“Cuando comemos pan o carne o tomamos leche, un cuarto de lo que pagamos por eso que consumimos son impuestos”, declaró Natalia Ariño, economista de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA). Desde la entidad, analizan semestralmente cómo se componen los precios de tres alimentos básicos en la mesa de los argentinos. Los resultados no dejan de sorprender: uno de cada cuatro pesos son impuestos. De esos impuestos, tres de cada cuatro son nacionales. ¿Qué dice eso sobre el sistema impositivo argentino? ¿Qué pasa con el federalismo?
FADA dará una charla el Martes 6 de Junio en el Congreso de la Nación para tocar diferentes temas referidos al desarrollo de Argentina. ¿uno de cada tres desocupados podría tener trabajo? Ese será el título que funcionará como disparador de la exposición y el debate. ¿Qué incidencia tiene la presión impositiva en la generación de más trabajo y más divisas para nuestro país? ¿Cuánto mejor podríamos estar como argentinos con políticas más claras?
En la carne vacuna el 27% del precio final son los impuestos de la cadena. En el pan francés los impuestos llegan al 23%. El sachet de leche entera tiene una mochila impositiva del 25% de lo que pagan los consumidores. En los tres productos analizados es posible ver que 3 de cada 4 pesos de impuestos corresponden a cargas nacionales, en algunos productos incluso más. “En otras palabras, en un kilo de pan hay más impuestos que trigo y harina, y en un kilo de carne hay más impuestos que lo que representa la cría en la composición del precio”, revela la economista.
Desde el trigo hasta el pan que consumimos, el precio del grano se multiplica por 7. En el caso de la leche, del tambo al sachet el precio se triplica. “Viendo esto, muchos podríamos preguntarnos ¿qué pasa en el medio? Eso es lo que analizamos en este informe”, comenta David Miazzo, economista Jefe de FADA.
Según FADA, los granos representan una pequeña parte del precio final de los alimentos. “Es falso decir que el maíz hace subir la leche o la carne, cuando el grano es solamente el 5% del precio final del sachet de leche y el 11% de la carne vacuna que compramos. En el caso de la carne de cerdo es el 15% y del 18% en la aviar. Si vamos al trigo, es el 13% del precio del pan”, explica Ariño.
“Lo que nos permite entender esto es que es un mito decir que los alimentos suben porque suben los granos, porque la porción de precio que explican el maíz o el trigo es muy chica en comparación a los aumentos que vemos en las góndolas. Eso está más ligado a otros factores. Principalmente al proceso inflacionario que estamos viviendo, que tiene que ver con una pérdida del valor del peso”, concluye Miazzo.
Composición de los precios con los impuestos a los alimentos
Del precio que paga el consumidor por el kilo de carne, la cría representa el 20%, el feedlot 32%, frigorífico 8%, carnicería el 13% y los impuestos el 27%. Esto significa que el 57% son costos de la cadena, 16% ganancias y el 27% restante tributos. De ellos, el 76% son nacionales, 19% provinciales y el 5% municipales. El impuesto a las ganancias y el IVA, son los de mayor participación, que en conjunto representan el 65% del total.
.El trabajo arroja que, en el precio del sachet de leche entera, el tambo representa el 31%, la industria el 28%, el comercio 16% e impuestos el 25%. También se puede ver la composición de los precios según los costos de producción, los impuestos y el resultado. En el caso de la leche se detalla que casi el 75% son costos de producción, 25% impuestos y se registra un -0,1% de pérdida de la cadena. De los tributos que paga la cadena, el IVA representa el 69%.
Desde el campo a nuestra mesa, el precio del trigo se multiplica por 7. Del total que paga el consumidor por kilo de pan francés, el trigo representa el 13%, el molino el 4%, la panadería el 60% y los impuestos el 23%. Si se analiza cómo está compuesto ese importe, en el estudio se detalla que el 63% son costos, el 23% impuestos y el 14% ganancias. De los impuestos que paga la cadena, el 77% son nacionales, 20% provinciales y 3% municipales. Ganancias e IVA concentran el 71% de los impuestos pagados por la cadena.
“Que un eslabón tenga mayor participación en la composición del precio, no significa necesariamente que sea el eslabón que más gane, sino que está relacionado con los procesos, escalas, ganancias y costos que tiene ese eslabón”, aclaran desde FADA.