destino casi siempre la Ciudad de Buenos Aires y los cordones que la rodean. El acceso a la autopista La Plata – Buenos Aires es muy importante para el funcionamiento. También lo sería la extensión de la calle 90 y la vinculación con la ruta 6, para llegar hasta el norte sin tener que pasar por Capital Federal.
En pandemia la ZFLP tuvo un rol muy importante para que el país siguiera produciendo y tuviera insumos médicos. ¿Ahora hay un vínculo entre la ZFLP y el Gasoducto Néstor Kirchner?
Sí, hace cinco años llegaron caños que iban a utilizarse en otro gasoducto. Mientras tanto, para no nacionalizarlos, estuvieron almacenados aquí. Fuimos custodios de ellos y con el impulso del Néstor Kirchner aparecieron también gasoductos derivados. En este caso el de Mercedes – Cardales. Estos 55 kilómetros de caños de 30 pulgadas, van a permitir que el gas que hoy se ventea en Vaca Muerta llegue a los centros urbanos, a la provincia de Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires. Estamos participando de su puesta a disposición, están saliendo desde la Zona Franca y abaratan costos. Si no estaban aquí, hubiera sido necesario fabricarlos. Estamos cooperando con todos los recursos que tenemos a disposición para aportarlos al gasoducto.
Transitamos un año electoral. ¿Esto complica la aprobación de la tan postergada reforma de la Ley de Zonas Francas?
No debería ser así. La industrialización en las zonas francas debería trascender a los distintos gobiernos. Las zonas francas argentinas, las que están funcionando y las que todavía no nacieron, dependen muchísimo de que las industrias sean las protagonistas de su aprovechamiento. Las zonas francas tienen muchísimas ventajas. Entre otras, la exoneración de impuestos sobre la energía. Hay que tener en claro que la mejor manera de aprovechar la energía es con un proceso productivo. No encendiendo las luces de un galpón donde simplemente se almacenan mercaderías, sino donde hay máquinas que hacen procesos que consumen gas, energía eléctrica, agua. Ese aprovechamiento debiera ser con industrias. La reforma de la Ley es industrial, generadora de empleo y federal porque cada provincia puede tener una zona franca. Hay muchas que no nacieron porque no están dadas las condiciones para que sus industrias puedan aprovechar los beneficios del régimen.