El mejor desempeño en valores brutos de los bancos que presentaron sus balances a la Bolsa de Comercio correspondiente al desempeño entre enero y marzo de 2014, respecto de 2013, fue para BBVA Francés con una ganancia neta de 1.362,1 millones de pesos, seguida por el Macro con $1.186,3 millones, Santander Río $974,3 millones, Galicia $773,6 millones, Hipotecario $202,4 millones y con apenas 0,9 millones Patagonia.
Salvo el caso de YPF, favorecido por una deliberada política fiscal de librar el precio de los combustibles hasta incluso superar el promedio internacional, por su alto componente impositivo, que presentó ganancias de más de 14.000 millones de pesos en el trimestre, en las empresas del sector manufacturero no se registran ganancias comparables con la de los bancos: Aluar reportó en el primer trimestre 518 millones de pesos; Arcor $490 millones, Solvay Indupa $202 millones, mientras que Mastellone (La Serenísima) anotó pérdidas por $160 millones y Quickfood (Paty) un quebranto de 4,5 millones de pesos.
En términos relativos, el liderazgo del salto singular de las ganancias de las entidades financieras también correspondió a BBVA Francés con 296%, seguido por Patagonia 279%, Galicia 178%, Macro 178%, Hipotecario 149% y Santander Río 140 por ciento.
En todos los casos se trató un incremento espectacular, sea que se compare con la tasa de inflación de 35% que estimó el consenso de las consultoras privadas entre marzo de 2013 y marzo de 2014, sea que se coteje con el crecimiento de los depósitos de los particulares y sector público, que es la materia prima que venden luego los bancos a través de los préstamos, o de la expansión nominal del crédito.
En este trimestre ocurrió un hecho particular que explica gran parte de semejante impulso de las utilidades de los bancos, privados, pero más aún del sector público (estos no presentan sus estados contables a la Bolsa, pero si al Banco Central), como fue la devaluación del peso en un 15% el 23 de enero, y la decisión del Banco Central de que las entidades bancarias tenían que vender gran parte de su tenencias de moneda extranjera a 8 pesos, cuando estaban contabilizadas a menos de 6 pesos. De ahí surgió un inesperado beneficio por diferencias de cambio que generó la llegada de Juan Carlos Fábrega como presidente de la entidad rectora del sistema monetario y financiero del país, en reemplazo de Mercedes Marcó del Pont.
Por el contrario, en este primer trimestre, la denominada economía real sufrió las consecuencias negativas que provocaron la devaluación del peso, la aceleración de la inflación y el efecto sobre negativo sobre el poder de compra de los salarios, junto a restricciones para sostener el ritmo productivo que provinieron de la política del Banco Central de dosificar el pago de las importaciones de insumos esenciales.
En su defensa, las máximas autoridades de los bancos destacan que las ganancias del trimestre por diferencias de cambio se irán diluyendo en el curso del año, porque ya han regularizado su posición excedente en moneda extranjera que arrastraban de la crisis financiera de 2009. Además, en términos patrimoniales, destacan que la devaluación licuó el valor de los activos, porque no aumentaron al ritmo ni del ajuste del tipo de cambio y mucho menos de las ganancias transitorias de estos tres meses.
Sin embargo, el análisis de las nuevas cuentas nacionales a precios de 2004 permitió advertir que en el último año mientras el conjunto de la economía creció 2,95% y el agregado del sector manufacturero industrial retrocedió 0,3%, el PBI generado por el sistema financiero, público y privado, creció 21% en términos reales.
No se trató de un fenómeno circunstancial, sino que parece responder a una deliberada política de Gobierno, dado que entre 2007 y 2013 el crecimiento de la banca fue de 110,6% mientras que el de la economía en su conjunto 27% y el de la industria 23,8%, esto es una proporción cercana a cinco veces, y desde la salida de la crisis en 2003 fue de 224%, en comparación con 62,3% que lo hizo el PBI total y 60,4% la generación de riqueza por el total de las manufacturas.
Y si bien las ganancias de la banca privada fueron abultadas, las estadísticas del Banco Central también indican que hasta febrero las ganancias de la banca oficial, de Nación y provincias, fue en valores absolutos varias veces mayores.