La economía ha comenzado a tener una dinámica en donde la emisión desbordante supera cualquier escenario imaginado. Si bien la base monetaria crece solo un 40%, se esconden en las letras y pases del Banco Central el exceso de emisión monetaria que se requiere para financiar el gasto público.
La deuda del Banco Central en leliq y pases creció a un ritmo del 153,9% y es esta deuda la que se remunera con la tasa de política monetaria que es del 97% y si se capitalizan los intereses crece a una tasa del 154,0% anual. A este ritmo, estos pasivos podrían llegar a niveles superiores a los $ 30.000.000 millones para fin de año. Lo que nos dejaría como resultado niveles de inflación muy elevados.
Hay que tener en cuenta que la inflación anual al mes de abril fue de 108,8%, mientras que el aumento de pasivos, sin que haya terminado el mes de mayo, ya suma un aumento del 107,4% anual. Esto nos indica que el aumento de la emisión casi va en línea con el aumento de los precios.
Según el relevamiento de expectativa de mercado del Banco Central la inflación para el año 2023 de acuerdo a la media de las 38 consultoras relevadas, se estimaría una inflación promedio del 128,0% anual, mientras que las 10 consultoras con más niveles de acierto estiman una inflación del 158,3% anual.
De acuerdo a nuestras proyecciones, la inflación del año 2023 se ubicaría por encima de estas marcas, teniendo en cuenta la falta de financiamiento presupuestario, que obligara al Banco Central a acelerar la emisión. En lo que va del año 2023 el Banco Central emitió $ 670.000 millones para atender las necesidades del presupuesto, y esta emisión no se detendrá en el segundo semestre.
Reservas
Las reservas pasaron de US$ 41.561 millones, a U$S 33.481 millones, esto implica una baja del 19,4% en un año. Este descenso de reservas resulta prácticamente imposible de revertir. La deuda con el exterior por importaciones rondaría los U$S 12.000 millones, y las restricciones continuarían en el año para tratar de que las reservas no perforen el nivel de los U$S 30.000 millones.
Incertidumbre
La incertidumbre en materia de precios es muy elevada, en los últimos 12 meses los productos importados según el relevamiento de precios mayorista al mes de abril fue del 132,8% anual, cuando el índice de precios mayorista mostró una variación del 103,9% anual. Si medimos el precio del dólar mayorista en los últimos 12 meses, este mostro una variación positiva del 93,0%, mientras que el dólar blue reflejo una suba del 124,5% en igual período. Esto nos estaría indicando que los precios de los productos importados han comenzado a copiar el valor del dólar blue.
Amenaza en los precios de las materias primas
En los últimos meses hemos visto una fuerte baja en los precios de la soja, trigo y maíz a nivel mundial. La soja en los últimos 12 meses ha caído el 13%, el maíz el 23% y el trigo el 45,0%, este efecto pobreza en los precios, sumado a la merma de las cantidades, nos está dejando como resultado un ingreso muy pobre de dólares a la Argentina.
En los últimos 12 meses las exportaciones sumaron U$S 82.545 millones, mientras que las importaciones U$S 79.930 millones, esto nos deja como saldo U$S 2.615 millones, lo que nos marca que vamos a un saldo muy negativo para fin de año. La única forma de amortiguar el saldo negativo es cerrando las importaciones, lo que traería aparejado una fuerte caída en la actividad económica.
Conclusiones
La dinámica del gobierno es clara, tiene un alto déficit fiscal y requiere de colocar muchos parches para poder llegar a las elecciones con una economía decente. No tiene dólares, y tendrá que racionalizar importaciones, lo que lo llevara a un escenario de fuerte caída de actividad económica.
Estamos ante un escenario de recesión con inflación, lo que se llamaría recinflación. El mundo no nos sonríe y la falta de dólares es manifiesta.
El gobierno pretende controlar la inflación subiendo la tasa de interés, esto es un error, la suba de tasa es un parche más ante la inexistencia de un plan económico. La tasa está en el 97% anual, los que colocan dinero a plazo fijo están descontentos porque el rendimiento es inferior a la tasa de inflación, mientras que los que toman crédito están frustrados por el alto nivel de tasas, cuando eso sucede, el que falla es quien ejecuta, programa y diseña el plan económico.
Los tres indicadores que reflejan el fracaso del plan económico son:
- La tasa de inflación que se espera que se ubique en torno del 115% anual para mayo y en niveles superiores al 160% anual para diciembre.
- La tasa de interés que deberá seguir a la suba, el bono peronista con vencimiento el 17 de octubre del año 2023 ya rinde el 180,0% anual y su denominación en el mercado es TO23. Esto es un presagio de una tasa de política monetaria que se ubicará en breve por encima del 100% anual.
- El dólar mayorista, la media de los analistas de mercado lo espera en torno de los $ 399 para fin de año, desde nuestro punto de vista creemos que podría ubicarse en torno de los $ 500, lo que debería dejar como resultado un dólar blue por encima de los $ 1.000 dado el incremento de la brecha cambiaria.
Sin plan estas variables están llamadas a desmadrarse.