La Argentina quedaría fuera de la oferta brasileña si ambos países no firman un acuerdo marco similar al de la industria automotriz.
Río de Janeiro, fue sede de la 11ª edición de Navalshore, evento de importancia estratégica para la industria naval mundial. Allí, la Federación de la Industria naval Argentina (Fina) volvió a renovar su presencia, integrando el stand argentino, con el apoyo de la Cancillería nacional y el Consulado argentino local.
En un mismo espacio, compartieron presencia varios astilleros, como Tandanor CINAR, Astillero Río Santiago, Unidelta y otras empresas de Mar del Plata
En la inauguración, importantes personalidades de la industria brasileña se dieron cita para debatir acaloradamente las asignaturas pendientes del sector naval.
Todos los presentes concordaron en la necesidad de llevar la industria naval brasileña a un nivel de competitividad internacional para que pueda afianzarse. La discusión surge, luego de que se filtraran noticias de contrataciones en el exterior por parte del mayor demandante, Petrobrás.
En encendidos debates, surge que, hoy por hoy, la mayor preocupación para los brasileños es mantener el contenido local. Los agentes del sector están buscando las maneras de aumentar los índices de productividad y de competitividad para que en Brasil esta industria no retroceda.
En la relación bilateral, la Argentina puede quedar fuera de la oferta que requiere Brasil de industria naval, si ambos países no logran suscribir un acuerdo marco – similar al de la industria automotriz. Asimismo, en materia fiscal, debe compatibilizarse la legislación a los efectos de lograr equiparar el contenido nacional en ambos países.
Encuentro bilateral
Para ello, desde la Fina, se propuso promoverse rápidamente un nuevo encuentro bilateral entre las presidentas de ambos países para replicar lo acontecido en la XVIII Reunión de la UIA, en Cardales, y la posterior, en Brasilia. La idea es volver a ratificar la prioridad de la industria naval como eje del equilibrio de la balanza comercial de ambos países, en lo atinente a contenido de bienes primarios y bienes industriales.
El presidente de Sinaval, Ariovaldo Rocha, reveló que el sector emplea a 82.000 personas de manera directa e indirectamente a 700.000 personas y maneja 400 contratos y, en un mensaje al nuevo Gobierno, dijo que el sector necesita continuidad.
Este importante crecimiento de la industria naval de Brasil se dio a partir de la necesidad de explorar la plataforma submarina. En este nuevo esquema de la matriz petrolera, se disparó la demanda de equipamiento naval y el financiamiento público batió récords hasta el año 2011.
El caso argentino, por el contrario, ha venido asentándose en otros paradigmas. Su definición estratégica apunta a aumentar las reservas petroleras a partir del trabajo en el continente, por el método de la fracción, como en el caso de Vaca Muerta.
A la hora de señalar algunos paralelismos en el desarrollo naval brasileño y argentino. Sinaval de Brasil, debió batallar, y lo sigue haciendo, contra la incorporación de buques usados y las contrataciones nuevas, en países que, además de tecnología y capacidad productiva, acompañan su oferta con financiamiento. La Argentina se encuentra ante los mismos desafíos. Como ejemplo, el presidente del Frente Parlamentario de la Industria Marítima, diputado Edson Santos (PT-RJ) reprochó a Petrobrás el haber contratado sólo cinco barcos de apoyo nacionales y haber optado por 23 barcos usados del exterior. Asimismo, le pidió al Gobierno una política permanente, que ofrezca sustentabilidad a la cadena productiva de la construcción naval.
Por su parte, Julio Bueno, secretario de Desarrollo de Río, abordó no sólo la cuestión del contenido local, sino también el reajuste del precio del combustible.
Para Sergio Machado, presidente de Transpetro, el país puede sostener una gran demanda y cuenta con instrumentos financieros de la Caixa, BNDES y el Fondo de la Marina Mercante para sustentar proyectos.
Antonio Müller, presidente de Abemi, apuntó en cambio a la necesidad de contar con ingeniería básica en el país como paso previo e indispensable para aumentar el contenido local.