En noviembre sumaron 94 mil toneladas, mientras que entre enero y noviembre de 2020 totalizaron 825 mil toneladas, por USD 2.510 millones, con un aumento del 10% en volumen respecto a igual lapso de 2019.
Buena parte de este logro responde a la demanda récord de China, aunque existió una baja del 8% en la facturación por la caída internacional de precios, según informó el Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas (ABC).
En noviembre, “el total de los embarques estuvo ligeramente por debajo del máximo más reciente, que se verificó en octubre del año pasado, y fue consecuencia de la recuperación del rubro de carnes enfriadas, con una fuerte presencia de Chile”, explicó Mario Ravettino, presidente del ABC.
A lo anterior se sumó “un volumen récord de carnes congeladas con hueso cuyo destino fue China, que fue también el mercado que explica el elevado nivel alcanzado por las exportaciones de carnes congeladas”.
Respecto a gigante asiático, puntualizó que “la evolución de China ha determinado que vuelva a representar más del 80% del total de carnes bovinas exportado por nuestro país, una proporción que se había reducido a mediados de año”.
Por otro lado, el director ejecutivo del Mercado Ganadero de Rosario (Rosgan), Raúl Milano, consideró al productor vacuno como “el gran ganador” por la “recomposición de los ingresos en el criador mediante la fórmula combinada de mayores valores en las vacas y en un sostenido incremento del precio del ternero”.
En este sentido, explicó que “la invernada mostró las dos caras de una moneda, el invernador tradicional resguardando su capital y el confinamiento perdiendo capital ante el aumento del maíz y de la hacienda”.
El dirigente empresario sostuvo que la actividad cuenta con “algunas amenazas, que surgen dado el carácter históricamente político del precio de la carne. Cada vez que los precios aumentan en función de la oferta y demanda en un mercado de competencia perfecta, la tentación de los gobiernos es tratar de ponerle corset ficticios para morigerarla. La experiencia demuestra que las contenciones coyunturales siempre finalizan en impactos negativos a la producción y garantizan futuros aumentos de precios”, concluyó Milano.