Aunque con frecuencia la vinculemos sólo con la fabricación de neumáticos, la industria del caucho involucra a muchos otros sectores, que utilizan piezas de goma para componer sus productos. Una de las empresas más importantes de esta actividad es Jomsalva, que desde hace 25 años es presidida por la contadora Patricia Malnati, de activa participación en la Red MIA (Mujeres de la Industria Argentina) y en la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (UIPBA).
En una pausa de su tarea, Malnati dialogó son Ser Industria Radio y compartió parte de su pensamiento. En referencia al sector que integra, destacó que la aprobación del proyecto de ley de Responsabilidad Extendida del Productor, atraerá inversiones y generará empleos.
Por otra parte, la empresaria dijo que las grandes industrias del país están trabajando en la transformación energética, ya que tienen un fuerte compromiso con el cuidado el medio ambiente y el desarrollo sostenible
No es usual ver una mujer al frente de una empresa industrial. ¿Cómo te sentís en ese espacio?
Cada vez somos más las mujeres que estamos visibilizadas y gestionando nuestras industrias. En muchos casos, como el de Jomsalva, se trata de una industria familiar, una PyME que tiene 48 años en el mercado y se dedica a la industrialización del caucho. Es nuestra materia prima, casi la principal. Lo que hacemos es desarrollar, formular, fabricar estos compuestos que luego se venden a la gran industria que hace piezas de goma. Fue un camino largo, cumplí 25 años liderando la compañía, por una sucesión inesperada y ha sido difícil en el sentido de que una persona, a veces no está preparada, Fue mucho lo que tuve que aprender y lo que hay que hacer. No podría decirte que nunca sentí que me rechazaban, por motivos que tenían que ver con cuestiones de género, pero eso no se hablaba tanto. Entonces, en ese camino, me parecía que lo que no me salía o las cuestiones que tenían que ver con algún tipo de rechazo, se relacionaban más que nada con mi desinformación, la falta de experiencia o la manera con la que me había tenido que hacer cargo de la empresa.
Fue bueno que las mujeres comenzaran a organizarse…
Son importantes. La Red MIA, de Mujeres y Caucho, en la que estoy participando, se formó hace poco, pero está sumando cada vez más integrantes. Allí se encuentra un espacio de contención, de colaboración, que hace más fácil la tarea. Es un momento idóneo para poner en valor las cualidades que tradicionalmente han sido asociadas a las mujeres, como el cuidado, la empatía, la sensibilidad. Son valores necesarios para estos nuevos liderazgos y para avanzar en una economía más sostenible.
¿La industria del caucho tiene un desarrollo importante en Argentina?
Incluye a la industria del neumático, la de la reconstrucción del neumático, la del calzado… El caucho involucra a muchos sectores y si nos preguntamos si es importante, si analizamos que la industria del neumático es puro caucho, la respuesta es sí. Sobre todo, en este momento que estamos viviendo la falta de neumáticos, entre otras cosas.
Una queja creciente, sobre todo del transporte de carga…
Exactamente. No todas las empresas de neumáticos fabrican en Argentina. Hay quienes no tienen plantas y comercializan. Entonces, todo lo que tenga que ver con problemas de logística e importación afecta al mercado, sobre todo, porque hay neumáticos que se han dejado de hacer en Argentina. Conseguirlos es más complejo cuando el país tiene sólo una fábrica de neumáticos. Es una situación derivada del contexto que vive la industria.
En el Congreso hay un proyecto de Ley para el reciclado de neumáticos. ¿Qué opinás al respecto?
Argentina es uno de los países que no tiene esa ley todavía. Sería muy interesante que esa legislación saliera, porque hoy todo depende de la voluntad de los comercios de neumáticos, de los municipios. La Ley permitiría generar o atraer inversiones. Mucha gente piensa en traer algún tipo de maquinaria o industria que sea relativa a la reutilización de neumáticos. El residuo de neumático es uno de los de mayores valorizaciones, de energía, de caucho regenerado, polvo de gomas, los polvos para canchas de césped sintético, negro de humo de pirólisis… Es muy interesante. Si pudiéramos tener esa norma, avanzaríamos mucho en la generación de nuevas inversiones y empleos. Todo lo que hablamos de economía verde, de transición justa, sería muy positivo. Hoy es todo voluntario y las compañías de neumáticos van viendo como hacen con sus distribuidores. Tenemos solamente el CEAMSE, el más importante, la planta de Regomax. Habría que tener plantas estratégicamente ubicadas en diferentes sectores del país. Hay algunos proyectos y se están haciendo, pero falta mucho todavía.
¿Hay una estimación sobre el destino de los neumáticos cuando se descartan?
En general van a la planta de Regomax. Se están haciendo otras, hay dos en Rosario, en Entre Ríos y sino, tenemos el mundo de la reconstrucción de neumáticos. De autos, lamentablemente, ya no hay más. Muchos años estuvo la empresa Fliter, y para los neumáticos de camión queda la posibilidad de la reconstrucción, un rubro que ha crecido mucho. Es muy interesante desde el aspecto de la sustentabilidad, que acompaña todo el proceso de recuperación y reciclado, En la disposición final tenemos algunos hornos de Holcim, los cementeros, que están utilizando el neumático como fuente de energía. Creo que hay en Jujuy, en Córdoba, pero los hornos hay que adaptarlos para que entren los neumáticos y todo el tema de la logística. Trasladar neumáticos no es lo mismo que llevar arena. Hay que pensar cómo triturarlo para que en un camión entre un volumen que justifique el costo y el flete.
¿Cómo está la industria en materia de sustentabilidad más allá de este aspecto que mencionás?
Se está trabajando en muchos aspectos. Las empresas grandes están empujando fuertemente, están comprometidas con la sustentabilidad. Desde el gobierno se está impulsando. En la reunión de la semana pasada, del Consejo Económico y Social, se presentó el Plan de Transformación 2030. Incluye muchos aspectos que tienen que ver con la sustentabilidad y la industria, con las economías verdes. Desde la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (UIPBA), estamos trabajando fuerte para sensibilizar, acompañar, capacitar a la industria PyME, que tiene mucho que aportar, pero también que aprender. Se viene haciendo un gran trabajo. Argentina lleva adelante el tema de la agenda 2030 y tiene que cumplir determinadas metas con las que se ha comprometido, eso también arrastra a la industria. La articulación público- privado, es muy importante. A veces la realidad, el día a día, nos arrasa, pero cada vez más en mi rubro, en mi empresa, se habla de este tema. Al principio me decían “vos y tu sustentabilidad…”, los clientes se reían. Ahora me convocan cada vez más para que les cuente de qué se trata, qué es, cómo pueden ayudar. En ese sentido, las mujeres tenemos cualidades que hacen que la sustentabilidad sea un gran aporte que podemos hacer.
¿Se están incorporando las energías renovables a la producción?
En los espacios en que nos movemos, veo que las grandes industrias están trabajando mucho el tema de la transformación energética. Pero para las PyMEs hacen falta inversiones y estímulos fiscales. Creo que todavía falta bastante, pero entiendo que las grandes pueden empujar a través de su trabajo y de su cadena de valor para que esto se haga un poco más rápido. Sinceramente, creo que hay que estimular el mayor nivel de reactivación de la economía para que se aceleren las transiciones energéticas. Hoy es muy costoso para una PyME poner paneles solares, aunque haya créditos. Pero se pueden ir haciendo pequeños cambios que ayuden a cuidar más la energía.
¿Los mercados europeos exigen, a nivel ambiental, la trazabilidad de los productos?
Cada vez hay más exigencias. En la red MIA, tenemos un eje muy fuerte de comercio exterior. Ahí trabajamos junto a la Agencia de Inversiones la posibilidad de las mujeres exporten con sello Mujer, que es una de las cuestiones que también se están mirando en estas certificaciones. Más allá de las ambientales, hay otro tipo de exigencias que plantea Europa, pero todavía es más para las grandes compañías. En Buenos Aires las PyMEs tienen que tener su certificado de aptitud ambiental, hay requisitos que cumplir y que van a estar en línea con lo que piden los proveedores a la hora de que tengamos que exportar nuestros productos. También están los temas de gobernanza, la ética de las empresas… La integridad es un tema que también se está mirando mucho y tenemos que profundizar a la hora de exportar.