Hace algunos años, cuando Ingrid Briggiler cursaba la carrera de medicina reconoció que había un problema: en reiteradas ocasiones los profesores debían interrumpir las clases para atender sus teléfonos y responder las consultas de sus pacientes.
Ante esa situación, decidió buscar una alternativa. Comenzó a investigar distintas posibilidades y descubrió que tanto en Estados Unidos como en Europa la telemedicina a través de “videollamadas” ya estaban presentes.
Con sus propios ahorros, un mínimo estudio del mercado y un plan de negocios comenzó a desarrollar su aplicación. El gran salto lo dió cuando, a fines del 2016, el Centro de Innovación Tecnológica, Empresarial y Social (CITES) de Sancor Seguros decidió invertir en el proyecto. En 2017 fundó “Llamando al doctor”, que está disponible en Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Perú. El próximo objetivo es México.
En una entrevista con Ser Industria, a menos de un mes de haber ganado el Novartis Startup Challenge 2020 como la startup de salud más innovadora, la doctora Briggiler contó los detalles de la empresa que permite a los pacientes consultar a un médico todos los días y a toda ahora.
¿Con “Llamando al doctor”, el paciente pueda consultar a un médico sin necesidad de trasladarse?
Exacto, es una consulta inmediata a través de una videollamada que se hace entre el profesional y el paciente. Siempre hay un doctor que va a responder y resolver la duda que tenga la persona. Eso es lo más valioso que tenemos, la inmediatez y la posibilidad de resolver consultas de baja complejidad y en un plazo mucho más corto de que si hubiera que sacar turno e ir a consultorio.
¿La aplicación también permite recetar?
Tenemos recetas médicas desde el día uno. Un año antes de la pandemia incorporamos la firma digital y esto permite que el paciente vaya a la farmacia con el celular y el farmacéutico le venda el medicamento que está indicado.
¿Qué especialidades están contempladas?
La mayoría. Desde las más consultadas, como medicina general, pediatría y otras menos frecuentes, pero que también son valoradas como dermatología, oftalmología. Estamos sumando las áreas de salud mental y nutrición. Siempre vamos a atender cualquier consulta que se puede realizar a la distancia. Por supuesto, esto es un complemento, no un reemplazo de las consultas médicas.
¿Cómo fue recibida la app en el ambiente médico?
Algunas comunidades lo aceptaron más que otras. La telemedicina existe desde que aparece el teléfono y hay profesionales que le daban su número a sus pacientes porque consideraban que lo podían ayudar de ese modo. No todos. Actualmente estamos trabajando con compañías como Galeno, Luis Pasteur, Osdepym o Prevención Salud.
¿Con la cuarentena aumentaron las consultas?
Sí, la verdad que aumentó muchísimo, crecimos por 35%. Estamos muy contentos y también nos alegra haber confiado en la telemedicina desde antes de que esto ocurra. Ahora es más fácil creer en la telemedicina porque es un hecho y ningún paciente va a sacar un turno para pedir una receta por un medicamento. Por otro lado, estamos satisfechos como empresa de haber podido crecer tanto en un corto periodo de tiempo, por suerte nos tomó bien posicionados. En esto es clave el equipo de “Llamando al doctor”, todas personas muy comprometidas con colaborar y simplificarle la vida a los pacientes. Esto hizo posible que nos desempeñemos bien durante la pandemia.
¿La salud no quedó exenta del fenómeno de digitalización que se dio en otros sectores por la pandemia?
La pandemia hizo que todo lo que quizás iba a llevar meses o años de implementación se haga mucho más rápido. Así que nos benefició directamente en ese sentido y no creo que sea solo a nosotros, sino a los pacientes que son los principales beneficiados de la telemedicina. Para un paciente abrir una aplicación y que del otro un médico responda sus dudas, es algo que no existía en el país y está buenísimo.
¿Continúan con el desarrollo de la aplicación?
Estamos haciendo los primeros desarrollos con blockchain para historia clínica digital. También trabajamos con el Banco Interamericano de Desarrollo, con toda la cantidad de datos que obtuvimos en los últimos meses. Tenemos un montón de información para poder incluso predecir enfermedades, para certificar cual es el perfil de los pacientes que más se enfermaron, por cuánto tiempo…Esos datos los estamos trabajando con un analista en Data Science.
Además ya cruzaron las fronteras…
Sí, tenemos presencia en Brasil, Uruguay, Paraguay y Perú y lo que queremos hacer ahora, de la mano de Novartis, es lanzarnos en el resto de los países de Latinoamérica. Estamos explorando fuertemente la opción de México que es un mercado súper interesante y también muy grande. Ese va a ser nuestro próximo paso y también focalizarnos en Brasil.
¿Cómo ves el mundo inversor en Argentina?
Creo que fondos y capital siempre hay para invertir. Lo que hace falta son buenos negocios para subsidiar. Los inversores están buscando todo el tiempo emprendimientos, pero tienen que tener un determinado contexto para que ocurra la inversión. Por ejemplo, un equipo sólido, una idea que pueda tener impacto global o una tecnología que se pueda patentar.
¿El ecosistema emprendedor argentino está mejor posicionado que el resto de la región?
Si, se demuestra por la cantidad de unicornios que tenemos. Obviamente con Brasil ni nos comparamos porque es un país gigante que está muy avanzado. Somos un país con cinco unicornios, sin duda que estamos en ventaja. Tiene mucho que ver nuestra formación académica, la posibilidad de estudiar en la universidad pública. Tenemos muchas ventajas, mucho espíritu emprendedor y la perseverancia suficiente para llevar adelante empresas a pesar del contexto. Pero no por eso somos mejores que el resto de los países.
¿Cuesta comenzar con un emprendimiento en Argentina?
Es un poco complicado, quizás por las regulaciones que son un poco antiguas. En el caso de la medicina, la ley de prescripción de medicamentos dice que las recetas tienen que ser físicas de papel. Pero la norma es de cuando ni se pensaba que podía existir la firma o la receta digital. A veces los tiempos en modificar las leyes dificultan la posibilidad de innovar al ritmo que los emprendedores quisiéramos, pero esos problemas o desafíos son también los que motivan a seguir creando soluciones, a seguir para adelante y no son obstáculos que nos frenan. Ser un país en vías de desarrollo, es un plus para los emprendedores, porque podemos inspirarnos en lo que pasa en otros lugares del mundo y traer esas ideas a la Argentina. También somos un país con costos super competitivos. De todos los problemas o inconvenientes se puede aprovechar alguna oportunidad y eso es lo que tratamos de hacer los emprendedores, por eso nos caracterizamos. En nuestro caso queremos ayudar y colaborar con el acceso a la salud en toda la región y estamos trabajando en eso. Ser una empresa argentina y poder haberlo hecho desde acá nos pone muy orgullosos.