El presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), contador Horacio Salaverri, afirmó que “el productor no forma precio, vende el animal en Liniers o en las ferias locales y cobra en pesos”.
Al ser entrevistado por Ser Industria, el titular de la entidad integrada a la CRA, consideró que la reunión de la Comisión de Enlace con el Presidente Alberto Fernández “fue un paso adelante”. Valoró la formación de mesas de trabajo para revisar la cadena de valor y sostuvo que cuando el consumidor final adquiere carne vacuna, el 29% del dinero que abona se lo lleva el Estado.
¿Cuál es la evaluación que hace de la reunión del campo con el Presidente?
Ha sido un paso importante hacia adelante la formación de mesas de trabajo para ver algo sobre lo que nosotros insistimos, que es la cadena de valor. Porque, para ser claros, cuando se habla de retenciones, bajás el valor primario en Argentina y eso no ocupa más del 20, 25 o 15% depende el tipo de producto. No supera el 22% de la composición final del producto. Si vos bajás con restricciones el valor primario de ahí hacia adelante sigue todo igual y el precio final no baja. En Argentina el valor primario hasta que llega a la góndola se incrementa 362%. Por citar un ejemplo, en el cordón hortícola de La Plata un kilo de lechuga que vale 22 pesos en el productor, termina 105 en la góndola, cuando lo separan cinco mil metros. Hay un tema también a observar que son los impuestos.
¿Es posible desacoplar el precio interno del internacional?
Es complejo hacerlo, por eso hay que revisar toda la cadena de valor. Si se desacopla solamente el valor primario no ganás absolutamente nada. Hay que revisar toda la intermediación y el tema impositivo. Tenemos tres países vecinos que hacen lo mismo que nosotros: Paraguay, Brasil y Uruguay, tienen la misma producción y exportaciones igual que Argentina. Brasil es el principal exportador de carne del mundo, tiene más de 185 millones de cabezas, pero 4,1% de inflación y los otros dos países aún menos. Ahí está uno de los grandes problemas, no sólo en la economía, está en el precio, también en el salario. El proceso inflacionario lo que hace es comerse el ingreso. Los precios de los artículos empiezan a tener mucha más presión sobre los artículos y eso es lo que está pasando.
¿Los productores forman precio?
Hay que desmitificar dos cosas: nosotros no vendemos en dólares ni exportamos. El productor vende el animal en Liniers o en las ferias locales. Ahí a través de la oferta y la demanda, se fija el valor. El frigorífico compra y luego vende en el mercado interno o en el exterior. Los productores cobramos en pesos, no debe tergiversarse la verdad.
¿Sucede lo mismo con todos los productos del campo?
Absolutamente. Ningún productor argentino es exportador en sí. Eso lo hacen las exportadoras, las manufactureras que también exportan productos elaborados. Por ejemplo todo el cordón santafesino, la parte de San Lorenzo, con una industria monumental, la más grande del mundo en producción de aceite y harina de soja.
Cuando el producto llega al consumidor. ¿Cuál es la carga impositiva?
En la carne llega alrededor del 29%, en el pan el 19%. Después habría que estudiar los otros productos, pero básicamente con un IVA del 21%, hay que ir viendo la carga que se va dando porque cada vez que se agrega valor se genera más impuesto.
Un informe internacional ubica a Argentina entre los dos países exportadores que más gravan a las exportaciones. ¿Se podrán bajar las retenciones?
No, bajarlas no, eso va a ser muy difícil porque la necesidad del Estado en el gasto es tremenda. Es un disparate. Ayer me pasaron un estudio de Tres Arroyos, donde por año se van en retenciones más de 6500 millones de pesos. Un sólo distrito de la provincia de Buenos Aires. Es una fortuna de dinero que se podría utilizar en inversiones locales que generarían trabajo y desarrollo.
En esta situación, ¿el campo argentino puede aprovechar los avances tecnológicos?
La tecnología en la agricultura, la ganadería y los tambos argentinos, ha sido extraordinaria. Respecto a la ganadería, el avance en la genética, la calidad de los animales, la alimentación, ha sido un gran aporte para ganar kilos y nuestra agricultura es de punta. Pero cuando se castiga a la producción empiezan a mermar tanto la innovación como la inversión.
¿Se puede esperar un diálogo fructífero con el gobierno o la idea se puede diluir?
El diálogo lo valoramos y siempre lo hemos reclamado, es la base de todo lo que se puede consensuar. Esperamos que cuando nos sentemos cada cual entienda que es lo que hay que poner y lo que se puede hacer para tratar de morigerar los precios internos, pasa por ahí. Si no, estamos listos. Va a ser fructífero en la medida que entendamos qué se puede hacer.