No cabe ninguna duda que urge la necesidad de promover e incrementar las exportaciones argentinas, que se permanecen estancadas desde hace 15 años. Actualmente, la participación de nuestro país en el comercio internacional es del 0,34%, evidenciando una tendencia preocupante.
A su vez, disminuyó la cantidad de empresas exportadoras. La incidencia de las PyMEs es de tan solo el 7% del total, en contraste con el 18% que suelen representar en otros países en desarrollo. Esta situación plantea serios interrogantes que requieren una atención inmediata.
Al respecto, el presidente de la Cámara de Puertos Privados Comerciales, Luis Zubizarreta, se refirió a los desafíos y propuestas para reactivar el sector exportador en Argentina. Asimismo, analizó el impacto de la sequía en los puertos del Río Paraná.
En diálogo con Ser Industria Radio, destacó la necesidad de políticas que impulsen las exportaciones y apunten al desarrollo agroindustrial. También señaló la importancia de adaptarse a los cambios en el mercado global para garantizar la competitividad del país en el plano internacional.
En ese sentido, insistió en la importancia de establecer acuerdos internacionales que impulsen la exportación de productos con mayor valor agregado y de generar un ambiente propicio para atraer inversiones a largo plazo.
Zubizarreta subrayó la necesidad de centrarse en mejorar la logística portuaria y los accesos. Destacó la importancia de una planificación que permita adaptarse a las demandas internacionales y garantizar la competitividad del país en un entorno globalizado.
Sin embargo, advirtió el riesgo de un modelo portuario feeder y la necesidad de tomar medidas para evitar que esto encarezca y aleje al país del mercado internacional. Además, enfatizó la importancia de establecer un plan macroeconómico sólido a largo plazo que genere certidumbre para los inversores y propicie el desarrollo sostenido del sector agroindustrial en Argentina.
Muchos puertos que integran la Cámara están a orillas del Río Paraná. ¿Cómo atravesaron el año de sequía?
La principal actividad portuaria de la Argentina es la exportación agroindustrial. Con la sequía, hemos tenido un año realmente desastroso, muy malo. Argentina viene construyendo e invirtiendo, gracias a una muy buena ley de Puertos, terminales modernas justamente para atender esas crecientes exportaciones agroindustriales que han tenido lugar en los últimos tiempos. Este año hubo un gran parate, porque principalmente la sequía generó una enorme disminución de la producción. A eso se suma la otra pata, que son las importaciones. Lógicamente, al haber menos exportaciones, entraron menos dólares. Esa restricción hizo que, las importaciones también estuvieran ralentizadas. Entonces, es un año muy complejo para la actividad.
Precisamente, la Bolsa de Comercio de Rosario señaló una caída de las exportaciones de 33 millones de toneladas de granos, aceites y otros productos…
Sí, eso remarca la importancia que tiene para el país generar exportaciones. Porque toda la crisis que estamos viviendo o una parte importante, se debe a esta restricción que hemos tenido este año por un evento de la naturaleza. Pero paralelamente, Argentina ha venido teniendo políticas muy erradas, en donde contrariamente a lo que han hecho los países exitosos, que ha sido desarrollar el potencial de sus sectores en donde son más competitivos, regla básica de la economía. Puso trabas enormes, para financiar a otros sectores no competitivos, le cargó impuestos y condiciones a los sectores más competitivos de la economía nacional. Eso hizo que estemos muy por debajo de nuestro potencial. Esta seca, da visibilidad a ese problema y nos da la oportunidad de un cambio mirando a los vecinos exitosos. Todavía estamos a tiempo de explotar el gran potencial agroindustrial que tenemos. Hay otros sectores con enorme potencial para salir de esta recurrente crisis que tiene una base muy fuerte en la falta de dólares que se generan por tener un sector exportador totalmente frenado.
¿Pudieron hablar de las dificultades que tiene el sector exportador con la dirigencia política?
Sí, lo hemos hablado y lo hemos plasmado públicamente. Creo que, desde el Consejo Agroindustrial, logramos darle visibilidad a esta necesidad de un cambio de rumbo que nos permita salir adelante. Siempre hablamos de las oportunidades de Argentina y están a la mano, pero esta crisis también nos puede ayudar del lado positivo, a darle visibilidad. Lo hemos hecho y creo que con bastante buena recepción. En la Argentina la coyuntura nos lleva puestos, sobre todo a la política y lamentablemente, en vez de trabajar en los temas de mediano plazo, que son los que nos pueden rescatar, estamos en el pequeño detallecito del corto plazo y en la política para llegar a mañana. Ahí nos hundimos, nos perdemos. Es clave que el próximo gobierno de arranque tome medidas con repercusiones a mediano plazo, poniendo un poquitito los faros largos.
¿Cómo evalúan la gestión de la Administración General de Puertos al frente de la hidrovía?
Han hecho un buen trabajo y un gran esfuerzo, sobre todo en este año complejo. Pero el modelo que venimos planteando es otro. Más allá del trabajo que se ha hecho estos dos años complejos, necesitamos que el Estado tenga un rol de control a una concesión que se haga para hacer el dragado y balizamiento, como venía siendo en el pasado, cambiando algunas cosas. Entre ellas, un buen estudio de impacto ambiental que nos deje tranquilos de los efectos que puede tener una mayor profundización del río. En definitiva, consideramos que hay que volver al esquema de una concesión privada, que nos permita profundizar más el río. Necesitamos acercar a la Argentina al mundo y eso lo vamos a lograr, permitiéndole a buques más grandes que entren al corazón productivo del país.
¿La bajante del Río Paraná lleva a plantear si es necesario adaptar los barcos al río en vez del río a los barcos?
La naturaleza nos juega estas pasadas La bajante del río es algo cíclico y la padecimos estos años. Lamentablemente la definición del modelo de buques que viene a cargar a nuestros puertos no va a surgir de nuestras restricciones, sino de los flujos internacionales. Por eso, tenemos que adaptarnos a los barcos que vienen y para eso, tomar decisiones técnicas que mejoren la ruta de acceso. Tenemos un sistema portuario muy bueno y muy eficiente. Una de nuestras espadas es esa, pero el problema está en los accesos, sobre todo en la hidrovía. Ahí es donde hay que ponerle foco para, justamente, sacarle más el jugo y ser más competitivos, porque de eso se trata. En este mundo globalizado, si querés jugar en primera, tenés que ser competitivo y parte de eso pasa por la logística.
Hace 15 años que las exportaciones de manufacturas argentinas no crecen, solo lo hacen los productos primarios. ¿Qué se necesita para revertir esta estadística?
Es una catástrofe. Efectivamente, el desafío es generar más trabajo para exportar productos con más valor agregado que nos permitan no solo generar más dólares, sino, insisto, generar más actividad. Argentina produce materias primas súper demandadas en el mundo. Pero, el mundo también se cierra, porque en este mundo globalizado también hay proteccionismo y cada uno quiere generar el trabajo fronteras para adentro. Por eso, parte de la solución son acuerdos inteligentes, como el de la Unión Europea, que se viene discutiendo hace tantos años. Hay que poner el broche a ese y a otros avances que nos permitan vender productos con más valor agregado. Además, generar políticas que incentiven inversiones a largo plazo, ese es el segundo problema. Necesitamos certidumbres para que las empresas del mundo vengan a invertir en la Argentina porque somos un país con gigantes oportunidades, pero es difícil que alguien venga a invertir si no sabe cuáles son las condiciones macroeconómicas de los próximos dos meses. Todos los países serios del mundo tienen estabilidad macroeconómica y es lo que tenemos que lograr de una vez por todas.
¿Argentina va hacia un sistema portuario feeder?
Totalmente y es una amenaza. Eso nos va a encarecer, nos va a alejar del mundo. Tenemos que tomar acciones para revertirlo. Obviamente que es complejo, porque el problema no son los puertos sino las llegadas. Tenemos que lograr inversiones para que los barcos grandes puedan acceder a las terminales con esquemas que no tenga que pagar el Estado. Esos son los esquemas justamente de concesión, en donde existen peajes y en donde en definitiva las obras se realizan con el aporte de las cargas. Tenemos claro que el Estado no tiene recursos en este momento. Es por eso que no estamos pretendiendo obras que tenga que bancar el Estado, sino que se van a financiar con el mismo flujo que se produce.
Hace dos años el Consejo Agroindustrial presentó al Gobierno un proyecto para generar un millón de puestos de trabajo. ¿Por qué no avanza? ¿Cuál es la expectativa respecto a que la futura gestión lo ponga en marcha?
No avanza, por las necesidades del corto plazo. Lamentablemente desde hace mucho tiempo nos cuesta que se trabaje en un plan sólido macroeconómico, de largo plazo, que genere las certidumbres necesarias para que eso suceda. En parte, no logramos salir de la coyuntura, porque la estrategia requiere algunos sacrificios y cambios profundos que muchas veces la política no está dispuesta a dar. Es obvio y evidente que, si no damos esos pasos, no va a suceder, porque las cosas no suceden por magia sino por decisiones. La economía no es compleja, es muy sencilla, pero hay veces las decisiones que están mirando la coyuntura son las que más “garpan”. Hay que lograr que el nuevo gobierno tome decisiones de fondo, un cambio de rumbo que genere las condiciones para que venga esa masa de inversiones. Estoy convencido que llegarían fácilmente si Argentina muestra que va a hacer las cosas de un modo diferente. Basta mirar a los países vecinos. La revolución que hay en Brasil de exportaciones, desarrollo agroindustrial, países más pequeños, los tenemos al lado… Solo falta que sentemos las bases, pensemos en el mediano plazo, salgamos de la coyuntura y de pequeñas medidas que son, al final, frenos de mano al desarrollo.