El reciente Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que presentó el Presidente Javier Milei, para “reestructurar la economía argentina”, contiene 366 artículos con diferentes derogaciones y modificaciones. Entre sus ejes, se encuentra el Comercio Exterior, sector que, en el último año atraviesa una situación por demás complicada.
Recientemente, el ministro de Economía, Luis Caputo, dio a conocer la introducción de un mecanismo estadístico para simplificar los procedimientos para importaciones, que llevaría el nombre de SEDI y reemplazará al Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA). Sin embargo, surgen interrogantes acerca de si este sistema se limitará únicamente a fines estadísticos, evocando experiencias previas relacionadas con la SIRA.
Al respecto, Verónica De Marco, directora de VDM, en diálogo con Ser Industria, planteó que “la implementación de la SEDI está programada para el 2 de enero. Esto genera confusión sobre si las empresas deben emitir una SIRA o esperar la implementación de la nueva herramienta”. Además, mencionó que las aprobaciones de SIRAs se liberaron y volvieron a trabarse, complicando aún más el panorama para los importadores.
Respecto a las relaciones con proveedores extranjeros, De Marco señaló que “los importadores hacen malabares para mantener sus relaciones con los proveedores. Los pagos al exterior se suspendieron antes del 13 de diciembre y aún no se han normalizado”.
Entre las razones, la por las que no se agilizan los giros al exterior, la especialista consignó que el Banco Central está acumulando reservas. Desde la asunción de Milei, la entidad monetaria acumuló aproximadamente US$1.293 millones.
“El BCRA está acumulando reservas, pero esto se debe primero al programa de los exportadores en el cual le permite liquidar el 80% del mercado libre de cambio y el otro 20% por entidades financieras. También se debe al tema de las retenciones, por eso muchos exportadores están tratando de liquidar la mayor cantidad lo antes posible. Además de que los pagos al exterior siguen sin liberarse”, explicó.
La situación que enfrentan los importadores es gravísima. Acumulan deudas con sus proveedores por más de US$ 50 mil millones. Esto requiere una solución urgente que de perspectivas también a los industriales que ven amenazadas sus cadenas de suministros. “Si no podes importar, no podes producir , por ende no podes vender ni al mercado interno ni al externo. Prácticamente toda la industria nacional requiere de insumos importados. Por eso es urgente solucionar esto”.
Desafíos para el comercio exterior
En el complejo escenario del comercio exterior argentino, la necesidad de impulsar exportaciones y generar condiciones propicias para el desarrollo económico se vuelve evidente. Según, De Marco “la inversión es fundamental para consolidar un crecimiento sostenible”. Sin embargo, destacó la importancia de recuperar la credibilidad, “para atraer inversiones extranjeras y locales, es esencial establecer reglas claras y fomentar la estabilidad en el largo plazo”.
Asimismo, la especialista destacó la posibilidad de que figuras como Elon Musk consideren invertir en Argentina se percibe como una oportunidad única. El interés en tecnologías emergentes, como los nanosatélites, destaca la posición pionera de Argentina en ciertos campos. Se espera que estas inversiones contribuyan a la recuperación económica y a una mayor diversificación de sectores productivos.
La inestabilidad económica y las crisis afectan directamente el comercio exterior. La incertidumbre generada por cambios constantes en regulaciones y condiciones macroeconómicas ha llevado a algunos clientes a reducir o suspender sus operaciones de importación.
Logística: un obstáculo costoso
Los problemas logísticos son otro aspecto crítico que impacta el comercio exterior. El alto costo del transporte terrestre y la falta de inversiones en el sistema ferroviario hacen que la logística en Argentina sea más costosa. La conciencia sobre la importancia de una red logística eficiente, parece estar ausente en la agenda política, a pesar de que estas cuestiones son fundamentales para mejorar la competitividad internacional.
En ese sentido, De Marco subrayó la “falta de conciencia sobre lo que significa el comercio exterior en general”. Este ámbito abarca no sólo las transacciones comerciales, sino también todas las redes de comunicación logística a nivel nacional. “No se le otorga la debida importancia a este sector como un pilar fundamental de la economía, especialmente en lo referente a sistemas que facilitan tanto la importación como la exportación. Además, es esencial considerar las herramientas locales que posibilitan el traslado eficiente de mercadería entre provincias, evitando que los costos de transporte sean más elevados que la propia adquisición de los productos en el extranjero”, argumentó.
“El transporte logístico en Argentina es carísimo. Sale más barato traer un flete de China que un un camión de Salta a Buenos Aires y ni hablar si tenes que llevar un producto de Salta a Tierra del Fuego. Cuando tenés que hacer un traslado terrestre en el exterior se cotizan con camión, con tren, pero acá en Argentina dependemos 100% del camión. Sería muy positivo que haya inversiones en las líneas ferroviarias. Ahí hay otro trasfondo para que podamos contar con esa alternativa que haría que los costos bajen y por ende seamos más competitivos en el exterior”, reconoció.
Otro déficit logístico es el portuario. En ese aspecto, la descentralización del puerto de Buenos Aires se discute como una medida para optimizar las operaciones portuarias y llevarlas, por ejemplo, a Puerto La Plata. Pero De Marco remarcó que “las líneas navieras deciden dónde quieren arribar. Ahí estamos sujetos a lo que les sean más convenientes”.
Ante esto, la realidad parece encaminar al sistema portuario argentino a convertirse en feeder.
Esto encarece la logística para los productores. “Las líneas marítimas tienen buques más
grandes que no pueden recalar en el puerto de Buenos Aires. Por eso, si es necesario
manejarse con feeder, vamos a tener que hacerlo”, concluyó.
